Este año he tirado por la muy
española tradición de hacer una reposición de Verano Azul. Por si sois
millenials, no sois de España, o sois españoles pero los últimos 40 años habéis
estado en una burbuja, Verano Azul es una serie creada por Antonio Mercero que
relata las aventuras durante un verano de unos niños en Nerja (Málaga) y que
Televisión Española ha repuesto hasta la saciedad. En esta serie muchos niños y
niñas veíamos arquetipos típicos en los que nos podíamos sentir reflejados y
escenificaban conflictos típicos de eso que llamamos crecer: amores, rebeldía,
soledad, incomprensión…
Así que
en una aventura veraniega, voy a tratar de asociar los personajes de la serie
con diferentes modelos de eAdministración… puede parecer una payasada (lo es)
pero es divertida y a lo mejor te gusta. ¿Te vienes?
Aviso,
a partir de aquí, espoilers de Verano Azul. Arriesgaos a entrar por vuestra
propia cuenta, pero luego no os quejéis
En este
post podrás ver:
1.-Los chicos:
criterios de aproximación de la eAdministración
Javi: El “chulito”
Javi es
el “jefecillo” (como diría mi abuela) de la pandilla. Es rubillo, alto,
delagado, buen deportista y parece que las notas no le van nada mal. Este chico
está en plena adolescencia hormonal y tiene ese tipo de personalidad en el que
se busca el protagonismo y ser el que más en todo. El más listo, el más fuerte,
el más rápido,etc. Tiene un amigo fiel (Quique) y le gusta Bea, quizá por que
sí, quizá porque es la chica guapa y cómo no va a estar el mejor con la más
guapa.
Javi es
ese tipo de Administración que quiere ser la primera en todos los rankings:
DESI, UNEGOV, Comunidades Autónomas, Reinsa, Transparencia. No es tanto que
quiera hacer las cosas mejor o peor, sino que su idea es la de destacar en
todos y cada uno de ellos: ser la referente para todo el mundo. Esto de por sí
no es malo: los rankings tratan de ser un instrumento de mejora. El problema es
que al final, acabas careciendo de una idea o de personalidad concreta porque
no crees en nada. Igual que Javi no es un deportista excepcional, ni un cerebrin,
ni muy simpático y pretende serlo todo, este tipo de Administración tiene el
mismo problema. No es ni la más moderna, ni la más dinámica, ni la más usable,
ni la más transparente porque no tiene más visión que ser la primera.
No sé a
vosotros, a mi Javi siempre me cayó bastante gordo.
Pancho: el outsider
El
antagonista de Javi era Pancho. Este chaval es el único que no era del grupo de
veraneantes, sino que era del pueblo y trabajaba (en aquellos tiempos, tener a
menores de 16 años en el negocio familiar no estaba mal visto). Pancho era, por
lo tanto, diferente a los demás: trabajaba en el negocio familiar, vivía en el
pueblo (conocía a la gente) y se las apañaba por si mismo. Como no formaba
parte del grupo principal (el resto de amigos se conocían de su “vida
cotidiana”) iba a su bola. Desde el momento en que Pancho rescata el reloj que
se le caía a Bea al puerto adelantando a Javi, se muestra el conflicto: un
duelo entre Pancho y Javi (el jefecillo) por Bea.
Pancho
es una administración que básicamente va a su bola. No tiene esa obsesión por
ser el primero y por figurar, sino que hace lo que necesita. Eso no significa
que no haga eAdministración, sino que hace la necesaria para cumplir con sus
planes y necesidades. Esto hace que quizá no sea la mejor en todo, pero si en
lo que le hace falta. Además, como va a su bola, no le importan demasiado los
rankings. Cuando todos se vuelvan a su “vida cotidiana”, Pancho se queda en el
pueblo con su eAdministración montada.
Quique: el que ni pincha ni corta
Quique
es el fiel amigo de Javi. Siempre va con el, le ayuda, le acompaña y creo que
todos pensamos que le admiraba. Más allá de eso, Quique no pinta un pimiento ni
en la historia ni en nuestra memoria. Simplemente trataba de estar cerca del
“jefecillo” y parecerse lo más posible a él. Solo recordamos el capítulo en que
su padre intentaba “acercarse” a su hijo intentando parecer “joven”. Todos
sabemos la vergüenza que se siente con esto.
