MABLANESCLIMENT.- Blog Miguel Ángel Blanes.- El principal objetivo de la nueva Ley
9/2017, de 8 de noviembre, de Contratos del Sector Público (en
adelante, LCSP), que entrará en vigor el próximo 9 de marzo de 2018, es, según
su Preámbulo, “lograr una mayor transparencia en la contratación
pública”, a través de las siguientes novedades:
a) La supresión del supuesto de aplicación del
procedimiento negociado sin publicidad por razón de cuantía.
b) La creación de un nuevo procedimiento de adjudicación
“Abierto Simplificado”: proceso breve (sumario, para contratos de escasa
cuantía), de tramitación ágil con publicidad y transparencia en el
procedimiento de licitación, con el objeto de limitar la contratación directa
a situaciones extraordinarias.
c) La regulación del Registro de Contratos del Sector
Público, en el que se inscribirán todos los contratos adjudicados por las
entidades del sector público, siendo obligatoria, a dichos efectos, la
comunicación de los datos relativos a todos los contratos celebrados por
importe igual o superior a cinco mil euros.
d) Mayor información a publicar en el perfil del contratante
(internet).
La valoración inicial de las medidas previstas en la nueva
LCSP para incrementar la transparencia en la contratación pública es positiva,
sobre todo, en el ámbito de las obligaciones de publicidad activa, es decir, en
la mayor información que debe publicarse de oficio en el perfil del contratante
(internet). No obstante, todavía existen importantes documentos cuya
publicación no se contempla expresamente y tampoco se prevén las consecuencias
del incumplimiento de estas obligaciones de transparencia.
Por otra parte, como más adelante se detallará, no se ha
producido ningún avance significativo respecto a la otra cara de la
transparencia llamada publicidad pasiva, esto es, en relación con las
solicitudes de acceso a la información obrante en los expedientes de
contratación pública. La nueva LCSP, en diversos artículos, solo reconoce el
acceso a dicha información a los “interesados”, es decir, a los licitadores y
adjudicatarios, no a los ciudadanos en general. Vayamos por partes.
Publicidad activa: El perfil del contratante
La regulación contenida en el artículo 63 de la LCSP
incrementa considerablemente la obligación de publicidad activa sobre los
contratos que impone el artículo 8.1.a) de la Ley 19/2013, de 9 de diciembre,
de transparencia, acceso a la información pública y buen gobierno (en adelante,
LTAIPBG), por lo que, desde este punto de vista, la nueva LCSP da una vuelta de
tuerca más a la necesidad de incrementar la transparencia en este sector de la actividad
administrativa tan castigado por la corrupción.
A partir de la entrada en vigor de la nueva LCSP (9 de marzo
de 2018), será obligatorio publicar la siguiente información recogida
esencialmente en el artículo 63 de la LCSP, el cual, deroga o deja sin efecto
lo dispuesto en el referido artículo 8.1.a) de la LTAIPBG, al tratarse de ley
especial y posterior en el tiempo:
a) El acceso a la información del perfil del contratante
será libre, no requiriendo identificación previa.
b) Toda la información contenida en los perfiles de
contratante se publicará en formatos abiertos y reutilizables, y permanecerá
accesible al público durante un periodo de tiempo no inferior a 5 años, sin
perjuicio de que se permita el acceso a expedientes anteriores ante solicitudes
de información.
c) La memoria justificativa del contrato, el informe de
insuficiencia de medios en el caso de contratos de servicios, la justificación
del procedimiento utilizado para su adjudicación cuando se utilice un
procedimiento distinto del abierto o del restringido, el pliego de cláusulas
administrativas particulares y el de prescripciones técnicas que hayan de
regir el contrato o documentos equivalentes, en su caso, y el documento de
aprobación del expediente.
d) El objeto detallado del contrato, su duración, el
presupuesto base de licitación y el importe de adjudicación, incluido el
Impuesto sobre el Valor Añadido.
