Reproducción de la Presentación del Número
especial del Consultor de los Ayuntamientos de Noviembre de 2019 (Wolters Kluwer. La Ley), coordinado por Jorge Fondevila, "con la finalidad de
aportar la necesaria información profesional y ayuda práctica en la
planificación y en la innovación en la gestión de los recursos humanos
de las Administraciones Públicas".
Por Jorge Fondevila Antolín. (Coordinador del Especial) - Este monográfico que he tenido el honor
de dirigir, nace con la finalidad de aportar información profesional y también
una ayuda práctica, que estimo esencial para estos momentos de zozobra de
nuestras Administraciones Públicas en la planificación y obligada innovación en
la gestión de los recursos humanos a su servicio. Para ello, hemos reunido un
grupo de los más destacados especialistas en esta materia, que desde hace
tiempo llevan trabajando no solo mediante aportaciones teóricas sino con su
implementación práctica en proyectos de innovación en la gestión de recursos
humanos en diferentes Administraciones Públicas, lo que estimo aporta a este
monográfico no solo las típicas exposiciones teóricas, en muchas ocasiones poco
prácticas, sino también, y esto es muy importante, opiniones y criterios de
actuación práctica.
Así, es preciso destacar que las
primeras aportaciones de los profesores Jiménez Asensio y Ramió Matas, aportan
una visión estratégica sobre las
actuales insuficiencias y problemas, así como las alternativas para el futuro
del empleo público, que resultan imprescindibles si queremos diseñar
adecuadamente la innovación en esta área, y ello, porque precisamente la visión
cortoplacista y clientelar de la función pública, es la que nos ha llevado a esta
grave situación actual. No es posible incorporar a nuestras administraciones la
innovación necesaria, para conseguir una administración profesional y objetiva,
sino hemos sido capaces de detectar previamente los problemas y una prospección
de lo que el futuro de nuestra sociedad va a demandar a nuestros servicios
públicos, solo un adecuado diagnóstico nos permitirá incorporar las adecuadas
decisiones para proceder a implementar las obligadas reformas.
Como podrá comprobar el lector, este
especial en su segunda parte incorpora el examen de una serie de cuestiones que
entiendo esenciales en este necesario proceso de innovación, como es la inexistente, en general,
planificación de recursos humanos en nuestras administraciones,
resultando de gran interés las aportaciones prácticas de los trabajos de Dapena
y Cuenca. Posteriormente, nos enfrentamos al obsoleto sistema selectivo que se
desarrolla en nuestras administraciones, que no garantiza el acceso de los
mejores desde un criterio constitucional de capacidades y aptitudes, lo que no
supone un rechazo, en absoluto, al procedimiento de oposición libre, sino a un
cambio de los tipos de ejercicios, que es una cuestión diferente; y más en
estos tiempos, donde nos enfrentamos a uno de los mayores ataques a la objetividad
y profesionalidad en el empleo público. Me refiero a los inconstitucionales
procesos de consolidación y estabilización; a este respecto, he justificado
legalmente esta afirmación sobre su inconstitucionalidad, en mis obras: «Manual
para la selección de Empleados Públicos» y también en «Problemas y soluciones
al empleo público actual: Una Valoración a los 10 años de la aprobación del
EBEP». Pues bien, este especial incorpora a este respecto novedosas
aportaciones de innovación por parte de Gorriti y Fondevila.
Pero claro, tras la visión y examen
estratégico de la planificación y la innovación en la selección, estimamos
necesario incorporar también un examen práctico de aquellas áreas más conflictivas en la gestión
de recursos humanos; en concreto, el personal laboral (Boltaina), la
provisión de puestos de trabajo (Chaves) y, finalmente, los problemas que ha
originado la aprobación del reciente RD 128/2018, norma
esencial para los funcionarios de habilitación de carácter nacional (condición
que también ostento con orgullo). Figura, a nuestro juicio, esencial para
impulsar la innovación de nuestra Administración Local, y que por cierto lleva
años sufriendo un ataque a su independencia y profesionalidad, resultando muy
ilustrativo el examen crítico del mismo realizado por Casas.
