Revista de prensa. Las Provincias.- Pese
a las advertencias desde diferentes organismos internacionales, como la
Comisión Europea o la OCDE, y pese a las medidas implantadas por el Gobierno
para luchar contra la precariedad laboral, la temporalidad sigue creciendo.
Pero, paradójicamente, solo en la Administración Pública. Ya no se cumple esa
máxima de que trabajar para el Estado es un seguro de vida, sino que son
muchos, demasiados, más que nunca, los que no saben si mañana seguirán teniendo
puesto. Concretamente, casi 863.000 -según los datos del primer
trimestre del año de la última EPA-, que esperan con cierta
esperanza una sentencia desde el Tribunal Europeo que podría llegar en septiembre u octubre
y que, de ser favorable, los puede convertir automáticamente en funcionarios de
carrera.
Se
trata de una cifra histórica, que nunca se había alcanzado, y lleva a su vez la
tasa de temporalidad también a máximos: un 26,8% de los más de
3,2 millones de empleados públicos son eventuales, un nivel que solo se superó en 2006, cuando
se llegó a sobrepasar el 27%, y que supera ya a la que hay en la empresa
privada (25,6%), algo que solo había ocurrido otra vez en 2009. Porque
curiosamente el nivel de eventualidad del sector público y del privado
evoluciona últimamente de forma inversa. En el primero tocó mínimos en 2013,
cuando cayó hasta el 19% tras los fuertes recortes que dejaron apenas 2,9
millones de trabajadores públicos, y desde entonces, y ya con la recuperación,
se ha impulsado con fuerza, de forma ininterrumpida: ha
crecido nueve puntos hasta el 26,8%, lo que supone 1,2 puntos porcentuales más que la que
hay en las empresas, que, por el contrario, desde el tercer trimestre de 2017
ha disminuido en más de 2,5 puntos.
A
la vista de estos datos, de poco ha servido que los sindicatos acordaran con el
anterior ministro del ramo, Cristóbal Montoro, sacar
a concurso 250.000 plazas en todo el país entre 2017 y 2020, y en los dos últimos años se hayan
aprobado sendas macroofertas históricas para paliar los recortes de la crisis.
Pese a ello, desde que se tocó fondo en 2013, se han ganado más de 304.000
empleos públicos, pero de ellos, más de 284.000 son
eventuales, lo
que supone un 93%, por lo que difícilmente se puede lograr rebajar la tasa al
8%, tal y como se comprometió el Gobierno.
Sanidad y Correos, en cabeza
Además,
la temporalidad se dispara en colectivos más vulnerables: se eleva al 31%
entre las mujeres (mientras disminuye al 21,6% en los hombres) y supera el 77%
entre los jóvenes menores de 30 años, lo que triplica la media del empleo público. De igual
manera, varía mucho por sectores. La sanidad es donde existe un nivel de
eventualidad más elevado, hasta el punto de que afecta al
37% de los trabajadores públicos. Así, de los más de 645.000 ocupados con que cuenta, casi 240.000
son interinos, según datos de la EPA recopilados por CC OO. Prácticamente el
mismo nivel que en Correos, donde de los 51.000 empleados,
19.000 no tienen contrato fijo(un 37,2%). En educación, sin embargo, la temporalidad se sitúa por debajo
de la media de la Administración, aunque aún así más de uno de cada cuatro
profesores son interinos (un 26,1%): más de 216.000 de los 827.000 educadores
del sector públicos. También uno de cada cuatro trabajadores de Justicia son
eventuales, así como entre el personal de orden público y seguridad, protección
civil y defensa. Peor nivel tiene lo que la EPA califica como 'Otros servicios
y actividades' y donde se incluyen trabajos tan variopintos como
bibliotecarios, jardineros, conductores, personal de limpieza, etc.; aquí la
eventualidad escala hasta el 31%. Se queda en el 25% en las actividades
relacionadas con la Administración Pública y Seguridad Social.
El
vicepresidente de CSIF, Francisco Iglesias, pide al Gobierno que agilice
de forma urgente las ofertas de empleo público y estabilice las plazas interinas, al
tiempo que reclama un plan de recursos humano para afrontar la avalancha de
jubilaciones que se van a producir, que elimine la tasa de reposición y
refuerce las plantillas, ya que todavía se arrastra un déficit de 95.000
empleos.
Desde
Asempleo, la patronal de las ETT, ponen de relieve que «pese a toda la presión
que han tenido la Administración Pública con los interinos y con el debate tan
en primera línea que hay de la gestión de la temporalidad, la tasa de
asalariados temporales es muy elevada». Por ello, sostienen que precisa de «un
ajuste responsable», pero también de «un esfuerzo por parte de la
Administración para colaborar de una manera real y eficiente con el sector privado, y en este caso,
con las empresas de Trabajo Temporal».
Navarra y País Vasco, a la cabeza
en interinidad
La
tasa de temporalidad varía mucho en función del sexo, la edad y el sector, pero
también fluctúa enormemente entre regiones. Así, Navarra y País Vasco se sitúan
a la cabeza y el nivel de precariedad de los contratos con la Administración se
eleva hasta el 37% y el 35,4%, respectivamente. Completa el tercer lugar del
podio Baleares, con un 33,4%. Por el contrario, La Rioja es la comunidad
autónoma donde hay mayor estabilidad en su plantilla pública: ocho de cada diez
empleados de la Administración son fijos. Le siguen Cataluña, con un nivel de
eventualidad del 23,2%; y Madrid, con un 23,2%. Así, la brecha entre regiones
llega a rozar el 17%.
Bueno, no pasa nada, se crea una gran montaña de personal interino y cada 8 o 10 años se hace un proceso de consolidación de empleo temporal como piden los sindicatos con un examencillo fácil y asequible y tos pa' dentro.
ResponderEliminarAsí se consiguen varios objetivos de una: discriminar a los empleados públicos que sí que han ganado la plaza con unas pruebas complejas y con todas las garantías y perpetuar la idea de que todos los funcionarios son unos enchufados y unos incompetentes.
Hasta que no cambiemos la forma de acceso al empleo público para que sea ágil pero también garantice la igualdad, el mérito y la capacidad no dispondremos de un personal capacitado y con herramientas para gestionar los asuntos públicos con solvencia y calidad. Nos merecemos una administración así y los parches y ocurrencias de conveniencia política no nos van a llevar a conseguirlo.