e) Los anuncios de información previa, de convocatoria de
las licitaciones, de adjudicación y de formalización de los contratos, los
anuncios de modificación y su justificación, los anuncios de concursos de
proyectos y de resultados de concursos de proyectos, con las excepciones
establecidas en las normas de los negociados sin publicidad.
f) Los medios a través de los que, en su caso, se ha
publicitado el contrato y los enlaces a esas publicaciones.
g) El número e identidad de los licitadores participantes
en el procedimiento, así como todas las actas de la mesa de contratación
relativas al procedimiento de adjudicación o, en el caso de no actuar la mesa,
las resoluciones del servicio u órgano de contratación correspondiente, el
informe de valoración de los criterios de adjudicación cuantificables
mediante un juicio de valor de cada una de las ofertas, en su caso, los
informes sobre las ofertas incursas en presunción de anormalidad y, en todo
caso, la resolución de adjudicación del contrato, con la información
detallada en el artículo 151.2 de la LCSP:
– En relación con los candidatos descartados, la exposición
resumida de las razones por las que se haya desestimado su candidatura.
– Con respecto a los licitadores excluidos del procedimiento
de adjudicación, los motivos por los que no se haya admitido su oferta,
incluidos, en los casos contemplados en el artículo 126, apartados 7 y 8, los
motivos de la decisión de no equivalencia o de la decisión de que las obras,
los suministros o los servicios no se ajustan a los requisitos de rendimiento o
a las exigencias funcionales; y un desglose de las valoraciones asignadas a los
distintos licitadores, incluyendo al adjudicatario.
– En todo caso, el nombre del adjudicatario, las
características y ventajas de la proposición del adjudicatario determinantes
de que haya sido seleccionada la oferta de este con preferencia respecto de las
que hayan presentado los restantes licitadores cuyas ofertas hayan sido
admitidas; y, en su caso, el desarrollo de las negociaciones o el diálogo con
los licitadores.
h) La decisión de no adjudicar o celebrar el contrato, el
desistimiento del procedimiento de adjudicación, la declaración de desierto,
así como la interposición de recursos y la eventual suspensión de los
contratos con motivo de la interposición de recursos.
i ) La publicación de la información relativa a los
contratos menores deberá realizarse al menos trimestralmente. La información
a publicar para este tipo de contratos será, al menos, su objeto, duración,
el importe de adjudicación, incluido el Impuesto sobre el Valor Añadido, y la
identidad del adjudicatario, ordenándose los contratos por la identidad del
adjudicatario. Quedan exceptuados de la publicación aquellos contratos cuyo
valor estimado fuera inferior a cinco mil euros, siempre que el sistema de pago
utilizado por los poderes adjudicadores fuera el de anticipo de caja fija u
otro sistema similar para realizar pagos menores.
j) Los procedimientos anulados, la composición de las mesas
de contratación que asistan a los órganos de contratación, así como la
designación de los miembros del comité de expertos o de los organismos
técnicos especializados para la aplicación de criterios de adjudicación que
dependan de un juicio de valor en los procedimientos en los que sean
necesarios.
k) En todo caso deberá publicarse el cargo de los miembros
de las mesas de contratación y de los comités de expertos, no permitiéndose
alusiones genéricas o indeterminadas o que se refieran únicamente a la
Administración, organismo o entidad a la que representen o en la que prestasen
sus servicios. Se publicarán las razones que motiven la elección de los
asesores externos que resulten seleccionados (art. 115.1).
l) La formalización de los encargos a medios propios cuyo
importe fuera superior a 50.000 euros, IVA excluido. La información relativa a
los encargos de importe superior a 5.000 euros deberá publicarse al menos trimestralmente.
