Wolters Kluwer.- Las palancas de motivación en la Administración Pública no
funcionan igual que en la empresa privada, pero los motivos que conforman la
satisfacción frente al trabajo son los mismos. Saber reconocerlos y
gestionarlos precisará de un empuje decidido de la dirección.
La Experiencia Empleado es un término que aunque
parece novedoso asociado a los RRHH no es más que una extensión de la
clásica satisfacción laboral. Toda actividad emprendida por los
humanos busca, además de unos beneficios, un grado de satisfacción personal
que, por lo general, está relacionado con las respuestas afectivas que un
individuo experimenta ante su actividad laboral. Por ello es creciente el
interés por implantar en el ámbito laboral sistemas de calidad donde la
satisfacción ha pasado a ser uno de los componentes fundamentales.
De las numerosas investigaciones que se ha realizado acerca
de la cuestión, se ha podido configurar los factores principales que la
determinan. Así, entornos no saludables, espacios físicos inadecuados,
problemas de equipamientos o cualquier otra circunstancia que revele un
desinterés por el nivel de salud y seguridad de las condiciones de trabajo
supone un obstáculo en la mejora de la productividad y eficiencia de la
organización así como en la satisfacción de los trabajadores.
Junto a la seguridad, lo relacionado con la retribución,
oportunidades de promoción, supervisión, compañeros, formación o carga de
trabajo, completan el círculo de la satisfacción.
El mundo de la Administración Pública no es ajeno a esta
tendencia y, debido a su compromiso de Servicio Público, es uno de los más
interesados, si cabe, en promover políticas de este talante entre sus
empleados, como se pudo comprobar recientemente en la celebración del I Foro Nueva
Administración celebrado en Madrid.
En este sentido, la Administración de Justicia de la Junta
de Andalucía en la provincia de Almería hizo un estudio analizando la
incidencia de las condiciones de trabajo sobre el nivel de satisfacción
laboral. Los resultados del mismo pusieron de manifiesto que el nivel de
satisfacción en general no es especialmente elevado: la ambigüedad,
sobrecarga y conflicto de roles con respecto al desempeño de tareas que no
corresponde a su puesto o categoría profesional, son los aspectos que generan
más insatisfacción junto al ritmo excesivo de trabajo, la escasez de
personal y la falta de adecuación de los equipamientos (ordenadores, nuevas
tecnologías, etc).
Asimismo, el salario, la falta oportunidades de promoción y
los sistemas de “recompensas” por el trabajo bien hecho no promueven el nivel
de satisfacción deseado. La falta de reconocimiento ante el trabajo bien
hecho; la poca atención que se presta a sus sugerencias; la forma en que son
dirigidos y las relaciones laborales entre los directivos y los trabajadores de
la empresa son los principales escoyos de los trabajadores de la
Administración, que también se duelen de las pocas oportunidades que se
les brindan para que puedan demostrar sus habilidades y la escasa variedad en
las tareas y trabajos que desempeñan.
Frente a esto, son las cuestiones ligadas a las relaciones
interpersonales las que se muestran más positivas, confirmando así la
importancia de las relaciones sociales en el lugar de trabajo y su incidencia
no sólo en la satisfacción laboral sino también en la eficacia organizacional.
Junto a ellas, la cantidad de responsabilidad que se les confía o libertad que
se les otorga para elegir su propio método de trabajo conforman las principales
palancas de satisfacción laboral en la Administración.
El aliciente de la promoción y formación
Las cuestiones referidas a la promoción y formación continua
son también, uno de los principales alicientes. De manera que, lo trabajadores
que cuentan con mayores posibilidades de formación continua, mayor oportunidad
para la promoción y con una mayor estabilidad laboral, expresan también mayores
niveles de satisfacción.
Conseguir el compromiso de los miembros de una organización,
sea ésta pública o privada, precisa pues de una mirada a las necesidades y
factores por los que una persona trabaja. El reconocimiento social, la relación
con los compañeros o el sentimiento de utilidad son palancas muy potentes en la
Administración Pública, por lo que explorar el potencial de mejora de la
motivación intrínseca, reflexionar en profundidad con los responsables de
RR.HH. de la institución y diseñar una estrategia de actuación que potencie el
sentimiento de logro en el trabajo abrirá nuevos horizontes para los
trabajadores públicos.
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