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Post de Víctor Almonacid, 2020, sobre la publicación en el BOE de 4.9.2018 de la entrada en vigor de la Ley 39/2015
Post de Víctor Almonacid, 2020, sobre la publicación en el BOE de 4.9.2018 de la entrada en vigor de la Ley 39/2015
Por Sergio Jiménez. Analítica Pública. Mientras se
apuraba el mes de agosto el consejo de Ministros sacó hizo varios anuncios. Uno
de ellos levantó mucho polvo, crear una comisión de expertos para
estudiar un cambio del huso horario. El
segundo levantó mucho menos revuelo (en el mundo genral, aunque tengo el
timeline de twitter en ebullición con grandes artículos de Victor Almonacid y Concepción Campos), prorrogaba la ley 39/2015 la generalización del
procedimiento digital por defecto dos años más.
Vamos a decir que no
es algo que nos pueda pillar por sorpresa, pero no por previsible deja de ser
interesante ver qué es lo que ha pasado, cómo ha reaccionado el mundo
administrativo y, sobre todo, lo que podemos aprender a futuro.
Lo imposible de
los plazos de la ley 39/2015
Hay que reconocer
una cosa. El legislador tiene gusto por los plazos. Esta especie de voluntarismo, del que ya hemos
hablado, no deja de ser común e ingenuo. Si recapitulamos, en 2018 todas las
Administraciones tienen que:
-Tener toda su contratación electrónica y anunciar todos
sus contratos en la plataforma de contratación del Estado. Os voy ya avisando, esto no es así, y por
lo que me cuentan para un proyecto que estoy montando con Populate Tools, no
parece que casi nadie tenga intención de hacerlo en los próximos meses.
-Tener todo su funcionamiento adaptado al RGPD. Basta con darse una vuelta en 10 ó 15
páginas de administraciones para ver que tampoco.
-Tener todo el procedimiento digital implantado.
Personalmente,
con llegar a sola una de esas tres cosas, ya sería un año increiblemente
exitoso. Llegar a las 3 me parece un escenario poco realista. Es un poco como en la película Lo
imposible viene a decir que cuando
uno mira una estrella no sabe si estará viva o muerta, y sólo le queda desear
que es así. Pues bien, está claro que quien hace estas leyes cuenta (de manera
muy poco realista, en mi opinión) en que cuando llegue, los deberes estarán
hechos.
El ciclo del
duelo de las leyes de procedimiento digital
Este verano
Victor Almonacid sacó un artículo que siempre quise escribir y nunca tuve
tiempo: el ciclo del duelo de la Administración electrónica.
En este caso, ya que Victor lo ha escrito tan bien, quiero hacer mi
adaptación al legislador de la Administración electrónica de la siguiente manera:
Negación: ¿Cómo
no van a cumplir nuestra ley? Hombre,
si es voluntad, decisión y liderazgo. Y les vamos a dar subvenciones y algunos
recursos compartidos. Es imposible que no lleguen a 2018.
Ira: ¡Cómo
que no van a cumplir nuestra ley! No
se atreverán, lo dicen la ley y cómo no lo hagan, se les va a caer el pelo.
Sanciones a cascoporro.
Negociación: Aunque
sea, cumplid lo importante de nuestra ley.
En este caso asumes que, a lo mejor, la licencia para la instalación de
veladores en la calle en un pueblo de 500 habitantes no llegue, pero hombre, al
menos que se integre en el sistema de notificaciones telemáticas, digo yo que
si.
Depresión. Nadie
hace caso a nuestra ley. Quedan 3
meses y no hay quien nos eche cuentas.
Aceptación. Bueno,
demos dos años más, que seguro que esta vez si. Como no habéis llegado, damos dos años más y a ver.
¿Ando muy
equivocado? Creo que no.
La importancia de
ser razonable
¿Tiene, de
verdad, sentido aspirar a una tramitación digital universal por defecto? En mi
opinión, no es así. Por poner el ejemplo de digitalizar la solicitud de
licencias de terraza via telemática en municipios pequeños, es inapropiada. Por
un lado, a los municipios les estas exigiendo un esfuerzo enorme
para algo que quizá no sea tan importante.
Por otro lado, al exigir igualdad de condiciones y plazos, estas dando la misma
pioridad a esto que a la presentación de los estatutos de una asociación ante
la Agencia Tributaria, que aún no coge los documentos con firma digital.
(Aviso, en mi pueblo está todo digitalizado, pero me consta que esta parte del
trámite no se puede hacer digitalmente en la Agencia Tributaria). Cadiar 1,
Agencia Tributaria 0.
