JR Chaves. Blog delaJusticia.com. Tal y como anticipé, estamos en tiempos de auditorías públicas, y este jueves tuve el honor y ocasión de abrir el VII Congreso de auditoría pública en Toledo con una charla titulada ” Cuando el auditor despertó, ya no hacía falta. Claves en tiempos tumultuosos”. Aunque la exposición se centró en la perspectiva del control económico-financiero, la premisa de partida se refería a un escenario de tumulto que padecen los cargos públicos responsables de los servicios jurídicos, intervención y la gestión pública en general.
El tumulto se ofrece en varias vertientes: jurídica, económica, personal, administrativa, procesal y ética. Y ese desorden e incertidumbre es incómodo y preocupante.
Veamos.
Veamos.
Tumulto jurídico. Muchas normas, contradictorias y de pésima factura.
– Legislador egoísta: Leyes a la medida administración… Los experimentos exitosos en términos de recaudación de la administración tributaria se contagian hacia las leyes administrativas generales.
– Legislador autista: las opiniones y recomendaciones de los órganos de control son la voz que clama en el desierto.
– Legislador dadísta: el absurdo se refleja en la ley de contratos del sector público o en la legislación urbanística, vivos ejemplos de modelos “enredados”.
– Legislador funambulista: el legislador vive con sobresaltos y “asaltos” de las sentencias del Tribunal Constitucional y del Tribunal de Justicia de la Unión
Europea.
Legislador vago o cobarde. El Estatuto Básico del Empleado Público apenas se ha desarrollado ni por el legislador estatal ni autonómicos. Las Directivas comunitarias, como las Directivas sobre contratación electrónica 2014 no se trasponen y dejan sumido a los órganos de contratación y asesores en el difícil papel de identificar los preceptos que son de aplicación directa.
Europea.
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