La información a publicar para este tipo de encargos será, al menos, su
objeto, duración, las tarifas aplicables y la identidad del medio propio
destinatario del encargo, ordenándose los encargos por la identidad del medio
propio.
m) El sistema informático que soporte el perfil de
contratante deberá contar con un dispositivo que permita acreditar
fehacientemente el momento de inicio de la difusión pública de la
información que se incluya en el mismo.
n) Podrán no publicarse determinados datos relativos a la
celebración del contrato en los supuestos que establece el artículo 154.7 de
la LCSP, que más adelante examinaremos. En todo caso, cada vez que el órgano
de contratación decida excluir alguna información de acuerdo con lo dispuesto
en el párrafo anterior, deberá justificarlo en el expediente.
o) Las consultas preliminares del mercado que se realicen,
en su caso, deberán constar en un informe. En el informe se relacionarán los
estudios realizados y sus autores, las entidades consultadas, las cuestiones
que se les han formulado y las respuestas a las mismas. Este informe estará
motivado, formará parte del expediente de contratación, y estará sujeto a
las mismas obligaciones de publicidad que los pliegos de condiciones (artículo
115.3 LCSP).
p) Los órganos de contratación que hubieren modificado un
contrato durante su vigencia, con independencia de si este está o no sujeto a
regulación armonizada y de la causa que justifique la modificación, deberán
publicar en todo caso un anuncio de modificación en el perfil de contratante
del órgano de contratación en el plazo de 5 días desde la aprobación de la
misma, que deberá ir acompañado de las alegaciones del contratista y de todos
los informes que, en su caso, se hubieran recabado con carácter previo a su
aprobación, incluidos aquellos aportados por el adjudicatario o los emitidos
por el propio órgano de contratación (artículo 207.3 LCSP).
No obstante estas medidas, el artículo 154.7 de la LCSP
permite que no se publique determinados datos relativos a la celebración del
contrato, debiendo solicitarse de forma preceptiva un informe al Consejo de
Transparencia y Buen Gobierno, que deberá evacuarlo en el plazo de 10 días: “cuando se considere, justificándose debidamente en el
expediente, que la divulgación de esa información puede obstaculizar la
aplicación de una norma, resultar contraria al interés público o perjudicar
intereses comerciales legítimos de empresas públicas o privadas o la
competencia leal entre ellas, o cuando se trate de contratos declarados
secretos o reservados o cuya ejecución deba ir acompañada de medidas de
seguridad especiales conforme a la legislación vigente, o cuando lo exija la
protección de los intereses esenciales de la seguridad del Estado”.
Teniendo en cuenta que muchas Comunidades Autónomas han
creado en sus respectivas leyes de transparencia institucionales análogas al
Consejo de Transparencia y Buen Gobierno, en mi opinión, serán las respectivas
instituciones autonómicas, donde existan, las que deberán emitir dicho informe
en su correspondiente ámbito competencial, únicamente autonómico, o también
autonómico y local.
La LCSP no aclara la naturaleza del informe y las
consecuencias de su no emisión en plazo. A mi juicio, el informe no es vinculante
para el órgano de contratación y la no emisión en plazo no interrumpe el
procedimiento y deberá ser entendido como favorable.
No obstante lo anterior, en el cumplimiento de las nuevas
obligaciones de publicidad activa en el perfil del contratante (como también en
las solicitudes de acceso a la información), habrá que tener en cuenta la
confidencialidad regulada en el artículo 133: “los órganos de contratación no podrán divulgar la
información facilitada por los empresarios que estos hayan designado como
confidencial en el momento de presentar su oferta. El carácter de confidencial
afecta, entre otros, a los secretos técnicos o comerciales, a los aspectos
confidenciales de las ofertas y a cualesquiera otras informaciones cuyo
contenido pueda ser utilizado para falsear la competencia, ya sea en ese
procedimiento de licitación o en otros posteriores”.
Ahora bien, el deber de confidencialidad del órgano de
contratación así como de sus servicios dependientes no podrá extenderse a
todo el contenido de la oferta del adjudicatario ni a todo el contenido de los
informes y documentación que, en su caso, genere directa o indirectamente el
órgano de contratación en el curso del procedimiento de licitación.
