martes, 2 de abril de 2019

10 cuestiones sociales de capital importancia y que usted no verá en ningún programa electoral

"El escenario político en España sigue estando presidido por un excesivo protagonismo de las CCAA. Sin embargo el futuro es de los Ayuntamientos"

Por Victor Almonacid. Nosoloaytos blog.- A continuación repasamos diez cuestiones sociales de capital importancia pero que usted no verá en ningún programa electoral, ni en ningún discurso político, excepto quizá en el de aquellos que se presentan a los comicios menos populares y quizá más trascendentales: las elecciones europeas. ¿De qué se habla entonces? De lo que a cada uno le interesa en realidad. De aquello que es rentable políticamente, aunque en el fondo nos debería importar menos que la vida de los famosos (el ejemplo es bueno, porque no debería importarnos nada pero millones de personas siguen los programas del corazón). En fin, populismo viene de pueblo… Pero “sin el pueblo”, ya me entienden.

El 3 de abril se cumplen 40 años de las
primeras elecciones locales de 1979
1-. El gobierno de y desde lo local. Ya saben que soy municipalista. Muchos le darán mayor importancia a las elecciones generales y autonómicas que a las locales o a las europeas, pero precisamente desde la lógica europea rige el principio de subsidiariedad, por el que las autoridades locales deberían actuar en cualquier asunto público en el que la mejor dimensión de la actuación sea la procedente de la administración más cercana, algo que por un razonamiento basado en la pura lógica y el sentido común ocurrirá casi siempre (salvo que vaya usted a declararle la guerra a otro Estado, tenga que construir una autovía de 500 km o quiera subir el IVA). Y el principio de proximidad, su primo hermano. En un contexto internacional en el que pierden fuerza los niveles de gobierno intermedios (estado y regiones), el escenario político en España sigue estando presidido por un excesivo protagonismo de las CCAA. Sin embargo el futuro es de los Ayuntamientos. Y esos conceptos “modernos” (relativamente) que son el paradigma mundial de la gobernabilidad, como Open government o Smart city, son municipales (o “locales” en alguna de las muchas dimensiones que tiene el término desde un punto de vista territorial o conceptual).

2.- Medidas contra la despoblación rural. Precisamente alguno de estos Ayuntamientos son rurales y muy pequeños, yendo normalmente unida esta doble condición. Alguien pensará en este caso que, vistas las últimas (y exitosas) manifestaciones convocadas por las plataformas “Teruel Existe” y “Soria Ya”, sí parece que finalmente se incorpora este tema a la agenda política. Ya veremos si lo hace de verdad o no, porque palabras no son hechos, y ni siquiera los supuestos hechos, concretados en hipotéticas propuestas de actuación, tienen por qué transformarse en medidas eficaces. Me da la sensación de que muy poca gente tiene si quiera una remota idea sobre cómo revitalizar el mundo rural. Por nuestra parte apostaríamos por el desarrollo de las comunicaciones y las telecomunicaciones (ver el apartado siguiente), por el nivel de gobierno “mancomunado” que hemos denominado “territorios rurales inteligentes”, y por proyectos concretos como Galáctica, y sobre todo Territorio Dinópolis en Teruel.

3.- El problema de la brecha digital. Los municipios a los que nos acabamos de referir tienen evidentes problemas de conectividad, y sin conectividad es muy probable que permanezcan aislados. En este momento las telecomunicaciones son incluso más importantes que las comunicaciones (que también lo son, por supuesto), pero sin Internet no hay desarrollo, no nos engañemos, porque hoy en día hasta los sectores agrícola y ganadero dependen en buena medida de Internet, y en todo caso del desarrollo tecnológico. No solo es un problema de “banda ancha” sino de asegurar al menos algún tipo de conexión. Por otra parte, haciendo la reflexión más amplia y llevándola a todos los ámbitos y no solo al de los municipios “desconectados”, podemos afirmar sin ninguna duda que la brecha digital es la nueva pobreza. Se suma a la anterior, no la sustituye exactamente ya que por desgracia la pobreza económica perdura (y no hace falta irse a África para encontrarla porque en España ahora mismo hay muchas personas que pasan hambre), pero ambas “pobrezas” están muy relacionadas en el momento actual. En un país en el que se sigue prefiriendo el reparto de peces al de cañas para pescarlos, se ignora que Internet, que podría ser esa caña, es un derecho social de todas las personas, en el mismo nivel que el de la vivienda digna. Entiendo que esta afirmación sea difícil de visualizar por parte de algunos, pero eso no le resta veracidad.

