viernes, 4 de mayo de 2018

Jesús Martínez: ¿Una vía posibilista para la transformación de la Administración Pública?

"¿Cómo ha de evolucionar la actual formación para convertirse en aprendizaje que apoye directamente el rendimiento de los profesionales?"

Por Jesús Martínez. Blog Trabajo Colaborativo. La semana pasada me invitaron a participar en una mesa redonda dedicada a la transferencia del conocimiento en las  organizaciones en el  ámbito de servicios sociales(programa). Se situaba en un ciclo de debates que,  con  muy buen criterio por parte de los organizadores (Universitat de Girona, Col·legi de Treball Social de Catalunya, Departament de Treball, Afers Social i famílies)  lo dedicaban  a la gestión del conocimiento organizacional.

Como me reconozco  incapaz de repetir la misma presentación en más de un evento,  y ya trabajando en  el enfoque del simposio El rol de Recursos Humanos y  de Formación  en el desarrollo  profesional y  gestión  del talento del próximo congreso EDO  (miércoles 11:30 Sala de Actos del CEJFE), me atreví  a hibridar gestión del conocimiento y recursos humanos y presenté  a  intervención: Més enllà del paradigma de l’eficiència: vides plenes i amb sentit a les organitzacions laborals/ Más allá del paradigma de la eficiencia: vidas plenas y con sentido en las organizaciones laborales), en la cual   pretendía “esbozar” escenarios situados ya  la post Nueva Gestión Pública en los ámbitos de  recursos humanos, formación y gestión del conocimiento pero, ¡atención!, sin reformas normativas.

A  medida que iba exponiendo mi punto de vista (foto superior),  me llegaba (podríamos llamarlo con una mezcla de tres palabras)  inquietud, incomodidad, incredulidad  de alguno  de mis compañeros de mesa.  Miguel Ángel Manzano, editor principal  del magnífico blog Llei d’Engel, al final de las intervenciones, ya en el turno de debate, no pudo reprimir la necesidad de  intervenir para afirmar  que en la organización pública en la que  él trabajaba, lo que explicaba era casi ciencia ficción.  No le quité la razón…pero tampoco se la di. Y, creo,  estamos los dos en lo cierto. Sirva esta entrada para resolver esta aparente paradoja.  Veamos.

No es extraña la  incomodidad de Miguel Ángel,  ya que yo mismo cuando preparaba la intervención estaba  (y sigo estando) ambivalente.  No dejo  de acordarme de las palabras de, por ejemplo, el maestro Jiménez Asensio, que en uno de sus magníficos post recientes (FUNCIÓN PÚBLICA, ¿TRANSFORMACIÓN O CRISIS? (I): LA HERENCIA RECIBIDA), se muestra  muy escéptico con la transformación de lo público:…   disponemos en materia de función pública de un marco normativo inadaptado a la realidad, envejecido, desvencijado y sellado por un formalismo exagerado en el que se hace oídos sordos a la eficiencia y a los resultados de la gestión (costes).
 El EBEP pretendió “modernizar” (horrible y desgastada expresión) la función pública y así hacerla homologable con la existente en los países más avanzados de la Unión Europea. Hoy en día, más de diez años después, puede afirmarse categóricamente, que el fracaso de ese empeño ha sido estrepitoso o de proporciones mayúsculas.

En la misma línea se sitúa la que -podríamos llamar-   enmienda a la totalidad de  Carles Ramió y Miquel Salvador en su muy recomendable La Nueva Gestión del Empleo Público . En ella  lanzan -lo que podríamos considerar- un ultimátum para la (ineludible e inaplazable) transformación de la  Administración Pública.

Pero, por otro lado, y era lo que quería exponer  en  el auditorio de Girona, tenemos cada vez más evidencias de que, en contextos  determinados y en presencia de  una serie de variables concretas (ahora no las desarrollaré), es posible trabajar,  aprender y desarrollarse profesionalmente, como si la reforma ya se hubiesen operado.

No soy ingenuo, y no defenderé que sin esas (grandes) reformas (un nuevo sistema de selección, el desarrollo de  carreras horizontales y verticales, la  evaluación de desempeño, la introducción de la figura del Directivo  Público Profesional, la actualización tecnológica, etc. ) no saldremos  de la precariedad organizativa en la que nos encontramos. Y que, esas buenas prácticas que en el párrafo anterior anunciaba, no podrán  ser sostenibles en el tiempo más allá  del impulso de los (arriesgados) promotores y la energía de los participantes ( y ésta se suele agotar;(.

Pero,  también es cierto (y no podemos desconocerlo) que  los nuevos escenarios en las organizaciones más vanguardistas (véase Laloux, que no para de creer su influencia) están contaminando a muchos operadores públicos que cada  vez más se atreven a probar/explorar nuevas propuestas organizativas en  RRHH, formación y desarrollo, gestión del talento, etc.