Únicamente podrá extenderse a documentos que tengan una difusión
restringida, y en ningún caso a documentos que sean públicamente accesibles.
Finalmente, no hay que olvidar que el deber de
confidencialidad tampoco podrá impedir la divulgación pública de partes no
confidenciales de los contratos celebrados, tales como, en su caso, la
liquidación, los plazos finales de ejecución de la obra, las empresas con las
que se ha contratado y subcontratado, y, en todo caso, las partes esenciales de
la oferta y las modificaciones posteriores del contrato, respetando en todo
caso lo dispuesto en la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de
Protección de Datos de Carácter Personal.
Por otra parte, conviene destacar que la incidencia de las
nuevas obligaciones de publicidad activa del perfil del contratante de la LCSP
es absoluta en las leyes autonómicas y ordenanzas sobre transparencia, algunas
de la cuales ya habían incrementado las obligaciones de publicidad activa
recogidas en el artículo 8.1.a) de la LTAIPBG.
A partir del 9 de marzo de 2018, habrá que cumplir las
obligaciones impuestas por el artículo 63 de la LCSP más todas aquellas que
también están recogidas en las respectivas leyes autonómicas de transparencia,
algunas de las cuales, exigen información diversa o adicional a la exigida
ahora por el artículo 63 de la LCSP[1]. Y lo mismo sucede en relación con las
ordenanzas municipales que contemplen la obligación de publicar información no
contenida en el nuevo artículo 63 de la LCSP[2].
A estos efectos, conviene recordar que las obligaciones de publicidad
activa impuestas por el artículo 63 de la LCSP son mínimas. No existe ninguna
limitación legal a que una administración o entidad decida publicar más
información contractual que la prevista con carácter básico por la LCSP,
siempre, lógicamente, que se protejan los restantes intereses públicos o
privados concurrentes (por ejemplo, protección de datos personales, propiedad
intelectual, etc.).
A pesar de los avances logrados por la nueva LCSP, existen todavía
muchos documentos importantes cuya publicidad activa en internet no es
obligatoria, pero que sería necesaria para luchar contra la corrupción e
incrementar todavía más la transparencia en un sector que consume ingentes
cantidades de dinero público.
Concretamente, la LCSP no contempla expresamente la publicación en el
perfil del contratante de los siguientes importantes documentos:
a) El informe del jurado con la clasificación de los proyectos, los
méritos de cada proyecto, junto con sus observaciones y cualesquiera aspectos
que requieran aclaración (artículo 157.5 LCSP).
b) El dictamen del Consejo de Estado u órgano consultivo equivalente
de la Comunidad Autónoma respectiva en los casos de interpretación,
modificación, nulidad y resolución de los contratos y responsabilidad
contractual (artículo 191.3 LCSP)
c) El acto formal y positivo de recepción o conformidad con la
prestación del contrato y el informe de Intervención de la Administración de
comprobación de la inversión (artículo 210.2 LCSP).
d) El informe de las oficinas o unidades de supervisión de los
proyectos cuando el presupuesto base de licitación del contrato de obras sea
igual o superior a 500.000 euros, IVA excluido (artículo 235 LCSP).
e) El acta de comprobación del replanteo de las obras (artículo 237
LCSP).
f) El informe del Director Facultativo de las Obras justificativo de
la modificación del contrato de obras (artículo 242 LCSP).