4.- Abordar el problema del cambio climático EN SERIO (y a nivel mundial). ¿Cuál es el mayor problema del Planeta actualmente? Su propia existencia, amenazada tanto por el dedo de gobernantes ávidos de poder y gloria y totalmente zumbados (lo cual supondría el fin inmediato), como por la contaminación causada por el ser humano y que ha provocado una crisis medioambiental sin precedentes, y puede que sin solución (un final más lento, pero igualmente fatal). Ya estamos subriendo las consecuencias del calentamiento global, el cambio climático, los vertidos de residuos y todo tipo de gases tóxicos, y la destrucción de la capa de ozono: aumento del nivel del mar, desertificación, extinciones animales y vegetales en masa (sobre todo en el medio marino), desaparición de las estaciones, picos totalmente anormales de frío o calor extremo, y diversos desatres tectónicos y sísmicos (se están produciendo más terremotos y tsunamis que nunca). Para abordar este gravísimo problema somos partidarios del paradigma “pensar desde lo global, actuar a nivel local. En realidad es otra manifestación más del referido principio de subsidiariedad. Esto nos llevaría a la necesidad de coordinar las políticas medioambientales en los niveles de decisión internacionales (ONU, cumbres sobre el cambio climático…), potenciando al mismo tiempo las competencias municipales en materia de medio ambiente (alguna vez hemos hablado, e incluso abordado profesionalmente, proyectos Green City como modalidad de Smart City).
Para profundizar véase El medio ambiente y yo”

5.- Eliminación de la burocracia. Ganan unos, ganan otros, pero usted sigue teniendo que presentar fotocopia del DNI, o certificado de no tener deudas con la Agencia Tributaria (o con la Seguridad Social), o incluso un certificado de empadronamiento ante el mismísimo Ayuntamiento que lo emite. Pero usted no tendría que presentar nada de eso, usted podría presentar una declaración responsable en lugar de 17 papeles, y usted, ya que hablamos de papeles, tendría derecho a no presentar en realidad ninguno, o al menos a no desplazarse físicamente para presentarlos, porque existen las instancias y los documentos electrónicos ¿Quién lidera este cambio tan necesario en la Administración? En algunas entidades públicas nadie, y por eso sus usuarios sufren todo tipo de molestias que en realidad son absolutamente innecesarias y totalmente evitables. Hablamos de derechos de las personas, previstos en el ordenamiento jurídico hace años. Los poderes públicos tienen la obligación de hacer efectivos estos derechos, y la de hacer la vida de las personas un poco más fácil, y no un martirio de papeles. Simplificación, reducción de cargas administrativas, interoperabilidad, identificación electrónica, trámites desde casa… De eso hablamos algunos empleados públicos, pero… ¿Y los políticos?

6.- Utilización estratégica de la contratación pública. Europa quiere, como bien sabemos, que los procedimientos de contratación pública sean legales, transparentes y en concurrencia, pero quizá aún no ha quedado tan claro que Europa también quiere que la contratación pública sea el vehículo para articular la mayoría de políticas públicas modernas: cláusulas sociales y medioambientales; reducción del desempleo joven o de sectores en exclusión; medidas para la igualdad real; I+D+I, fomento del emprendimiento, las PYMEs y las startups; desarrollo de sectores y productos innovadores… Me pregunto si cada vez que un responsable público tiene la “ocurrencia” de contratar una obra, servicio o suministro tiene en cuenta todas o al menos alguna de estas cosas…

7.- Poner fin al clientelismo en las subvenciones. Tres cuartos de lo mismo. Las subvenciones y los contratos son cuestiones francamente parecidas, incluso en el procedimiento público y (casi siempre) concurrente para su adjudicación. Nos acabamos de preguntar si los responsables públicos, en su gestión de la contratación, tienen en cuenta otras cosas como el desarrolo de las políticas públicas esenciales… Y podríamos continuar: “…o si simplemente está pensando en repartir dinerito público”. Recordábamos hace poco que decía (y dice) el maravilloso Reglamento de Servicios de las Corporaciones Locales de 1955 que “Las Corporaciones Locales podrán conceder subvenciones a Entidades, Organismos o particulares cuyos servicios o actividades complementen o suplan los atribuidos a la competencia local”. A esto le llamaba “acción de fomento”. El concepto sigue vivo pero quizá haya llegado el momento de replantearnos muy en serio qué es lo que debemos fomentar exactamente desde lo público. Qué y cómo. Pero no vemos estrategia en la actividad subvencional de la Administración, sino inmediatez y clientelismo. E insistimos en una idea: desde luego España sigue siendo un estado social de Derecho, pero eso no significa que debamos dar siempre peces, sino más bien cañas para pescar. La mejor ayuda es la que no se necesita…
Para profundizar véase Las nuevas “subvenciones””

