Otro post de interés para gestores públicos. Por Montse Carpio blog : El Consejo de Ministros ha aprobado un Real Decreto por el
que se modifica el régimen de funcionamiento de la Base de Datos Nacional de
Subvenciones (BDNS) y la publicidad de las subvenciones y demás ayudas
públicas, para dar respuesta a los requerimientos impuestos por la Unión
Europea.
Por Manuel Pimentel. EsPúblico blog. Malos tiempos corren para el municipalismo. Nadie parece
acordarse de los afanes locales ahora que estamos encelados en las cuitas
nacionales, con su enorme carga sanguínea y pasional. La política municipal es
la más cercana, la más natural, escuchamos. En las municipales se vota a la
persona, no a los partidos, se repite. Y nos lo creemos, en parte, porque así
ha sido hasta ahora.
Ayuntamiento de Córdoba |
Por tanto, cuando votamos a nuestros concejales y alcaldes,
expresamos también la pulsión política del momento y marcamos la dirección y el
sentido de las dinámicas electorales. Las municipales siempre anticiparon lo
por venir. Pero, en esta ocasión, el ritmo habitual se ha quebrado por la
previa convocatoria de las generales, apenas un mes antes de las municipales.
El mundo al revés de lo que conocíamos hasta ahora, vamos. Veremos si, también
en este caso, se cumplen las leyes comprobadas hasta ahora. Si así fuera, lo
que dictaminaran las urnas del 28A sería un anticipo de lo por venir en las
elecciones de mayo.
No jugaremos a aprendiz de brujo ni abriremos las entrañas
del futuro para oficiar como augur. No nos interesa en estas líneas barruntar
qué partido ganará o cuál resultará derrotado. Buscamos leyes generales y no
resultados concretos. Y estas tendencias generales nos permiten vaticinar que
el atronador estruendo de la campaña de las generales impedirá a los candidatos
de las municipales el poder hacer llegar su música electoral a la parroquia.
Hablaremos de las grandes cuestiones, sobre todo de Cataluña, hasta el 28A, y,
después, de los pactos posibles de gobierno. Las elecciones y las coaliciones
se nos muestran ahora por completas abiertas, lo que alimentará angustias y
ansiedades cómplices del protagonismo absoluto de la política nacional sobre la
local.
26M.- Municipales desapercibidas
Nos tememos que las elecciones municipales pasarán por
completo desapercibidas, una pena porque desmerece la enorme y vital
importancia del debate municipal. Vivimos en ciudades, que nos proveen de los
servicios básicos imprescindibles para nuestra existencia. Nuestra calidad de
vida depende, en alto grado, de las prestaciones y de los servicios
municipales. Nuestra vivienda es fruto de su urbanismo, nos movemos en su
interior gracias a sus normas de tráfico y a sus políticas de movilidad y de
transportes públicos. Podemos aparcar en función de su previsión de
aparcamientos, caminar gracias al acerado y a las zonas peatonales. Respiramos,
paseamos y nos solazamos en los parques y jardines municipales. Los
equipamientos y servicios culturales, sociales, deportivos y educativos suelen
tener base o propiedad municipal. Las calles están limpias, las basuras se
recogen, los jardines se cuidan, el agua potable llega hasta nuestras casas
gracias a una red de servicios municipales, gestionados de manera directa o
bien externalizados a través de una gestión mixta o privada. En suma,
nuestra vida resultaría del todo inviable sin los servicios municipales. La ciudad
nos hace, la ciudad es la institución más cercana, más orgánica, más natural,
pero, desgraciadamente, la que menos parece importar en el debate político de
los tiempos. Pero los tiempos cambian y las ciudades deberán hacer frente a los
nuevos y enormes retos del siglo. Pero de eso, por ahora y desgraciadamente, no
podremos hablar, afónicos como estaremos por gritarnos entre nosotros los
rencores que amargan la política nacional, en la que no votamos al que amamos,
sino que lo hacemos en contra de quién odiamos.
El municipalismo, que vivió épocas gloriosas, se desvanece
en la neblina de la melancolía, languidece entre la indiferencia de unos
ciudadanos que deberían estarle bien agradecidos pues, probablemente, los
ayuntamientos han sido las instituciones que mejor han funcionado en nuestra
democracia. Pero, como desgraciadamente comprobaremos, en estos próximos meses
hablaremos muy poco de ciudades y mucho de política nacional. Pobres candidatos
municipales, ¿quién se acordará de ellos?
El debate autonómico también quedará oscurecido por los
fuegos de artificio de la pugna entre Sánchez, Casado, Rivera, Iglesias,
Abascal y Junqueras. Pero, al igual que glosamos hoy al humilde municipalismo,
debemos ser críticos con algunos aspectos del prepotente autonomismo, porque el
sistema de las autonomías no ha funcionado. O, mejor dicho, no ha funcionado
tan bien como lo ha hecho el régimen local. Las ciudades construyen hábitats
para acoger y dar calidad de vida, las autonomías se afanan en cebar
identidades que separan y enemistan. El sistema autonómico, a pesar de las
muchas cosas buenas que nos ha traído, se ha equivocado en su empeño de crear
miniestados, con unos absurdos y costosos aires de grandeza que, al final,
terminamos pagando entre todos. Ha cebado la megalomanía de sus capitales
autonómicas, que han crecido a costa de las administradas, repitiendo a escala
y para peor el anterior centralismo del estado. Así, el debate nacional, denso
y fiero, y el autonómico, plañidero e identitario, parecen hacer derrotado para
siempre al municipalismo eficaz y discreto. Por eso, algunos politólogos lo
consideran como cosa del pasado cuando otros, entre los que nos encontramos,
consideran que el municipalismo deberá regresar de nuevo al centro del debate
político. El municipalismo no ha sido derrotado, simplemente está hibernado.
Todavía le tocará dormir durante unos meses, pero esperemos, por el bien de
todos, que pronto despierte para seguir en su eficaz esfuerzo para la mejora de
nuestras vidas, mientras que otras instituciones parecen empeñadas en lo
contrario, haciéndonosla peor y más complicada. Que el buen debate
municipalista nos ilumine de nuevo, amén.
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