g) La certificación final de las obras ejecutadas, el acta de
recepción de las obras y el informe del Director Facultativo de las obras sobre
el estado de las mismas antes del vencimiento del plazo de garantía (artículo
243 LCSP).
Por otra parte, la nueva LCSP no se refiere ni exige la publicación
activa de estos otros documentos:
a) un informe-resumen final económico con detalle del precio de
adjudicación y coste final del contrato, con sus respectivas modificaciones y
revisiones de precios incluidas con el objeto de facilitar el control de las
indeseables desviaciones económicas;
b) los informes emitidos en el expediente de contratación por los
servicios jurídicos (secretarios generales, abogacía, et.), técnicos
(arquitectos, ingenieros, etc.) y económicos (intervención), al menos, respecto
a los contratos de mayor importancia económica respecto a cada entidad pública.
c) las sanciones o penalidades impuestas por el órgano de contratación;
d) el listado de facturas fiscalizadas y contabilizadas, al menos,
las superiores a 5.000 euros -importe relativo a los contratos menores pagados
con anticipos de caja fija excluidos de publicidad activa- , con detalle de su
estado de cobro.
Publicidad pasiva: Las solicitudes de acceso a la información
En el sistema normativo tradicional y actual de contratación pública,
los únicos protagonistas son, por un lado, las Administraciones públicas y las
restantes entidades que conforman el sector público y, por otro, los
licitadores y adjudicatarios, es decir, aquellas personas físicas o jurídicas
que deciden presentarse a un procedimiento de adjudicación de un contrato
público.
Dicho en otras palabras, los ciudadanos que no se presentan a un
contrato público, no pueden recurrir ninguna decisión, ya que carecen de
legitimación, y ello, a pesar de que los contratos públicos consumen grandes
cantidades de dinero público obtenido con los impuestos que pagan.
Con el objeto de evitar esta situación, es importante destacar el
contenido del Considerando nº 122 de la Directiva 2014/24/UE del Parlamento
Europeo y del Consejo, de 26 de febrero de 2014, sobre contratación pública y
por la que se deroga la Directiva 2004/18/CE, que dispone lo siguiente: “los ciudadanos, las partes interesadas, organizadas o no, y otras
personas y organismos que no tienen acceso a los procedimientos de recurso con
arreglo a la Directiva 89/665/CEE sí tienen un interés legítimo, en tanto
que contribuyentes, en procedimientos adecuados de contratación. Por
consiguiente, debe brindárseles la posibilidad, de un modo distinto al del
sistema de recurso contemplado en la Directiva 89/665/CEE, y sin que ello
implique necesariamente que se les conceda legitimación ante los órganos
jurisdiccionales, de señalar posibles infracciones de la presente
Directiva a la autoridad o la estructura competente“.
Lamentablemente, el propio articulado de la Directiva 2014/24/UE se
olvida de esta importante cuestión y no dedica ni un solo precepto a la misma.
Tampoco lo ha hecho la nueva LCSP.
En mi opinión, estamos ante un déficit importante del sistema de
contratación del sector público que allana el camino a la corrupción, ya que se
está impidiendo la participación y control de los ciudadanos en este ámbito tan
castigado por las malas prácticas para evitar decisiones ilegales, injustas o
arbitrarias.
Debemos superar el concepto restrictivo de legitimación que sostiene
en materia de contratación pública. Si bien es cierto que el patrimonio
personal del ciudadano no se ve afectado por las decisiones administrativas que
se adopten, ya que no le atribuye ningún beneficio directo ni elimina ninguna
carga o gravamen, no es menos cierto que, como recuerda el Considerando nº 122
de la Directiva 2014/24/UE, “los ciudadanos sí tienen un interés legítimo
en procedimientos adecuados de contratación en tanto que contribuyentes”.
Como ya se ha dicho, la nueva LCSP no reconoce a los ciudadanos
ninguna legitimación para interponer el recurso especial en materia de
contratación (artículo 48), examinar el expediente de contratación (artículo
52) o acceder a información adicional sobre los pliegos y demás documentación
(artículo 138.3). Solo pueden hacerlo los interesados, es decir, aquellas
personas que han concurrido al procedimiento de licitación.
