Otro post de interés. J.R Chaves: Jornada sobre novedades del personal de las administraciones públicas (Oviedo, 29 septiembre)
Por Carles Ramió. Blog EsPúblico.- Es evidente que hay (o debería haber) una vinculación entre la E-gobierno y la mejora y la modernización de los modelos de gestión de las administraciones públicas. Ahora bien, si atendemos a los análisis y reflexiones realizadas por algunos especialistas, se detectan dos visiones absolutamente contradictorias que generan mucha incertidumbre en los directivos y gestores públicos que tienen como objetivo la renovación organizativa y que contemplan la posibilidad de utilizar las TIC como su principal instrumento:
Por Carles Ramió. Blog EsPúblico.- Es evidente que hay (o debería haber) una vinculación entre la E-gobierno y la mejora y la modernización de los modelos de gestión de las administraciones públicas. Ahora bien, si atendemos a los análisis y reflexiones realizadas por algunos especialistas, se detectan dos visiones absolutamente contradictorias que generan mucha incertidumbre en los directivos y gestores públicos que tienen como objetivo la renovación organizativa y que contemplan la posibilidad de utilizar las TIC como su principal instrumento:
a) Se considera que hay una vinculación directa entre
E-administración y modernización de la gestión: Por una parte existe la
posición de aquellos que defienden sin fisuras la vinculación directa entre
E-administración y mejora y renovación del modelo de gestión. El argumento es
sencillo: si nos encontramos con una Administración pública o un ámbito de
gestión anticuado, con un defectuoso funcionamiento organizativo, la mejor
estrategia para su modernización es la inversión en e-Administración, que
ejerce como catalizador de un proceso de reforma y mejora del modelo de
gestión.
b) Se parte de la base de que no hay una vinculación entre
E-administración y mejora de la gestión. El argumento es que si nos encontramos
con una Administración pública o un ámbito de gestión anticuado y poco refinado
la peor estrategia en este caso es invertir en E-administración, ya que sólo se
lograría digitalizar el desastre del mal modelo de organización y de sus
procesos administrativos excesivamente burocratizados (y esto, literalmente,
implicaría tirar el dinero).
Dos escenarios y tres islas de la excelencia
¿Cuál de los dos argumentos tiene razón? La respuesta es que
aplicando el sentido común aparentemente es mucho más acertado el segundo que
el primero. En cambio, desde nuestro punto de vista, basado en diversas experiencias
empíricas, ambas posiciones tienen razón en función de las características
específicas sobre el tipo de organización pública o ámbito de gestión sobre el
que se desee intervenir. Y aquí hay que contemplar dos escenarios diferentes en
relación a diferentes tipos y características organizativas:
Organización unisectorial con unos objetivos muy claros: en
este caso la e-Administración tiene la capacidad de ejercer como catalizador de
la renovación y mejora global del modelo de gestión. Si aquí se invierte en
E-administración se va a lograr la ansiada modernización. Pero hay que tener
presente que los requisitos son dos: por una parte tiene que ser una
organización que gestione o implemente una única política pública y que,
además, tenga unos objetivos muy evidentes y diáfanos que sean muy fáciles de
cuantificar. Pongamos unos ejemplos: en la Administración del Estado Español
hay unos pocos ámbitos de gestión que son considerados como las “joyas de la
corona” en el sentido de ser paradigmas de una gestión moderna (es lo que la
literatura denomina “islas de excelencia”) al que el resto de la Administración
admira y desea copiar o emular (lo que la literatura denomina “lógicas
positivas de isomorfismo institucional”). Pues bien hay un consenso
generalizado que “las joyas de la corona institucional” de la Administración
del Estado español son: la Agencia Tributaria (ente recaudador de los
principales impuestos directos e indirectos del Estado), la Tesorería General
de la Seguridad Social (ente recaudador de los impuestos asociados al mercado
laboral destinados a la jubilación y el subsidio por desempleo) y la Dirección
General de Tráfico (ente que regula el tráfico de vehículos).
