Sergio Jiménez.- Analítica Pública Web. Pues ya está. Un año más cierro el estudio de portales de Transparencia, este año centrado en Universidades Públicas.
Ha sido el año más duro, penoso y complicado de los 3 que llevo. También es el
que ha mostrado datos más desoladores. Ni siquiera con el mayor de los
optimismos, podemos levantar la impresión de este caso. Y es que las conclusiones de la investigación sobre portales de
transparencia de Universidades no son nada positivas. Vamos a
verlas.
Portales de
transparencia universitarios. Relaciones (casi) inexistentes
Partamos de lo básico. De 15 universidades solo tenemos datos de 9.
De ellas prácticamente ninguna
ha dado todos los datos. El único dato compartido entre las 9
es el número de páginas
vistas. Esto hace realmente imposible hacer comparaciones
realmente viables. En todo caso, no nos queda más que asumir que todos los portales tienen un consumo razonablemente similar de
páginas por sesión, y que puede ser un reflejo del mismo.
Por otro lado, muy pocos han dado
datos de trámites de derecho al acceso a la información
pública, así que los datos de conversión son mínimos también.
Con estos mimbres podemos detectar los siguientes elementos.
Uso de los portales de
transparencia de las universidades
En primer lugar hay que decir que no hay ningún
tipo de relación entre el uso de los portales de transparencia y
el tamaño de la
comunidad universitaria. Es decir, una comunidad más o menos
grande no garantiza un mayor o menor uso. Esto es así tanto en términos
absolutos como contextualizados (accesos por cada 1000 personas). Esta relación
es igual de inexistente
en cada uno de los sectores: docentes, personal administrativo y de servicios y
estudiantes.
Esto viene acompañado de la segunda cuestión. No existe
ningún tipo de correlación entre la participación electoral en las elecciones
universitarias y el uso del portal. Ni la participación
media, ni la participación por sectores, ni los años de elecciones hay
variaciones armonizadas del uso de los portales.
La forma si importa (pero
poco).
Encontramos algunas variaciones de poco peso pero interesantes respecto a
la forma del portal. De esta manera:
Los portales con una
estructura más bien flexible y adaptada tienen un crecimiento algo más
sostenido en
el tiempo.
Aquellos portales que
tienen una estructura propia si tienen una relación un poco más fuerte(pero aún no relevante) con el tamaño de
la comunidad universitaria.
Los portales
integrados en el portal de la universidad tienen un uso más latente y
esporádico.
Esto nos lleva a señalar dos cuestiones. La autonomía parece el único medio de generar o sostener un consumo más o
menos real de su contenido. Como consecuencia de ello, tal y
como vimos en el caso de las CCAA, los portales que tienen estructuras débiles
o residuales están sometidos a eventos externos para su consumo. Dicho de otra
manera, el portal se usará “si hay jaleo” y si no, pues nada.
La irrelevante transparencia de la universidad española
Si vamos al contexto, tenemos lo siguiente. Fuimos a preguntar a las 15
universidades públicas con más alumnos. De estas universidades en un 33% de los casos no he podido ejercer mi derecho de acceso a
la información pública. En la mayor parte se ha dejado
morir la solicitud o directamente se ha ignorado.Otras ni tenían el trámite a
disposición en 2018, 5 años después de la
entrada en vigor de la Ley.
Un 20% de las
universidades se han negado en redondo a facilitar información del uso de sus
portales. Aquí la nota positiva es el buen trabajo, al menos
parcialmente, de los Consejos de Transparencia. Digo parcialmente porque el Consejo de Transparencia
y Buen Gobierno y la Comisión Vasca de
Transparencia fallaron a mi favor. No obstante, ni la Comisión de Andalucía ni el Consejo de Transparencia en lo que se refiere a Madrid han
respondido a mis reclamaciones.
Por otro lado quiero denunciar abiertamente el matonismo de la UNED que pese a tener una resolución a favor del
CTBG, ha facilitado datos incompletos de una manera que no puede ser accidental.
