"Porque los ayuntamientos son terminales de todo lo que pueda ocurrírseles a presidentes de gran envergadura, ponentes de congresos, conferencias internacionales … "
Francisco Sosa Wagner.- Blog EsPúblico.- En media Europa y parte de América del Norte se está
desarrollando un interesante movimiento protagonizado por Alcaldes y concejales
que se ha llegado a calificar como «rebelión de las ciudades» porque estas
autoridades locales pretenden abordar e intentar resolver los problemas que los
jefes de Estado y de Gobierno se muestran incapaces de solucionar. Se trata de «ocupar
los espacios conflictivos» por los responsables más cercanos a ellos.
El nuevo libro de Richard Florida que aborda la crisis de las ciudades modernas |
Inmigración
Uno de los más clamorosos ha sido el de la inmigración. Para
tratar de encauzarlo las autoridades europeas decidieron hacer un reparto entre
los Estados, en función de una serie de parámetros convenidos, de las miles de
personas que llaman a las puertas de nuestras fronteras (por Grecia, por
Italia, por la misma España …). Lo que ha ocurrido es desolador: la mayoría de
quienes presiden los gobiernos europeos se ha negado sencillamente a cumplir
este compromiso europeo. Al tiempo que todos hacían grandes proclamas de
solidaridad con los necesitados de ayuda.
Pues bien, aquí es donde aparece este movimiento de ediles
dispuesto a cubrir el vano que políticos de mayor rango no aciertan a llenar.
Como es frecuente suele haber un teórico de estas actitudes que inspira luego
la acción de personas más activas y que ocupan puestos donde se les exige
compromisos y acciones concretas y visibles (caso cabalmente de los
responsables locales). Ese teórico ha sido Benjamín Barber que fue asesor del
presidente Clinton. En libros, artículos y entrevistas cimentó la base
argumental de esta nueva política municipal que él quiso ver proyectada -Barber
ha fallecido recientemente- en ámbitos como este de la respuesta al desafío
migratorio y algunas otras, señaladamente la del calentamiento global.
Es muy relevante este segundo aspecto porque no hay política
protectora del medio ni posibilidad alguna de llevar a la práctica grandes
acuerdos internaciones si no se cuenta con la colaboración de los municipios.
Porque los ayuntamientos son terminales de todo lo que pueda ocurrírseles a
presidentes de gran envergadura, ponentes de congresos, conferencias
internacionales … Sin el alcalde y los concejales que al final diseñan la
política urbanística, la de transportes, la energética, el alumbrado público o
la recogida y reciclado de residuos no hay forma de llevar a cabo nada de lo
planificado en grandes leyes, voluminosos Tratados internacionales o acuerdos
barrocos de las organizaciones planetarias.
El clima
En los Estados Unidos ha sido su presidente quien, al
denunciar el Tratado de París y abandonar los compromisos adquiridos por su
antecesor, ha dicho que «él no piensa en los ciudadanos europeos sino en los de
Pittsburgh». Pues bien, ha sido el alcalde Pittsburgh, que representa a esos
ciudadanos, quien le ha replicado de manera contundente que él sí se siente concernido
por las políticas vigilantes con el clima y, en lo que esté en su mano, las va
a cumplir y hacer cumplir en su territorio.
Dicho todo esto añado un tema de meditación que está
directamente emparentado con este. Resulta ya apabullante la bibliografía que
está indicándonos cómo la diferencia de clases en las modernas sociedades ya no
se presenta en los términos conocidos de los siglos XIX y XX sino en una nueva
versión que enfrenta a los ciudadanos de las grandes urbes bien equipadas con
los que viven en espacios donde se carece de conexión a internet y, si la hay,
es muy deficiente. Tal es el caso de miles y miles de municipios pequeños. En
España se está denunciando estos días cómo, en tales localidades, servicios
básicos como la consulta médica o las propias instalaciones municipales se
hallan aisladas del mundo en un limbo que desespera a los funcionarios
responsables y hace a sus vecinos ciudadanos de segunda categoría.
La «rebelión» de la que aquí doy noticia debe ser
también la «rebelión» de los pequeños municipios.
Recordemos, para terminar, que toda la inmensa Odisea gira
alrededor de la pequeña Ítaca como toda la gloria literaria procede de un
Macondo perdido.
Otro post de Xabier Marcet: Tiene remedio la Administración
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