Los tres casos
son claramente unisectoriales ya que atienden a un único ámbito de gestión y de
políticas públicas y, además, los tres casos tienen unos objetivos muy claros,
sencillos y fácilmente cuantificables: en los dos primeros entes su objetivo es
recaudar lo máximo posible y en el caso del tercero (la Dirección General de
Tráfico) reducir el número de accidentes, muertos y heridos derivados del
tráfico viario. ¿Cuál es el motivo que desde hace más de una década estos tres
ámbitos de gestión sean considerados como exitosos a nivel de su modernidad en
la gestión y su elevada eficacia y eficiencia? La mayoría de expertos coinciden
en que su éxito actual reside en que hace ya tres décadas invirtieron de forma
masiva y radical en informática, en bases de datos y en lo que serían unas
incipientes tecnologías de la información. Es decir en estos casos la
E-administración ha ejercido como catalizador evidente para la renovación y
modernización de estos ámbitos públicos de gestión. Pongamos ahora otro ejemplo
del sector privado español: las entidades financieras. Las entidades
financieras españolas, a pesar de las actuales turbulencias económicas, son
consideradas como las más eficaces y eficientes del mundo.
El ayuntamiento de Barcelona
Organización plurisectorial con unos objetivos difusos: en
este caso la E-administración no posee la capacidad para contribuir a la mejora
y modernización del modelo de gestión, y sólo logra cristalizar
cibernéticamente procesos y diseños institucionales anticuados sin aportar
valor añadido; más bien al contrario, fosiliza la precariedad organizativa.
Implica malbaratar recursos, ya que nada aporta en positivo e incluso genera
externalidades negativas (en la medida que genera todavía más burocracia
negativa). En este sentido, por ejemplo, si encontramos una administración
local o municipal que opera de forma precaria y premoderna, carece de sentido
impulsar su mejora por la vía de la E-administración ya que no se va a lograr
su renovación institucional. Se ha puesto como ejemplo una administración local
porque es multisectorial (opera en un gran número de ámbitos de gestión y de
políticas públicas) y tiene unos objetivos muy difusos y difícilmente
cuantificables (por ejemplo en políticas sociales, educativas, culturales, de
promoción económica, etc.). En estos casos (que son la mayoría de las
administraciones o ámbitos de gestión) primero hay que actualizar y modernizar
sus modelos de gestión y luego invertir en E-administración. Pongamos un
ejemplo: el Ayuntamiento de Barcelona ha sido durante mucho tiempo un modelo o
paradigma mundial de impulso del E-gobierno y de la E-administración.
Este éxito
en el mundo del diseño e implantación de las tecnologías no ha ido acompañado,
en cambio, de un modelo moderno de gestión a nivel institucional y
organizativo. Es decir, la implantación de la E-administración no ha impulsado
una renovación de la institución y de sus mecanismos de gestión. Y por doloroso
que sea hay que reconocer que la elevada inversión en E-administración ha
implicado en la práctica tirar a un pozo sin fondo cantidades ingentes de
recursos económicos. El Ayuntamiento de Barcelona sigue siendo paradigma
mundial en la aplicación del E-gobierno y de la E-administración pero esto no
tiene apenas ninguna utilidad ya que equivale a que posee un oasis
esplendoroso, un vergel tecnológico en medio de un enorme desierto que es su
modelo institucional y de gestión. Hay que decir que el objetivo de la
E-administración no es crear unos pocos oasis que cuestan un potosí sino que el
objetivo es fertilizar (modernizar) el desierto institucional y de gestión y
esto no se ha logrado en absoluto. Lo que se debería haber hecho es primero
mejorar el modelo institucional y de gestión y posteriormente invertir en
tecnologías de la información.
Pero, en cambio, el Ayuntamiento de Barcelona
acredita algún caso de éxito como el de la renovación de su policía local
(Guardia Urbana) por la vía de la implantación de la E-administración. En su
momento se decidió invertir en tecnologías de la información en la policía
local como parte de un protocolo tecnológico global. Las expectativas eran muy
bajas ya que si no se había logrado modernizar la gestión en otros ámbitos
organizativos más punteros difícilmente se conseguiría con la policía local con
unos atributos mucho más anticuados y burocráticos que la media. La sorpresa
fue mayúscula cuando el modelo de gestión de la policía local se renovó y
modernizó. ¿Cómo era esto posible? La respuesta es fácil: se trata de un ámbito
unisectorial que posee unos objetivos claros y sencillos de cuantificar (por
ejemplo reducción del número de delitos). Este ejemplo se encuentra en el
primer escenario en el que la E-administración sí que ejerce de catalizador
para la modernización de la gestión.
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