Respecto al derecho de los ciudadanos a solicitar información sobre
un expediente de contratación en tramitación o finalizado, la cuestión puede
generar algunas dudas, sobre todo, en cuanto al acceso a documentos que no son
objeto de publicidad activa. Está claro que si la información o documentación
debe ser publicada en internet, no existe problema alguno en facilitarla a
cualquier ciudadano que la solicite expresamente.
Más dudas pueden surgir cuando el ciudadano solicita acceder a información
o documentación cuya publicidad activa no es obligatoria. En estos casos, por
un lado, los artículos 12 y 17 de la LTAIPBG no exigen ninguna legitimación
especial al solicitante.
Sin embargo, por otro lado, el apartado segundo de la disposición
adicional primera de dicha Ley, nos remite al régimen jurídico específico de
acceso a la información en materia de contratación pública, aunque la LTAIPBG
se debe aplicar supletoriamente.
La mayor duda surge al interpretar si la LCSP, cuando únicamente
reconoce legitimación a los interesados para acceder al expediente de
contratación, ésta regulando de forma completa esta cuestión, de forma que, al
no haber ninguna laguna, no se podría aplicar supletoriamente la LTAIPBG para
permitir que cualquier ciudadano pudiera acceder a la información.
A mi juicio, ponderando y valorando motivadamente los posibles
límites al acceso que pudieran concurrir en cada caso (artículos 14 y 15 de la
LTAIPBG, protección de datos personales, propiedad intelectual o industrial,
intereses económicos y comerciales, etc.), los cargos electos y los ciudadanos
en general sí que tienen derecho de acceso a la información obrante en un
expediente de contratación, ya que ostentan un interés legítimo en los
procedimientos adecuados de contratación en tanto que contribuyentes.
Los contratos públicos desempeñan una importante función en la
economía de los Estados miembros, con un valor estimado en más del 16 % del PIB
de la Unión[3] y alrededor de un 20% del PIB de España[4].
Por
ello, los protagonistas de la contratación pública no pueden seguir siendo
únicamente las entidades del sector público y los licitadores o contratistas.
En palabras del Considerando nº 122 de la Directiva 2014/24/UE, los ciudadanos
deben poder “señalar posibles infracciones” en cualquier fase del procedimiento
de contratación (preparación, adjudicación, ejecución y extinción), para lo
cual resulta esencial acceder a la información obrante en los expedientes. Sin
acceso a esta información es imposible “señalar posibles infracciones”.
Hay
que ver cómo nos cuesta avanzar. El artículo 15 de la Declaración de Derechos
del Hombre y del Ciudadano de 1789 dispuso que <<la sociedad tiene el
derecho de pedir cuentas a todo agente público de su administración>>.
La
razón es magistralmente expuesta por GARCÍA DE ENTERRÍA al explicar que nadie
confía en quien no ofrece explicaciones de su gestión. La democracia no se
construye con palabras y con dogmas, sino con hechos, hechos que el pueblo,
bien entendido, puesto que él es el protagonista del sistema, ha de comprender
y ha de creer. Aquí está la razón, en esa estructura inesquivable de la
confianza, de por qué la democracia exige transparencia para que pueda
funcionar eficazmente y, en su servicio, libertad de información, libertad de
investigación de la gestión pública, libertad de crítica y el derecho de pedir
justificaciones al poder[5].
La definición más universal de la
corrupción es la que consiste en usar información pública para obtener un
beneficio privado. La ausencia de información y la corrupción están
indisolublemente unidas[6]. En efecto, es evidente que sólo puede
realizarse un control efectivo de aquello que se conoce. <<No es posible
controlar aquello que se ignora>>[7]. Sin
información no hay conocimiento y sin conocimiento no hay control alguno, por
mucho que formalmente se diga que el sistema es democrático[8].
Aprobada la nueva LCSP, ahora toca seguir luchando no solo
para que se cumplan sus disposiciones de forma real y efectiva, sino para
seguir mejorándola incrementando la transparencia en este ámbito tan importante
de la contratación pública.