Quique es esa administración que no tiene muy claro que hacer,
pero por eso se pega a la que mola. El mundo está lleno de administraciones
tipo Quique. Es un caso muy habitual (al menos a mi me pasa) de proyectos que
dicen “queremos hacer un portal como X” o “quiero un servicio digital como el
de Y”. En realidad no tienen un criterio claro, solo un referente de lo que les
gusta. Esto es un problema porque, por un lado, no siempre lo que más nos gusta
es lo que más nos conviene. Por otro, a lo más que llegará Quique es a
aproximarse mucho a Javi, pero ya.
En
cuanto a su padre intentando acercarse al chaval es como cuando los
responsables políticos se intentan hacer pasar por “modernos”. Uno nota que hay
intención pero que si la cosa no es natural, da vergüencita ajena.
2.- Las chicas:
principios aspiracionales de eAdministración
No es
que Verano Azul sea una serie machista, es fruto de su tiempo. Sin embargo, difícilmente pasaría
el test de Bechdel y las chicas juegan un papel casi accesorio.
En todo caso, para nuestro caso son muy importantes.
Bea:
la bonica
Bea es
la chica guapa de la pandilla. Es sensible, elegante, y poco más. De hecho, es
el personaje para mi, más desdibujado de la serie marcado por el capítulo en
que “se convirtió en mujer ” (sic.) y en el que le gusta un cantante famoso y
poco más. Bea, en resumen nos interesa básicamente como personaje núcleo de la
tensión entre Pancho y Javi.
Bea
representa, en mi opinión “el diseño”. En realidad no es que haga nada, pero
oye es bonita. Al chico famoso y popular, es decir, Javi, posiblemente quiera
irse con Bea porque es la chica guapa y el no va a ser menos que salir con una
chica guapa. A Pancho le gusta mucho Bea porque sí. En todo caso, hay
administraciones que quieren las cosas “bonitas” porque cómo van a tener algo
feo, y otras que quieren cosas bonitas porque es lo que hace que sus servicios
sean mejores. Ese es el motivo por el que al final de la serie Bea besa a
Pancho… el diseño solo tiene sentido cuando parte de un “amor sincero” y no del
postureo de muchos portales o proyectos digitales.
Desi:
la lista
Desi
es, a diferencia de Bea, el personaje más dibujado de la serie o, al menos, el
más interesante. Por un lado, al no ser guapa y tener gafas solo podía ser la
lista. Por otro, podría haberse quedado en la versión femenina de Quique y,
simplemente, acompañar a la guapa. Sin embargo, Desi sufre por el divorcio de
sus padres (una cosa no muy habitual en esos tempranos años 80) y lo flipa con
los numeritos de Javi y Pancho por Bea.
Igual
que Mercero, no voy a ser muy original: si es la lista y es guapa, claramente
Desi es la tecnología. A ninguno de los galanes les interesa un pimiento la
tecnología, les gusta el diseño, lo que hace que la tecnología (que es la que
hace que funcione la eAdministración) lo flipe. La gente solo le presta
atención a la tecnología cuando va acompañada del diseño (a Desi solo le echan
cuentas si va con Bea). Supongo que si Desi (que se las apaña bien sola) espera
que le presten atención, tendrá que esperar algún empollón (también con gafas)
o que se le pase el potaje hormonal a los chicos para que presten atención a
algo más que al pelazo de Bea.
3.- Los niños: las pequeñas
administraciones
El
alivio cómico de Verano Azul (como si le hiciera falta por ser algo parecido a
una peli de Almodovar) lo hacían los más pequeños. Piraña y Tito iban a la
suya: nadie les tenía en cuenta y a veces iban con los mayores (cuando los
padres les obligaban, siendo una carga para ellos). Son, claramente, el ejemplo
ideal de las pequeñas administraciones.
Piraña: el que no para de comer
Piraña
era de los dos el más decidido. Este pequeñín regordete de antes de que la
obesidad infantil fuera ni siquiera un problema, era el que tenía las ideas de
aventuras más locas. El chaval está todo el día comiendo (de ahí el mote) y no
le gusta que le digan gordo (por cualquiera pase). En todo caso, es el
personaje más carismático de la serie de largo.
Piraña
es este tipo de Administraciones pequeñas que se atreven con todo y están
siempre haciendo cosas nuevas. Prueban un nuevo portal, un servicio diferente,
sumarse a una plataforma de una diputación: soñar es gratis y por intentarlo no
se pierde. Como es normal, estas ganas de comerse el mundo (que humor más
fino), arrastra al más pequeño.
Tito: el que no se entera de nada
Tito es
el más pequeño de todos (incluido Piraña). A él no le interesan aún las chicas,
ni ligar, ni hacer deporte, solo jugar y pasárselo bien. Eso sí, siempre estará
listo para sumarse a Piraña en una nueva aventura. Tito es el hermano de Bea y
esto hace que a veces Javi le preste atención para acercarse a ella. Es decir,
no pinta nada por si mismo, el pobre.
