"Sin propiciar que España se convierta en un país de chivatos, hay que conseguir que el que tenga elementos de denuncia los pueda aportar sin miedo sobre su futuro profesional"
Revista de prensa. Libre Mercado.- Jordi Solé Estalella es funcionario del Cuerpo Superior
de Inspectores de Hacienda del Estado desde 1990. También es presidente de
Fedeca (Federación de Asociaciones de Cuerpos Superiores de la Administración
Civil del Estado) desde febrero de 2016.
Jordí Solé, Presidente de FEDECA. Foto Nuevo Mercado |
Fedeca, la
organización que preside, agrupa 47 asociaciones de funcionarios
públicos de Cuerpos Superiores, desde abogados del Estado a inspectores de
Hacienda, pasando por economistas, ingenieros o diplomáticos. La flor y natade
la Administración. Aquellos que han pasado las oposiciones más exigentes.
También los más buscados por el sector privado, por su competencia y
conocimientos.
Libre Mercado se reunió con Solé la semana pasada en
Madrid. Sobre la mesa, los temas que preocupan a los altos funcionarios y
también los que se discuten por los contribuyentes que les pagan el sueldo: la
carrera funcionarial, el sistema de oposiciones, la corrupción, la
profesionalización de la figura del directivo público o la falta de
herramientas para exigir responsabilidades al funcionario que hace dejadez de
sus funciones. La excusa era el anuncio del Gobierno de que podría reducir la
jornada de trabajo a los empleados públicos a las famosas 35 horas semanales. Y
la respuesta de Fedeca que publicó un comunicado en el que aseguraban que
"los altos funcionarios ven contraproducente recuperar la jornada laboral
de 35 horas en el sector público".
35 horas semanales
- Hace unos días, Fedeca publicaba una nota de prensa en la
que se oponía o al menos cuestionaba la oportunidad de la reducción de la
jornada de los funcionarios a 35 horas semanales. Llama la atención que una
asociación de funcionarios proteste por lo que parece ser una medida que les
beneficia: trabajar menos cobrando lo mismo.
- Bueno, lo primero es que la medida no es gratuita, tiene
un coste que la secretaría de Estado cifra en mil y pico millones de euros.
Pero más allá del coste, lo importante es que esta no es nuestra principal
preocupación y tampoco lo es para los funcionarios con los que hemos hablado. Y
sin embargo, creemos que iría en perjuicio de otras que sí nos preocupan y
consideramos más importantes.
Por otro lago, aunque nuestra principal preocupación no sea
nuestra imagen ante la opinión pública, tampoco nos ayudaría nada que pareciera
que ahora estamos reclamando trabajar menos horas. Nosotros creemos que la
manera de ganarse la mejor retribución es demostrando profesionalidad y
dedicación. Por lo tanto, esta medida, sin que en realidad nos opongamos, está
en el último lugar de nuestra lista de reivindicaciones.
- Entendido. Pero si esta es la última de sus
preocupaciones, cuál es la primera.
- Nosotros estamos empeñados en profesionalizar la
administración y liberarla de lo que llamamos la colonización política. Creemos
que es uno de los motivos de que la crisis institucional de los últimos años
haya adquirido tanta fuerza. Nos han ido laminando los instrumentos de control.
Por lo tanto, las primeras medidas serían aquellas que refuercen la
imparcialidad e independencia de los funcionarios.
- Hace unas semanas, el Instituto de Estudios Económicos y
Esade presentaron su estudio ‘El empleo público en España: desafíos para un
Estado democrático más eficaz’. La noticia que dedicamos en Libre Mercado a
este informe, la titulamos
así: "Sólo el 1% de los empleados públicos suecos es
funcionario". Y es que nuestro país tiene menos empleados públicos que
esos países del norte de Europa con los que nos gusta compararnos, pero tiene
muchos más funcionarios.
¿Mejor el modelo anglosajón?
¿Mejor el modelo anglosajón?
Con este punto de partida, ¿qué quieren decir ustedes cuando
hablan de "profesionalización"? ¿Avanzar hacia un modelo como el
sueco? ¿Acabar con la figura del funcionario como la conocemos en España?
- No, nosotros creemos en el modelo funcionarial. El modelo
sueco es distinto, es el modelo anglosajón, que no es propio de nuestra
tradición. No vamos a entrar en cuál es mejor o peor, pero en cualquier caso
creemos que es muy ajeno a nuestra cultura. Nosotros tenemos un modelo de
función pública desde hace un siglo y medio y creemos que, hasta el momento, ha
dado unos buenos resultados. Cuando hablamos de una administración profesional,
pensamos en una administración servida con funcionarios. Es más, ha sido en las
orillas de la funcionarización donde se han producido los casos graves de
desprofesionalización.
- Bien, entonces entiendo que el estatuto del funcionario es
sagrado para Fedeca.
- Sagrado no hay nada. Nosotros estamos dispuestos a
estudiar y analizar cualquier medida de mejora…
Es normal cobrar menos en la Administración que en el sector
privado. Pero en demasiados puestos, esa diferencia es demasiado grande
- Tampoco creo que esto lo plantee ningún partido ahora
mismo en España. Lo ponemos nosotros sobre la mesa porque en Libre Mercado sí
creemos que ése modelo anglosajón tiene algunas ventajas sobre el nuestro.
- Si a medio plazo llegáramos a un estudio tranquilo,
razonable y sensato de que hay que ir hacia el modelo anglosajón, pues se
podría estudiar. Pero mi opinión personal es que después de 200 años de modelo
continental, lo más apropiado es profundizar ese modelo y corregir lo que haya
que corregir. Por otro lado, no creo que haya sido un mal modelo. Otra cosa es
la perversión de ese modelo.
Directivo público
- Entonces, esa profesionalización de la que hablamos,
marcha en la línea de más autonomía para los funcionarios, ¿qué pide Fedeca?
- Hay muchas medidas, pero en general tenemos dos tipos de
medidas. Por un lado, hay que distinguir la función profesional-técnica de la
política. Por eso insistimos desde hace tiempo en que hay que desarrollar la
figura del directivo público, que es la bisagra, el nexo de unión, entre la
alta administración y la política. No nos negamos a que la política dirija la
administración, de hecho creemos que así es como debe ser, pero sí creemos que
es pernicioso que invada los puestos técnicos. En estos puestos hay que volver
a los criterios de elección por mérito y capacidad; y a la inamovilidad salvo
falta de cumplimiento de objetivos o casos de infracciones administrativas.
Pero la idea es que los puestos técnicos no estén sometidos a la libre
designación discrecional y al libre cese.
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