____________________________________________________________
Notas. [1] Así, por ejemplo, el artículo 13.1., apartados d), e), i) de la Ley catalana 19/2014, de 29 de diciembre, de transparencia, acceso a la información pública y buen gobierno, amplia la información a publicar en la página web al número de licitadores, los criterios de adjudicación, el cuadro comparativo de ofertas y sus respectivas puntuaciones, los acuerdos e informes técnicos del proceso de contratación, las licitaciones anuladas, las resoluciones anticipadas, las resoluciones de los recursos especiales, de las cuestiones de nulidad y de las resoluciones judiciales definitivas en materia de contratación, así como los actos de desistimiento, renuncia y resolución de contratos.
Asimismo, el artículo 9.1.a) de la Ley valenciana 2/2015, de 2 de abril, de la Generalitat, de Transparencia, Buen Gobierno y Participación Ciudadana, deja fuera de la publicidad activa algunos extremos que sí que incluye la anterior ley catalana, pero añade los casos de posibles revisiones de precios y cesión de contratos, la subcontratación, indicando la identidad de los subcontratistas, el importe de cada subcontratación y el porcentaje en volumen que cada una suponga sobre el total del contrato.
El artículo 28.1.d) y 2.e) de la Ley canaria 12/2014, de 26 de diciembre, de transparencia y de acceso a la información pública, incluye la composición y convocatoria de las mesas de contratación y las penalidades impuestas por el incumplimiento de los contratistas.
[2] Por ejemplo, el artículo 22.1.e) de la Ordenanza de Transparencia del Ayuntamiento de Zaragoza exige la publicación en la sede electrónica del listado de facturas de importe superior a quinientos euros fiscalizadas y contabilizadas por el Ayuntamiento; disponible en la web: https://www.zaragoza.es/ciudad/normativa/detalle_Normativa?id=3983#articulo22; fecha de consulta: 14 de noviembre de 2017.
[3] “Fichas técnicas del Parlamento Europeo 2017”, disponible en la web: http://www.europarl.europa.eu/ftu/pdf/es/FTU_3.2.2.pdf; fecha de consulta: 16 de noviembre de 2017.
[4] Según el Observatorio de Contratación Pública, disponible en la web: http://www.obcp.es/; fecha de consulta: 17 de noviembre de 2017.
[5] GARCÍA DE ENTERRÍA, E., Democracia, Jueces y Control de la Administración, 3ª ed., Civitas, Madrid, 1997, págs. 109 y 110.
[6] BELLVER, A., y KAUFMAN, D., <<Transparenting transparency>>, Initial Empirics and Policy Applications, The World Bank Discussion Paper, Washington D.C., 2005, págs. 5 y 11. Vid. PIÑAR MAÑAS, J.L., <<Transparencia y protección de datos: las claves de un equilibrio necesario>>, en GARCIA MACHO, R. (ed), Derecho administrativo de la información y administración transparente, Marcial Pons, Madrid, 2010, pág. 82. El autor sostiene con razón que la falta de transparencia y la corrupción van de la mano. Y no sólo en España. En Francia, el Consejo de Estado ya resaltó en su Rapport 1995 sobre La Transparence et le secret, que la transparencia es un medio de evitar que la opacidad en la adopción de decisiones haga saltar las sospechas de favoritismo, corrupción o arbitrariedad.
[7] GALÁN GALÁN, A., <<La comunicación pública>>, en TORNOS MÁS, J. y GALÁN GALÁN, A., Comunicación Pública. La información administrativa al ciudadano, Marcial Pons, Madrid, 2000, pág. 127.
[8] KELSEN, H., La Démocratie. Sa nature. Sa valeur, <<Económica>>, París, 1988, págs. 72 y 73: <<El destino de la democracia moderna depende en una gran medida de una organización sistemática de todas estas instituciones de control. La democracia sin control no puede durar>>.
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