Que
dice la UNED que le importa 33 lo que diga el Consejo de Transparencia y, para
dejarlo claro, deja en blanco datos que evidentemente tiene sin dar más
explicación, lo que da que pensar que lo hace porque le da la gana y porque
puede.
Quiero señalar que estos datos no se han dado ni a nivel
autonómico con la ley recién inaugurada ni en las grandes ciudades. No es admisible que puedas ejercer un derecho una de cada tres veces.
Es intolerable que una de cada 5
universidades se nieguen a facilitar datos porque no están obligadas a ello
específicamente. No podemos permitir que, incluso con
resoluciones favorables (si llegan), la respuesta sea incompleta.
Y sin embargo, nada de esto importa
La transparencia universitaria está fuera de la
universidad y de la sociedad.
Nos encontramos con algunos hechos interesantes. El uso de los portales es residual, no es completo y no
permite ejercer los derechos ciudadanos.
Adicionalmente, vemos que ni el tamaño
ni la movilización política influyen en el uso de los portales.Evidentemente,
la formación tampoco, dado que las cifras de uso son menores que en ciudades y
Autonomías, donde el nivel de estudios medio es menor que en las universidades.
Me arriesgaría a decir que la universidad, o lo
que pueden aportar los portales a la Universidad, no interesan ni en la
comunidad universitaria ni en la sociedad. De lo contrario,
creo, ni llegaríamos a estos datos, ni el uso sería tan pequeño.
La principal satisfacción es que encuentras, como en otras instituciones,
equipos implicados y volcados con su trabajo. La gente de Zaragoza, UOC, Murcia o Granada se han esforzado por hacer
esto posible. También es muy positivo el esfuerzo de mejora del portal del País Vasco, que ha decidido hacer su propio
subdominio para controlar el tráfico.
La cuestión es que son equipos que, a diferencia de otros, que tienen que
enfrentarse a resistencias internas, deben encontrarse en
una falta de interés generalizado. Quizá este desinterés es
algo promeditado, o quizá no, pero aquí me temo que el trabajo es mucho más
hacia afuera que hacia adentro.
Una conclusión general: el
insostenible modelo de transparencia español.
En este panorama uno no puede evitar reflexionar lo siguiente. Los portales no funcionan bien de manera general porque falta
presión. Esta falta de presión hace que la falta de
cumplimiento fehaciente de la ley no importe. De hecho, solo hemos tenido picos
de uso cuando los escándalos han llegado a la puerta de la universidad.
Esto nos llevaría a pensar que las instituciones (en
su conjunto) solo cumplen con la ley de manera general si hay suficiente
presión o atención sobre ellas. Si es así, ¿qué nos dice
de nuestro sistema de transparencia?
Básicamente podemos asumir que el modelo de transparencia de España
depende de los portales. Si estos se funcionan
de manera reactiva ante la presión ciudadana, sólo habrá dos tipos de portales
de transparencia útiles. Los de equipos comprometidos y los que
están sometidos al continuo escrutinio público.
¿Qué capacidad de concentración y presión tiene la opinión pública ante
las fácilmente más de 10000 instituciones públicas españolas? Diría que marginal. Me temo que, en el mejor de los casos, podríamos prestar atención a un
10% (1000 instituciones) y me parecería mucho. El papel de los
medios de supervisión y escrutinio público (Transparencia Internacional, y
otros índices) es crítico. Sin embargo, esa criticidad
depende, de nuevo, del interés que genere el tema. Os puedo
asegurar que el seguimiento
de estos artículos de las universidades ha sido menor al de ciudades y
autonómico. ¿Qué presión tiene un ranking que nadie mira?
Más aún cuando hemos vivido una tormenta en torno a la Universidad y hay un
cierto “run-run” con que no es todo lo honesta como institución como
desearíamos.
Si queremos una transparencia generalizada, no podemos seguir trabajando
así. O encontramos algún
sistema que permita asegurar, más allá de la audiencia, que se cumpla lo
mínimo, o estaremos sometidos al ritmo del escándalo para ir transparentando.
Y creo que eso es lento, costoso e ineficiente.
Consulta el resto de artículos del estudio
No hay comentarios:
Publicar un comentario