Finalmente, un trabajo de estas
características no podía obviar el estudio de otro de los pilares esenciales de
la innovación en nuestras administraciones, en concreto, el «compliance», tema examinado
por Campos. Y otra cuestión directamente conexionada con la anterior, en
concreto, los códigos de conducta de los empleados públicos y su
integridad en el servicio público (López), que afecta directamente a uno de los
mayores problemas que desde hace años está afectando a nuestras
administraciones: la corrupción.
Dicho lo anterior, no puedo evitar
formular algunas consideraciones personales sobre el estado y problemas del empleo público
actual, compartiendo totalmente el diagnóstico formulado por los
profesores Jiménez y Ramió, quizás mis consideraciones puedan resultar
conflictivas e incluso duras y pesimistas para el lector, pero entiendo que
para poder ofrecer un correcto tratamiento ante una enfermedad es preciso
determinar con toda la precisión y crudeza necesaria la situación de la
enfermedad; solo así podemos tener la certeza de que las medidas que se puedan
proponer para tratar la enfermedad son las adecuadas. Si bien, debo destacar
que ese aparente pesimismo no es real, pues si tras más de treinta años en el
servicio público todavía tengo la voluntad e interés de seguir investigando y
proponiendo alternativas para la mejora de nuestras Administraciones Públicas,
es porque creo en el futuro del servicio público y en la necesidad de que su
actividad se desarrolle en los términos establecidos por los principios
constitucionales de objetividad y eficacia.
Problemas que afectan al empleo público
Dicho lo anterior, en este momento voy a
intentar resumir las principales causas, a mi juicio, de los problemas que
actualmente afectan a nuestro empleo público en las siguientes notas:
1.- Especialmente desde
el año 1984, se ha desarrollado un proceso normativo y de gestión con el único
objetivo de desterrar la profesionalidad y objetividad en el empleo público, de
manera que nos encontramos ante un sistema caracterizado por la politización y
clientelismo político y sindical, cuyo escaparate principal han sido los
ámbitos de la selección y la carrera administrativa (procedimientos de
provisión de puestos de trabajo). Estas consideraciones que ya hemos
manifestado en otros trabajos con anterioridad son compartidas por un sector de
la doctrina (Olmeda Gómez, J.A., Parrado Diez, S. y Colino Cámara, C. (2017), Las Administraciones Públicas
en España), donde exponen directamente que: «Todo parece indicar que
con la politización creciente y la proliferación de asesores y gabinetes
políticos esto ya no es así, ya que los políticos parecen haber prescindido
cada vez más del asesoramiento técnico de los funcionarios, liberándose de su
influencia y, para garantizar supuestamente la ejecución de sus decisiones, han
tratado de amarrar políticamente a los altos funcionarios. En definitiva,
actualmente se funciona sobre la idea de que parece que los políticos han de
tomar las decisiones libremente y por su cuenta y el papel de los funcionarios
queda limitado a facilitar a posteriori la cobertura legal que sea necesaria
(Nieto 2008). Asimismo, según los estudios empíricos disponibles, también entre
los altos cargos de confianza política suelen predominar los burócratas
profesionales, aunque crecientemente se va dando más cabida a los activistas de
los partidos o expertos en comunicación política con escasa o nula
cualificación profesional en los temas del departamento». Y, posteriormente,
añaden la siguiente consideración: «Esta situación provoca la pérdida del respeto profesional por parte de los funcionarios al jefe político y su falta de expectativas profesionales, acompañada del desánimo por ver que sus jefes han conseguido por la vía de la política lo que ellos nunca van a conseguir por méritos profesionales, incitando así a los funcionarios a politizarse […] Este proceso de "decapitación permanente" de las organizaciones del sector público se lleva por delante todo el capital directivo construido durante un largo periodo de tiempo», y todo ello, sin olvidar los peculiares procesos de funcionarizaciones masivas.
