Por Jesús Martínez. Blog Trabajo Colaborativo.- En línea con los nuevos
trabajos de prospectiva en
la Administración Pública de Carles Ramió me permito, usando sus palabras,
poner las luces largas y mirar las tendencias que en formación y
aprendizaje corporativo se habrán consolidado en 2025.
Antes de empezar haré tres
observaciones previas:
-La primera ya la hago
explícita, es que me sitúo en parámetros del modelo
70 20 10. Creo que será preponderante.
-La segunda, y muy
relacionada con la anterior, tiene que ver con la ampliación del campo de juego.
La intervención desde la formación/aprendizaje corporativo dejará
de estar preferentemente ubicada y basada en colectivos concretos (aquellos que
voluntariamente piden formación de actualización y continua en base a catálogo,
aquellos que necesitan formación inicial, aquellos que necesitan
formación para el cambio o pro promoción, etc.), y se convertirá
en vertebradora de estrategias de actuación globales, con un
enfoque aplicado al desarrollo de personas y de la organización, y conectada
directamente a la eficiencia.( En esta línea, por ejemplo, el recordado y
añorado Jay Cross, cuando hablaba con directivos y gerentes siempre evitaba
utilizar la palabra formación por los efectos limitadores y reductores
del campo cognitivo que provocaba en sus interlocutores ( la palabra
formación siempre les conducía a escenarios de aula/experto) y,
hablaba, directamente, de cómo mejorar la eficiencia y los resultados del
negocio.
-Y la tercera, y aquí hago
un ejercicio de optimismo, creo que el marco normativo actual, incluido el EBEP
y las (pocas) normativas posteriores que lo desarrollan , han de
modificarse y acercarse a diseños
organizativos que posibiliten organizaciones duales.
Las cinco tendencias para
2025
En la entrada anterior
hablábamos de dos tendencias de 2016 que se van a mantener . Una de ellas
era la activación permanente de gestores y profesionales por renovar las
prácticas y metodologías al considerar que los modelos tradicionales ya están
amortizados. (Tampoco se aprecia que los modelos de formación por competencias
vayan a ser una alternativa realista.Al menos si no se introduce la
evaluación del desempeño). Y la segunda erael excelente nivel ( en
cantidad y calidad) de las prácticas basadas en el aprendizaje social. Una
muy buena muestra de ello, por ejemplo, son las múltiples experiencias que se
presentaron la pasada semana en la jornada Todos
y Todo en Comunidades de Práctica. Los vídeos os los podéis bajar
desde este enlace.
Vamos ahora con las nuevas
tendencias:
1.- La tecnología volverá a
ser una palanca para la eficiencia
Los modelos 70 20 10 sólo
podrán ser una realidad si tenemos espacios de trabajo conectados. Con lo cual,
si o sí, la
tecnología tendrá que renovarse a fondo para poder estar a la altura de lo
que se le exige. No creemos que las apuestas BYOD
prosperen , por elementales razones de seguridad (en este post Nick
Milton desarrolla la idea). En cualquier caso las TICs deben asegurar
como mínimo estas cuatro grandes necesidades.
Gestión: Serán habituales
los aplicativos inteligentes tipo Business Intelligence.
Ofrecerán a los gestores de formación, por ejemplo, los
mejores itinerarios de formación y aprendizaje aconsejados para cada uno
de los empleados. Y, por extensión, un mapa del conocimiento actual de la
organización y aquello que se necesitaría incorporar o potenciar ( según la
línea de negocio) . Ésto, que en estos momentos, en nuestro entorno, parece
ciencia ficción , ya es una realidad en otras organizaciones. Se le conoce con
el nombre de eLearning path.
Administración de la
formacion y creacion de conocimiento. Las herramientas actuales de las que
disponemos son útiles para la administración de formación presencial y
online. LMS como Moodle hacen bien su papel. Pero cuando se trata de establecer
entornos colaborativos para la creación del conocimiento se quedan cortos. Y no
funciona reconvertirlos ( los LMSs) en espacios de trabajo colaborativo.
La comunicación síncrona, que es un elemento esencial, no está incluida en
ellos. En este aspecto creo que los nuevos aplicativos que vendrán
tendrán todas estas funcionalidades integradas.
Conexión entre
profesionales: existirá una red social para toda la organización. Con una
arquitectura que combine inteligentemente segmentación grupal por prácticas y
proyectos, con círculos más amplios. Zincro es una de
las posibles.
Gestores documentales.
Ahora es la asignatura pendiente. Como sabemos, una parte no menor
del tiempo de los empleados se pasa entre administrar el correo
electrónico y buscar los documentos necesarios para el trabajo (tanto en
repositorios internos como a través de Google). La eficiencia vendrá a través
de estas nuevas herramientas.
2.- Trabajo y aprendizaje
serán la misma cosa
Como decíamos al
principio, las propuestas 70 20 10 serán preponderantes. De forma natural
se ubicarán en esta nueva estrategia (debidamente dimensionadas), algunas
de las prácticas que ahora realizamos. Por ejemplo, en la parte
correspondiente al 10 (prácticas formales), tendrán cabida aquellas propuestas
de formación estratégica, una parte -la más temprana- de la formación
inicial, etc. Todo lo que tiene que ver con las comunidades de práctica, los
grupos de trabajo colaborativo,las comunidades de aprendizaje,etc, se
ubicarán en el porcentaje 20. El resto, el 70, pasará a ser un híbrido entre
trabajo y formación .Me gusta especialmente este esquema que presenta Charles Jenning en el que
intenta presentar sus componentes principales.
