"Si queremos tener una vida plena en el trabajo y fuera del ella, el mejor regalo que podemos tener es una buena educación, una que no sea estrictamente profesional"
Por Antonio Arias. Fiscalización.es blog- La conferencia de Ricardo Rivero en la clausura del COSITAL2018 (ver entrada anterior) no versó sobre normativa ni jurisprudencia local. El rector salmantino, ante la atenta mirada del secretario vallisoletano Valentín Merino y del presidente colegial, José Luis Pérez, presentó algunas reflexiones dedicadas especialmente a los habilitados nacionales, repasando una decena de películas o libros imprescindibles de las que podemos extraer interesantes lecciones.
Por Antonio Arias. Fiscalización.es blog- La conferencia de Ricardo Rivero en la clausura del COSITAL2018 (ver entrada anterior) no versó sobre normativa ni jurisprudencia local. El rector salmantino, ante la atenta mirada del secretario vallisoletano Valentín Merino y del presidente colegial, José Luis Pérez, presentó algunas reflexiones dedicadas especialmente a los habilitados nacionales, repasando una decena de películas o libros imprescindibles de las que podemos extraer interesantes lecciones.
Es cierto que los congresos sirven,
fundamentalmente, para ponernos al día sobre los asuntos profesionales que nos
trae el Boletín Oficial del Estado, pues necesitan ser interpretados y
analizados en profundidad. La complejidad de las funciones de interventores,
secretarios y tesoreros no permite ningún relajo y siempre deben estar a la
última.
También
el espíritu debe ser alimentado y por ello es de agradecer un discurso de
cierre que nos hable de las enseñanzas del deporte, de la mejora por la (auto)crítica
en los errores o en la toma de decisiones equivocadas.
Desatendemos el
factor humano de las instituciones.
Es bueno que, desde fuera, se nos recuerde. Sobre todo si tenemos en cuenta que
el control interno de las organizaciones es un proceso (COSO) que
realizan las personas ¿No deberíamos prestarle más atención? No me refiero al análisis legal.
Nuestra Oficina Nacional de Auditoría, en
sus normas (Nota 3/2016) no elude estos factores emocionales
cuando evalúa el control interno de una organización y prepara su futuro
trabajo estudiando la entidad y su entorno, lo que le permitirá calificar el grado de confianza
que le suponga y si los riesgos están en límites razonables. Para ello utiliza cuestionarios, flujogramas,
descripción de procedimientos y controles. Así, cuanto mayor confianza deposita
en el control interno habrá pruebas menos exhaustivas.
En nuestro mundo fiscalizador, hay que
reconocer al funcionario gaditano Luis BarrioTato, la iniciativa de investigar el factor emocional en
la auditoría. En un primer artículo (núm.
44/2008 de Auditoría Pública) se planteaba la importancia de la inteligencia
emocional en las organizaciones y en la función de auditoría, estableciendo una
correlación entre los elementos del control interno y las competencias
emocionales, apuntando un modelo de cuestionarios para evaluarlo. En otro artículo posterior (núm.
49/2009 de Auditoría Pública) presentó el papel de la gestión emocional en la
evaluación del entorno de control como elemento fundamental del control
interno.
Avanzamos hacia organizaciones planas donde los controles informales
son muy eficaces
Todas las organizaciones, cualquiera que
sea su tamaño, poseen una cultura con características distintivas alimentadas por medio
de una serie de prácticas en recursos humanos. Así, la profesora Val Pardo distingue
una cultura organizativa fuerte (liderazgo
claro, símbolos y ritos de unidad, sentido de pertenencia, fomento y desarrollo
de las capacidades disponibles, apuesta por los recursos humanos) y débil (descuido de los recursos humanos, tecnología obsoleta
y dirección estratégica no clara y estructura no adecuada al medio).
También hay cultura autocrática (controles muy exhaustivos, jerarquía de la autoridad,
distribución y estructuración vertical, fines y metas impuestos, sin facilitar
el consenso) o participativa (fomento de la dimensión horizontal, grupos de trabajo
autónomos y multidisciplinares, fluidez de información y confianza en los
empleados). Por último, existe la gestión saludable (dirección con perspectiva externa y credibilidad interna,
comportamiento que permite ajustar las acciones y necesidades y el fomento de
la innovación) o enfermiza (la dirección no valora debidamente a sus empleados ni a los usuarios;
la gestión es centralizada y muy burocrática con freno a la innovación).
Intenta identificar dentro de este catálogo dónde te encuentras, querido
lector. Disfruta mientras puedas si estás en una institución con una cultura
fuerte, participativa y saludable, que es el óptimo al que debemos aspirar. En
caso contrario ¿Qué puedes hacer para cambiarlo? ¿Contratar un consultor? Ya sé: estás especulando con escapar
Otros estaréis pensando que en el sector
público estos conceptos no importan (bromeaba yo hace más una década así). Aceptamos que los Consejos de Administración en
las sociedades privadas deben velar por mantener, por ejemplo, una buena imagen
de la organización, ante sus clientes. No despreciemos el capital reputacional en el sector público. ¿Cuánto le ha costado en ese aspecto a la
Universidad Rey Juan Carlos el asunto Cifuentes? ¿Por qué 3.000 empresas huyen de Cataluña? No todo es
el frío análisis económico.
Con su “teoría de las inteligencias
múltiples”, Howard Gardner planteó la idea de que todos
poseemos diferentes tipos de inteligencias (ya sabéis, en plural) como la
lógico-matemática, interpersonal, lingüística, espacial, musical …
En esta deliciosa entrevista (sorprendentemente buena la traducción del
navegador Chrome para quienes no puedan seguirla en inglés) nos
recuerda que si queremos tener una vida plena en el trabajo y fuera del ella, el mejor regalo que
podemos tener es una buena educación, una que no sea estrictamente profesional. Cuidemos pues esa parte “no profesional” cultivando
nuestro espíritu, conociendo nuestras emociones y las de nuestro entorno.
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