En
nuestro caso, Tito es ese tipo de pequeña administración que tiene bastante con
sobrevivir con medios exiguos y una población muy necesitada que no está al
tanto de “lo moderno”. De esta manera, sólo se aproximará a estas cosas si
alguien próximo (Piraña) le propone alguna cosa que tenga el más mínimo
sentido.
Uno de
mis capítulos favoritos es aquel en el que Piraña y Tito hacen una huelga
(respondiendo solo “a lo mejor”) porque no les dejan ir con los mayores. La
huelga acaba mal para ellos.
4.-Los adultos: los referentes del
cambio.
Los
adultos muestran aspectos que rodean la eAdministración
Los padres: normas básicas y
que no den guerra.
Desde
luego la España de los 8o no era como la actual. Los padres de Verano Azul se
pasan el verano ignorando sistemáticamente a sus hijos salvo cuando les
molestan. Les dan unas reglas muy básicas y adelante. Por eso no nos extraña
que, por un lado, se lo pasen bien, pero por otro, se metan unas cuevas
inexploradas, vayan a chalets de magos misteriosos o monten piquetes…
cualquiera ve esto hoy en día.
Claramente
los padres son el legislador. Ahí dejan unas cuestiones más o menos básicas y,
a partir de ahí, mientras no den guerra, todo da más o menos igual. Es por eso
que a veces no se cumplen los plazos, o las normas si no incurren en
incumplimientos muy gaves no pasa nada, o simplemente, los niños no entienden
demasiado.
No es
que a los padres no les importen los niños, es que el esfuerzo o atención para
que no se metan en una cueva sin descubrir es demasiado alto como para poder
evitarlo. Eso sí, los pequeños se lo pasan de fábula.
Chanquete: la
cultura de la organización y los valores
Desde
luego el mayor legado de Verano Azul es Chanquete, que, por si no lo sabéis,
palma en el penúltimo episodio rompiéndonos el corazón a millones de niños año
tras año. El hecho de que el capítulo viniera con Las Sevillanas del Adios convierten
una experiencia triste en algo directamente traumático. En todo caso, Chanquete
es uno de los dos adultos que hacen caso a los niños en la serie. Como es un
viejo marinero, es un ancla entre niños modernos y la vida de toda la vida (y
el pueblo). Él transmite un montón de cosas que los padres no están
transmitiendo: los valores, el respeto, la tradición, el arraigo al pueblo, los
derechos de la gente.
Para mi
Chanquete es la administración de toda la vida (y sus empleados). Transmiten
cosas muy importantes y necesarias para que esta chavalada haga las cosas bien
en su vida. Estos, como ven que alguien les hace caso, disfrutan de su
compañía, aprenden y le ayudan. Incluso montan un movimiento social cuando está
a punto de perder su “barco casa” por la especulación inmobiliaria (para que
digan de los Simpson prediciendo). Sin embargo, como digo, la muerte de
Chanquete, siendo triste, es un paso natural. Lo bueno es que ha tenido tiempo
para enseñar a los niños lo importante (y ha dejado de tocar el acordeón).
Julia: la educación emocional y
el cambio
El
último personaje es Julia, una pintora que ha perdido una hija y que trata de
reponerse en el pueblo. Una adulta que se pasa el día jugando con niños que no
son familiares es algo que no creo que pueda pasar en la actualidad sin
provocar, al menos, cierta preocupación a sus padres… pero los años 80 eran muy
locos. Supongo que el hecho de que así los niños no estén dando guerra ayudaba.
En todo caso, Julia es a las emociones de los chavales lo que Chanquete a los
valores. Es ella la que les explica que los celos no son un sentimiento sano,
que está bien sentirse triste porque sus padres estén divorciados aunque les
sigan queriendo, o que, aunque Chanquete ha muerto, estará siempre en sus
corazones.
La evolución de los personajes no sería posible en un solo verano sin Julia. Javi
sería igual de chulo que en el primer capítulo (y no lo es), Pancho seguría a
su bola (mucho menos), Bea sería igual de pava (bueno, ahí no hay mucho cambio)
y Desi estaría igual de fastidiada porque nadie le hace ni caso (creo que me
dejo a Quique, pero a quién le importa). El caso es que sin ayudarles a tener
un contexto para el cambio y las emociones que viven, todo es más difícil.
¡¡¡Felices
vacaciones¡¡. ¡¡¡Cuidaros¡¡¡
No hay comentarios:
Publicar un comentario