Andrés Betancor. Independencia judicial, percepciones.- Ecoregulación blog
Rafael Jiménez Asensio. Agenda Pública blog. El (des) gobierno del Poder Judicial
Por José Ramón Chaves. De laJusticia.com .- Leo la sencilla pero clara y convincente Carta abierta a la
carrera judicial, de Segundo Menéndez, magistrado del Tribunal Supremo de bien
ganado prestigio y sensatez, y creo que merece la pena recomendar su lectura.
Aquí la tenéis completa con algún comentario de cuño propio.
Es ahora, no mañana, cuando debemos reaccionar exigiendo un
nuevo sistema, unas nuevas actitudes en relación con la renovación de nuestro
órgano de gobierno [el Consejo General del Poder Judicial] y con la elección de
su presidente, que lo es también -por mandato constitucional- del Tribunal
Supremo.
Adelanto sinceramente que no soy partidario de que nosotros
elijamos a los 12 vocales de procedencia judicial del Consejo. Lo que pido
vehementemente son otras cosas.
Para los grupos parlamentarios, que no olviden que el
artículo 123.2 de la Constitución ordena que el presidente del Tribunal Supremo
sea nombrado por el Rey, a propuesta del Consejo General del Poder Judicial.
Por ende, que tengan claro que su manifestación, exteriorizada sin sonrojo, de
haberse puesto de acuerdo en quién será el próximo presidente, no deja de
constituir una injerencia contraria a la Constitución.
Para los futuros vocales, que cumplan lo ahí ordenado,
proponiendo ellos al presidente, sin obedecer -sumisamente- un ilícito mandato
de aquellos grupos.
Para el futuro señor presidente, que tenga el arrojo de
rechazar su cargo con fundamento, sin más, en la ilícita injerencia de
aquellos.
Para el futuro Consejo, que interiorice que su función
primordial es proteger la función jurisdiccional ejercida con rectitud,
valorando ese mérito como principal, y desvalorando a quien la ejerza con falta
de atención al litigio y al imperio de la Ley.
También para el futuro Consejo, que con seriedad y si es
necesario con aplomo, defienda ese modo de ejercicio, proporcionando al juez la
seguridad de que su actuación en esa línea será protegida por encima de otras
consideraciones.
Otra vez para el futuro Consejo, que reaccione con claridad,
sin palabras vacías y frente a todos, ante toda injerencia o descrédito carente
del más mínimo fundamento.
Pero, ¿cómo podemos reaccionar nosotros si nada de esto va a
ser posible y si -según las últimas noticias- se van a reproducir las actitudes
que ya hemos visto en todos los Consejos anteriores, desde su constitución
hasta su cese?
Debemos hacerlo con respeto a las personas, desde luego,
pero expresando día a día y siempre que haya ocasión, sin tibieza y con
claridad, que los grupos parlamentarios, los vocales, el presidente y el
Consejo olvidaron y olvidan con esos comportamientos claros mandatos
constitucionales, inherentes a todo Estado de derecho que lo sea realmente.
Mercadeo
Asumo la Carta, pero falta que la lean quienes
tienen el deber de cumplir la Constitución, los políticos que participan del
impúdico mercadeo. Falta que se la crean y falta que la cumplan.
Me gustaría recordar a todos los que juraron sus cargos
públicos, que está incluido el acatamiento de la Constitución y que sus
mandatos no son consejos de hoja parroquial, ni mera cortesía, sino lo que es
la voluntad de todos los españoles.
Que exista un Consejo General del Poder Judicial
independiente, que sea elegido sin burdos amaños, y que ese Consejo “sano”
elija el Presidente del Supremo, sin poner el carro delante de los
caballos… ¿Qué parte no se entiende de la Constitución cuando dice que “El
Presidente del Tribunal Supremo será nombrado por el Rey, a propuesta del
Consejo General del Poder Judicial”?... Claro que quizá se impone una
corrección de errores del texto constitucional para entenderlo, de manera que
donde dice Consejo General del Poder Judicial, debiera decir, “políticos
impúdicos”… y entonces lo entenderemos todos: El Presidente del Tribunal
Supremo será nombrado por el Rey, a propuesta de políticos impúdicos.
No cuestiono el prestigio del pronosticado Presidente
del Supremo ni de los cantados vocales del Consejo General del Poder
Judicial, pero creo que las formas importan (nada de poner el carro delante de
los bueyes), sobre todo cuando esas formas las impone la Constitución y cuando
tras esas formas están importantísimas garantías de la Justicia que queremos.
Cuando era niño en vísperas de los Reyes Magos mis padres
aseguraban a todo el mundo que me traerían un juego de química, pese a que yo
no lo había pedido y ni siquiera había escrito la carta, aunque con
candor infantil confiaba en que era el niño el que pedía y después
los Reyes Magos, si podían lo traían. El pronóstico se cumplió
y dejé de creer en los Reyes Magos. Espero que no suceda igual en la
Justicia.
No sé como se conseguirá echar a los mercaderes del Templo
pero lo que es seguro es que la Justicia tiene muchísimos problemas,
necesidades y no es infalible. Y para resolverlos no es un buen
comienzo que presidente del Supremo y miembros del Consejo General del
Poder Judicial sean objeto del “monopoly” de algunos partidos.
El pecado original de nombramientos partidistas traerá consecuencias a la Justicia, más de las oportunamente denunciadas por voces autorizadas. Como decía el cardenal Hélder Cámara, “si el primer botón de la sotana lo abotonamos mal, todos los demás irán mal”.
El pecado original de nombramientos partidistas traerá consecuencias a la Justicia, más de las oportunamente denunciadas por voces autorizadas. Como decía el cardenal Hélder Cámara, “si el primer botón de la sotana lo abotonamos mal, todos los demás irán mal”.
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