España está en el puesto 41, con la misma puntuación de 2015 (58/100) pero empeoramos en la clasificación respecto al año pasado ( 36º) pues nos adelantan, por ejemplo, Portugal y Polonia.
Por Antonio Arias. Blog Fiscalización.es.- El Índice de Percepción de la Corrupción 2016 que ha
hecho público Transparencia
Internacional (TI) analiza las percepciones sobre corrupción en el
sector público en 176 países. Un ranking que puntúa los Estados en
una escala entre 0 (muy corrupto) a 100 (muy limpio) cuyos resultados
son admitidos sin crítica alguna por la comunidad política o académica de todo
el mundo civilizado.
España en el puesto 41º del Ranking de la corrupción mundial 2016 |
Como viene ocurriendo desde hace más de veinte años, los
países con características de gobierno abierto, amplia libertad de prensa,
sólidas libertades civiles y sistemas judiciales independientes tienen menor
corrupción. En ese índice de Percepción de la Corrupción, Dinamarca y Nueva
Zelanda muestran los mejores resultados, con puntuaciones de 90 sobre cien,
seguidas de cerca por Finlandia (89) y Suecia (88). Por abajo, continúan
ocupando los últimos puestos los Estados fallidos como Somalia o
Sudán del Sur o cuasifallidos como Corea del Norte, Siria, Afganistán
o Venezuela.
España no mejora
España está en el puesto 41, manteniendo la misma puntuación
de 2015 (58 sobre 100) pero aun con los mismos puntos empeoramos la
clasificación respecto al año pasado (que éramos el 36) pues nos adelantan, por
ejemplo, Portugal y Polonia. España está entrando en un pelotón de países que
se están acercando peligrosamente a la corrupción sistémica.
TI reconoce que, en su conjunto, España no tiene corrupción
sistémica, como ocurre en un gran número de países, sino múltiples escándalos
de corrupción
política en los niveles superiores de los partidos y de los gobiernos,
nuestra imagen ante el mundo vuelve a enturbiarse.
“España tiene un problema de corrupción política muy serio y
se tiene que afrontar de manera integral y sin parches”.
Las razones del continuo descenso anual son complejas; por
una parte, los sistemas de investigación policial se han mostrado relativamente
eficaces y han venido aflorando numerosos casos de corrupción:
“Estamos seguros de que la detección es todavía deficiente y
numerosos casos han quedado en la impunidad, entre otras cosas por la falta de
protección a los denunciantes de corrupción; por otra parte, las denuncias de
los medios de comunicación y el relevante eco social y atención prestada a los
casos ahora aflorados han influido intensamente en la percepción ciudadana,
generando un estado general de indignación que lleva a que España sea el país
de la UE donde más ha crecido la percepción de corrupción en los últimos cinco
años. También es cierto que la crisis económica ha incrementado el nivel de
exigencia social, y aunque la justicia viene cumpliendo su función con cierto
rigor, a pesar de su lentitud, se ha generado desde fines de 2009 un muy alto
nivel de alarma social y una sensación muy peligrosa de que al final habrá
impunidad en los casos relevantes”
Para el informe, los datos de este año deben constituir el
suelo desde el que iniciar el proceso riguroso de mejora. No faltará quien prefiera comparar
la situación con revolcarse en el fango, pues tal día como hoy del año pasado
titulábamos “El lento descenso a los infiernos de la corrupción“.
Reclama expresamente para ello la colaboración de nuestros mejores
policías, jueces y fiscales, de los miles de servidores públicos implicados en
programas de transparencia, control, fiscalización y participación ciudadana,
de las asociaciones de lucha contra la corrupción y las promotoras de regeneración
democrática o los buenos profesionales del periodismo.
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