Y, además,  hay una razón (podríamos llamar) biológica: muchos profesionales de lo público, en una edad entre 40 y 50 años , ven que no pueden esperar a las necesarias reformas e  intentan, con los medios a su alcance,  hacer las contribuciones necesarias para cambiar el statu quo en sus entornos inmediatos. (Haríamos bien, me permito este consejo,  no minusvalorar  esta vía,  que aunque impropia, salva de la frustración ( o las mantiene en lo público) a muchas personas competentes. Y, como no, las contribuciones no son menores.
Aparecen, pues,  estas nuevas propuestas con vocación  de dejar de ser  residuales y  alcanzar   impacto y visibilidad. Se ha hecho en el ámbito de  formación y, es posible  que ahora le toque a otras áreas próximas  como pueda ser la  gestión del conocimiento. Por ejemplo,  este planteamiento posibilista y muy reciente  de Francisco Javier Portillo en el IAAP,  lo interpreto en este sentido.

Pues bien, con esta inquietud de fondo, llegamos al simposio  EDO que mencionaba al principio del post. El objetivo era (y es)  armar un debate en dónde comparar  estos escenarios.  Los de aquellos que ya han hecho la transformación, con aquellos que, o bien están  en ello, o bien no van a llegar por las múltiples barreras de las que hablaba Jiménez Asensio.

Insistimos bastante para que Wallapop enviará a su  manager de  Recursos Humanos, (Cristina Sanahuja), a la cual le hemos planteado la pregunta del millón: ¿cómo, sin  las  hipotecas que arrastramos en la AP lo están haciendo  en empresas nativas digitales? ¿Qué se gana y (si es el caso) qué se pierde?

En esta misma línea Anna Fornés,  desde su posición privilegiada en  la Fundació Factor Humà,  y en contacto permanente con las organizaciones empresariales más dinámicas  nos puede acercar las tendencias  en RRHH y formación que se está imponiendo ahora.

Un elemento fundamental que no podía faltar en esta reflexión es  la gestión del conocimiento y su relación con los actores tradicionales: formación y RRHH. Javier Martínez Aldanondo,  con su doble pertenencia a una empresa  que  se dedica  a ello (Catenaria)  y con su adscripción  a la Knoko,  creemos que es la persona indicada para que haga esta reflexión.

Óscar Dalmau, que acaba de publicar Formación y Desarrollo del Talento, creemos que reafirmar la línea posibilista de la  innovación dentro del marco actual.  Lo demuestra su impresionante trabajo en  Unió Consorci  formació  en el ámbito de salud.

Finalmente, María José Martí en representación del Departamento de Justicia, en la sala de máquinas de RRHH  del Departament, es una de las inspiradoras de  un  nuevo programa de Desarrollo Profesional (aun en preparación) que se identifica plenamente con esta línea transformadora  y realista que defendemos. Parafraseando a Virginio Gallardo cuando habla de transformación digital: transformación como gestión del cambio para la   aceleración de la innovación en base a la  gestión del talento y emociones.

Preguntas
Y ya para acabar el post , las preguntas que he preparado  para animar el debate os las presento  también:

-¿Cómo ha de evolucionar la actual formación para convertirse en aprendizaje que apoye directamente el rendimiento de los profesionales?

-¿Cómo se compatibiliza la personalización y autonomía de los aprendientes con el  seguimiento  de los programas de capacitación corporativos? (¿Cómo se relaciona la formación personal con las necesidades de las organizaciones?

-¿Qué relación se establece entre Gestión del conocimiento organizacional  y formación/aprendizaje  en las nuevas organizaciones?

-¿Cuál ha de ser el papel de directivos  en las nuevas propuestas  de aprendizaje?

-¿Cómo han de adaptarse y qué cosas han de hacer ( y dejar de hacer) los departamentos de RRHH y de Formación?

-¿Es ello posible y realista con el actual desarrollo normativo en la AAPP?
Sin estas hipotecas (escaso desarrollo normativo) de la AAPP, ¿cómo establecen diferencias las  empresas nativas digitales como Wallapop? ¿Qué se pierde? ¿Qué se gana?

¿Cuál ha de ser el papel de la tecnología? ¿Plataformas de trabajo compartido?, ¿Reposición inteligente de información (y curación de contenidos?,  ¿Flujos de trabajo/aprendizaje  (tipo Succes Factor)? ¿Analítica de datos?, etc.

Nota, el día previo al Congreso EDO y al simposio, el martes 8 a las 18’45, en la sala de actos del CEJFE,  será la presentación del libro Aprender en las Organizaciones de la Era Digital.

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