Como es obvio, los
departamentos de recursos humanos evolucionarán y junto a la
transformación de los departamentos de formación, acabarán siendo una
misma cosa. Definitivamente, así, habremos acabado con el síndrome
de los mundos paralelos que consagró la formación tradicional.
3.- Un nuevo rol para
gerentes y directivos
Serán la columna vertebral
del nuevo escenario. En un sistema meritocrático, al cual debemos llegar como
requisito ineludible vía los cambios normativos que sean necesarios , los
jefes, por emplear esta palabra, han de ser los mejores ( no sólo lo que
acumulan trienios;). Y este rol privilegiado y de excelencia ha de estar,
en primera instancia, al servicio del desarrollo de personas y de la
organización. En posesión (entrenados) en metodologías apreciativas.
No se podrán sostener este tipo de figuras de mando tradicional, en
entornos abiertos, transversales, líquidos, conectados y de empoderamiento de
profesionales, solo con atributos de supervisión y control. La aceptación
y legitimidad de los nuevos roles directivos vendrán por un liderazgo entendido
como facilitación y servicio. Un manager de esta hornada lo podría podía
verbalizar de esta manera: mediante mi experiencia y conocimiento contribuyo al
desarrollo de las personas a mi cargo y aporto valor para contribuir a su
desarrollo. Justifico así mi papel, sino estorbo.
Evidentemente, los
programas de desarrollo directivo para llegar a este nivel, tienen que
empezar a ser ya una realidad. Y la competencia Desarrollo de Personas debe
ser una de las principales exigidas en cualquier proceso de
selección y promoción de estos cargos.
4.- La formación será un
componente más de la gestión del conocimiento organizacional.
La organización, como
servicio público, asumirá el compromiso de eficiencia y de aportación de valor
a los ciudadanos. Y se someterá, de oficio, a evaluación pública
permanente de sus resultados. Para que su actividad sea sostenible será
necesario recurrir a los modelos que ya otras organizaciones más exigidas vienen
haciendo ( compañías petroleras, unidades militares, nucleares, etc. O sea,
recurrir a la disciplina de la Gestión del Conocimiento. Los ciclos
de creación de conocimiento, transmisión, distribución y recuperación posterior
subsumen ( y amplían) las prácticas formativas tradicionales.
Podemos mencionar, recorriendo a un clásico de la literatura de
esta disciplina -la obra Learning
to Fly de Collison y Parcell de 2004-, que estas metodologías están aún por
integrar ,( y explotar) en nuestros sistemas actuales de aprendizaje en el
puesto de trabajo. Anoto, literalmente, las siguientes
herramientas y técnicas según tres momentos laborales:
a- Aprender de los
compañeros: alguien lo ha dicho antes. Son reuniones de soporte y de puesta a
punto.
b- Aprender mientras se
hace: el momento de reflexionar. Aprender del último acontecimiento para
aplicarlo al siguiente.
c- Aprender después de
hacer: cuando todo ha terminado. Al final del proyecto, siéntese con todas las
personas que han participado en él evalúe que fue bien y que podría haber ido y
otro modo.
5.- Nuevos actores y
funciones
Ahora la nómina de figuras
en formación pasa por los formadores internos y externos. Empiezan a aparecer
los dinamizadores de comunidad, pero ahí se acaba todo. Para 2025 me atrevo a
pronosticar que habrá, además, otro tipo de figuras. Muchas de ellas
serán externas y contratadas según necesidad. Las internas, serán
polivalentes y versátiles.
-Gestores del conocimiento
organizacional.
-Dinamizadores de grupos de
trabajo y de proyectos.
-Curadores de contenidos.
-Gestores de redes.
-Gestores de procesos
participativos.
-Conectores de personas y
facilitadores de conversación
-Creadores y editores de
contenidos ( en todo tipo de formatos).
-Antenas de captación de
conocimiento externo.
-Mentores y coaches.
-Especialistas en
arquitecturas de aprendizaje.
-Analistas de datos de
aprendizaje organizacional.
6.- El papel de los centros
de formación.
Los centros de formación
mutarán y se hibridarán con los departamentos de recursos humanos.
Estarán fuertemente orientados al impulso de nuevos proyectos en función
de las necesidades que las líneas de negocio marquen. En este sentido, y
tomando como referencia a alguna de las empresas y organizaciones
punteras, será frecuente que cada departamento tenga que poner en marcha cuatro
o cinco grandes nuevos proyectos anuales. Aquellos que muestren que aportan
valor se quedarán, y aquellos que no, desaparecerán. Igual pasará
con los responsables de formación y RRHH: aquellos que impulsen proyectos
de éxito continuarán, y aquellos que no, pasarán a líneas de negocio más
conservadoras (de explotación y de mantenimiento).
En este contexto podríamos
mencionar algunas funciones que añadirían a las que ahora tienen de selección,
formación inicial y estratégica. Por ejemplo:
-Serán impulsoras y
darán soporte y apoyo a las iniciativas de mejora e innovación de los
empleados.
-Harán de conectores
de conocimiento y de personas; y de personas entre sí, a través de
redes internas y externas.
-Continuarán en su labor de
ser grandes espacios de reflexión, pensamiento y debate en sus
organizaciones.
-Asegurarán visibilidad y
apoyo al talento interno.
-Serán laboratorios de
nuevas tendencias.
-Serán proveedores de
servicios de aprendizaje a empleados y a la organización.
-Serán acreditadores de la
formación y el aprendizaje realizado por los profesionales de forma autónoma.
-Y ,para hacer todo ello,
necesitarán serán estructuras poco burocratizadas, con poco personal pero
muy cualificado. Contratarán el conocimiento externo cuando se necesite,
y utilizaran el interno, en la mayoría de los casos.
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