2.- Como consecuencia
de la politización citada, no se ha desarrollado una necesaria gestión
profesional de recursos humanos y tampoco en la gestión de los servicios
públicos. Destaca así la ausencia de regulación e implantación de un auténtico
modelo de Personal Directivo, ajeno al ámbito político y vinculado
exclusivamente a la evaluación de los resultados profesionales de su gestión.
3.- Como consecuencia
de la politización y clientelismo que han dirigido la gestión del empleo
público, se ha originado otro problema muy grave, en concreto, el acceso al
empleo público mediante los denominados «procesos de consolidación o
estabilización», o como los califica Jiménez Asensio «Aplantillamiento» de un
enorme grupo de empleados públicos que han accedido al empleo público mediante
unos sistemas de acceso sin las más mínimas garantías y, además, en muchos
casos con una clara vinculación política y sindical y dudosa cualificación
profesional, lo que ha originado una pérdida de talento y profesionalidad en
nuestras administraciones, y a su vez un fraude para el resto de los ciudadanos
que han visto defraudadas sus expectativas de acceso al empleo público
reconocido constitucionalmente en el art. 23.2. C.E.
4.- Es preciso añadir
que todas estas situaciones han constituido el caldo de cultivo perfecto para
el florecimiento y desarrollo de la corrupción, fenómeno que afecta a todas las
administraciones públicas y a todos sus niveles. De manera que solo
desvinculando la politización del empleo público e incorporando la exigencia de
unos principios de ética pública a todos los empleados públicos, se podrá
comenzar un nuevo camino ya despejado y acorde con el orden axiológico
constitucional.
También quiero destacar que nos encontramos ante un momento
muy importante para el futuro de nuestro empleo público, en
concreto, me refiero a tres circunstancias que concurren y de gran importancia.
En primer lugar, después de transcurrir 12 años desde la aprobación del EBEP,
el mismo todavía está en gran medida pendiente de desarrollo. En segundo lugar,
nos encontramos con un periodo de convocatorias de consolidación y
estabilización de empleo temporal, procesos que merecen mi total crítica como
ya he señalado, y que pueden condicionar la eficacia de las Administraciones
Públicas durante muchos años. Y, en tercer lugar, el hecho de que entramos en
una década de renovación masiva del empleo público; pues hay un fenómeno
imparable que es el envejecimiento de las plantillas de funcionarios, lo que va
a exigir que a medio plazo deberán producirse sustituciones masivas en la
provisión de puestos de trabajo de responsabilidad y la incorporación de nuevas
personas a las organizaciones. Y, todo ello, sin que se hayan desarrollado plan
alguno de transferencia de conocimiento, un elemento esencial en toda
organización profesional, y tampoco un necesario e imprescindible análisis de
cuáles son las futuras necesidades que deberán atender los servicios públicos.
Pues no se puede olvidar que nuestra sociedad es un elemento dinámico y
evolutivo, de manera que las necesidades de recursos humanos serán diferentes
en función de los nuevos servicios públicos a prestar.
Lo anterior supone que en estos momentos
resulte imprescindible y esencial una reflexión y reforma de nuestro marco
normativo del empleo público y, además, la adopción de medidas estratégicas.
Porque ha llegado el momento esencial que puede condicionar para las próximas
décadas qué clase de empleo público va a servir a nuestra sociedad, pues una
mala gestión de estas situaciones nos puede llevar a un negro futuro para los
servicios públicos y que se continúe incumpliendo el mandato constitucional de
un empleo público objetivo y eficaz.
Finalmente, es obligado manifestar mi
agradecimiento a todos los colaboradores en este monográfico, que a pesar de
problemas personales y obligaciones profesionales han realizado un gran
esfuerzo para que este trabajo vea la luz. Espero que este especial pueda
ayudar al impulso y aportación de ideas y propuestas para innovar la gestión de
los recursos humanos de nuestras Administraciones.
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