8.- Poner fin al clientelismo en las oposiciones. Esta tiene varias derivadas: el modelo “todos funcionarios”; las convocatorias oportunistas de empleo público; los procesos de funcionarización ilegítima de servicios públicos antes prestados mediante gestión indirecta (eso que casi siempre se confunde con “privatización”); la reserva de un número exagerado de plazas de libre nombramiento (personal eventual, algo que también se confunde casi siempre con la libre designación, ¡viva la cultura administrativa!); la creación de un staff medio alto de jefecillos agradecidos (algunos no son jefes de nada, solo lo cobran); el propio clientelismo sindical; y todo un sinfín de prácticas que desprofesionalizan la pese a todo buena función pública española. Estamos en un momento clave para enderezar esto. A pesar de la lentitud del proceso finalmente se implantará la Administración electrónica, y eso quiere decir que un día se habrá automarizado todo lo que se pueda automatizar. ¿Donde están los nuevos perfiles que necesitamos? No los vamos a seleccionar con un test sobre la Constitución. En materia de empleo público se requieren menos inercias del pasado, desde luego mucha menos politización, y mucha más planificación y capacitación. Y sobre todo abordar los problemas reales, que no son pocos ni pequeños, del empleo público en España: envejecimiento de las plantillas, definición de las funciones directivas, jubilaciones, impacto de la automatización de trámites y otras derivadas de las nuevas tecnologías, medidas de reorganización, nuevas aptitudes, nuevas formas de seleccionar, nuevas formas de proveer, nuevas “formas de formar”, medidas para atraer o retener el talento… Y otras muchas asignaturas pendientes desde hace años como la carrera horizontal, la movilidad o el trabajo orientado a la consecución de objetivos.

9.- Creación de un Ministerio de Salud y Deporte. Que el deporte no va con la cultura, sino con la salud, es algo que defienden todas las personas que saben algo de salud y de deporte (simultáneamente). Esta reflexión va mucho más allá que la nomenclatura de un Ministerio. Implica el impulso y la puesta en marcha de políticas públicas basadas en el desarrollo de los hábitos de vida saludables, desde la infancia y por supuesto en todas las etapas de la vida, con especial atención también a los mayores. Invertir en deporte es invertir en salud: física y mental. Todo ello por supuesto sin restar ni un euro de inversión (estratégica y estructural) para investigación científica y médica, porque las enfermedades, pese a todo, seguirán existiendo. La clave es desarrollar hábitos de vida (actividad física, alimentación, actitud mental…) de tipo preventivo. Dijimos que cultura no va con deporte, pero sí van juntas en la expresión “cultura del deporte”.

10.- Cultura de datos. Con esto no solo nos referimos a la manida protección de datos, sino a todo lo que se puede (y se debe) hacer con ellos: apertura, utilización, análisis, gestión, tratamiento… En efecto, ello permitiría desde abrir los datos para desarrollar el modelo de gobernanza propio del citado Gobierno abierto (mucho más avanzado que la mera transparencia), hasta la reutilización de los mismos por parte de esos emprendedores que aludíamos (esos “bichos raros” que no quieren ser funcionarios) y a los que queremos o deberíamos querer apoyar en sus nuevos proyectos. Todo ello es importantísimo pero tampoco lo vemos en la agenda política, salvo en la de Europa claro está, cuyos comicios al Parlamento registrarán una vez más el índice más alto de abstención (o el más bajo de participación, que suena peor). Pero luego todo viene de allí (afortunadamente en muchos casos). A veces se habla en España de la centralización (Madrid) y de la descentralización (financiación, competencias, regionalismos, nacionalismos), pero nadie habla de que estamos un poco descentrados. Es evidente que interesa mantenernos así. Votemos.

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