"El talento en las Administraciones Públicas no fructifica porque se encuentra escondido sin poder salir a la luz y muchas veces termina perdiéndose"
Andrea Roselló. Blog EsPúblico.- En la parábola de los
talentos del evangelio de Mateo 25,14-30 nos habla de un hombre que llamó
a sus siervos y les dio conforme a sus capacidades a uno cinco talentos, a otro
dos y a otro uno, el primero ganó cinco más, el segundo gano dos más y el
tercero cavó un hoyo en tierra y lo escondió, a éste último el amo lo castigó
quitándole el talento y se lo dio al que tenia diez talentos.
En la parábola de los
talentos Dios confía sus dones o talentos a los hombres con laobligación
de que los desarrollen y espera una respuesta fructífera por parte de cada
hombre, y que la inactividad-por miedo, exceso de preocupación o cobardía,
pereza o simple omisión consciente- en hacer rendir los talentos recibidos es
criticada por el propio Jesús.
Hoy en día las Administraciones
Públicas que deberían actuar como el amo de los siervos ni crean ni saben
como descubrir el talento.
El talento en las
Administraciones Públicas no fructifica porque se encuentra escondido
sin poder salir a la luz y muchas veces termina perdiéndose.
El señor no entrega
los talentos para medir o poner a prueba la capacidad de los siervos, sino para
que lo multipliquen durante su ausencia.
No hay nada más inhumano
que buscar el talento, pregonarlo a los cuatro vientos y dejarlo en peor
condición en el que se encontraba, simplemente por no saber cómo hacerlo
florar.
No existe el perdón por no
aprovechar todo el potencial de la mayoría de los trabajadores.
No podemos permitirnos el lujo de consentir que el talento se diluya en el
fondo de la tierra y que no haya nadie para rescatarlo.
Se necesita tener mucho
coraje, valor y confianza incondicional para defender el talento que
uno mismo propone, luchar codo con codo contra el status quo de las
personas temerosas de perder su posición privilegiada dentro de una
Administración Pública totalmente jerarquizada.
El talento es inquieto, no
deja de moverse, quiere hacerse presente, palpable, quiere llamar la atención
pero el talento se encuentra dentro de un engranaje que es muy difícil de
superar.
Al final el talento se
cansa, deja de ser talento y alguna vez se pregunta si fue talento o fue un
sueño.
El ecosistema es el ideal
para que no se dé el talento, como en la parábola no se trata de poner a prueba
la capacidad de los trabajadores sino dar las oportunidades para que el talento
fructifique.
El talento suele estar
asociado a la habilidad innata y a la creación, aunque también puede desarrollarse
con la práctica y el entrenamiento, así que de lo que se trata es que las
Administraciones lo descubran otorgando un confianza incondicional para
que se desarrolle y fructifique. Es decir dale confianza como el amo
a su siervo para que cada uno conforme a sus capacidades desarrolle su talento
que obviamente por el camino nos encontraremos con la pereza y la omisión consciente,
pero ello no es obstáculo para saber que se va en la buena dirección.
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