El psicodrama de
las administraciones
Claro, ahora
bien. Después de 3 años, había administraciones que habían echado el resto para
llegar. En muchos casos con un coste personal alto para quienes se han
implicado en el proyecto. Otras se han
esforzado y no han llegado. Unas pocas más, directamente habían pasado. Así que
una prórroga general tendrá efectos diferenciados entre estos colectivos.
Quien ha cumplido a sangre y fuego. Pues está en parte orgulloso y en parte muy frustrado o frustrada. Me
puedo imaginar facilmente algún habilitado o habilitada que ha montado un
zafarrancho para digitalizar su administración a tiempo. Llega el 31 de agosto
(cuando acaba sus vacaciones) y el 3 de septiembre, de regreso, le esperan
cientos de correos y ese jefe (o jefa) de negociado que le ha amargado la vida
con una sonrisilla condescendiente, y diciendo “¿qué ha pasado con los
plazos?” como quien te dice “¿Cómo
quedó el Athletic el domingo?” después
de perder en Anoeta. A mi me darían ganas de gritar mucho.
Quien estaba ahogándose en la orilla. Estas personas respirarán pensando que
tienen dos años más. La verdad es que son los únicos beneficiados, pero ojo,
que a lo mejor el cambio de plazo les hace relajarse (a mi me pasa
constantemente).
Quien ha pasado.
Pues a esos les da igual. Por un lado se sentirán reforzados (todos estos pringaoscorriendo para nada). Por el otro, intuyo que
el nuevo plazo les importa lo mismo que el viejo.
El ejemplo de
Google Plus
En mi opinión el
legislador actúa aquí como Google cuando trató de tener éxito con Google Plus.
No sé si os acordáis que, no sólo abría perfil en la red social a todas sus
cuentas, sino que toda la información se centraba en ella, los resultados de
Google sacaban la foto de Google Plus, las recomendaciones de Android Market
eran las de Google Plus y los comentarios de Youtube serían solo posibles si
tenías Google Plus. Mucho esfuerzo para nada. Algunos creyentes nos metimos a
full (que ingenuos éramos) y el resto pasó del tema.
Cogiendo un poco
la simultaneidad temporal, hay que considerar que hay cosas que puedes hacer
verticalmente sin grandes complicaciones y otras no.
El cambio de hora
posiblemente es una cosa que podamos cambiar a golpe de BOE, pero el modo de
trabajar de miles de administraciones, no es una de ellas.
Lecciones para el
futuro
Si de verdad
la Administración quiere hacer una administración digital universal (cosa que tampoco estoy seguro de que
sea tan buena idea) debería tener en cuenta algunas cosas:
-Entender que no hay un posible enfoque “solitario”. Hay que contar con CCAA, Entes Locales,
organismos autónomos. No sólo por cuestiones de plazos, sino de necesidades,
expectativas, utilidad y estrategia.
-Priorizar. Decir
“todo tiene que estar listo para esta fecha” es como decir “nada tiene que
estar listo para esta fecha”. Sé que cuando se hizo la ley 11/2007 se trató de
priorizar y no se logró, pero no podemos partir de una generalización que crea
estrés, frustración y pérdida de foco.
-Facilitar las cosas.
Las Administraciones (y las jerarquías) olvidan que la parte interna de una
organización es también demanda y que un servicio tiene que facilitar la vida a
la demanda interna y externa. Es decir, poner fácil a la gente usar los
recursos que quieres que utilicen, no difícil. En mi experiencia, el interés
hacia este tema es relativamente bajo y hace que, por ejemplo, nadie (o casi
nadie) esté subiendo sus contratos menores a la Plataforma de Contratación del
Estado. Si quieres que la gente use algo, hazles algo útil y fácil. Si lo pones
difícil vas a necesitar el triple de esfuerzo para lograr la mitad de
resultado.
Aviso, spoilers.
En 2020 tampoco.
Una cosa
estupenda de los plazos es que parecen lejanos y que hay tiempo. Sin embargo, como dice este cartel de ACME,
las cosas grandes que caen están más cerca de lo que parecen. Dudo mucho que en
2 años, si se persiste en el mismo foco, el resultado sea distinto al de 2009,
2011 o 2018 en este tema, o al de la Ley de Contratos o el RGPD. Como se suele
decir, el loco es el que repite la misma acción esperando diferente
resultado.
El coyote da consejos a todas las administraciones que
piensan que en 2020 llegan fijo.
En todo caso,
creo que hay que felicitar a quien ha hecho este enorme esfuerzo, que yo creo que en su mayoría lo habría
hecho sin los plazos, y lo habría hecho mejor con más diálogo, orientación y
ayuda. También hay que animar a quien sigue adelante con el tema… y a quien no, pues no sabría ni que
decirle, pero no creo que levantar el
puño muy enfadado y decir, “nos vemos en 2020” vaya a ser de gran utilidad.
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