"España tiene como gran duda casi existencial si apuesta por un modelo unicéntrico o policéntrico. Su realidad económica y poblacional la configuran como un país policéntrico; un Estado con dos grandes áreas metropolitanas que pueden competir globalmente: Madrid y Barcelona"
Por Carles Ramió. EsPúblico blog.- Para que España pueda ser un país competitivo a nivel
internacional y organizado de manera equilibrada a nivel interno requiere que
su mapa municipal posea dos grandes ingredientes: a) al menos una gran área
metropolitana que haga de motor del país y compita a nivel europeo y mundial
con las grandes ciudades del mundo; b) un tejido de áreas metropolitanas
intermedias que muestren una escala suficiente y que estén bien integradas y
conectadas con la locomotora de la gran área metropolitana del país (o las dos
grandes áreas metropolitanas) que compite a nivel mundial. Poseer estos
dos componentes de manera equilibrada va a facilitar que España pueda ser un
país preparado territorialmente para hacer frente a los retos tecnológicos,
económicos, sociales y políticos que van a acontecer en un futuro muy próximo.
Las ciudades medianas tienen tantas oportunidades como amenazas para competir en un entorno globalizado. Su localización es parte de su renta |
El modelo español
España tiene como gran duda casi existencial
si apuesta por un modelo unicéntrico o policéntrico. Su realidad económica y
poblacional la configuran como un país policéntrico; un Estado con dos grandes
áreas metropolitanas que pueden competir globalmente: Madrid y Barcelona. En
cambio, a nivel político parece que el Estado se decantaría por un modelo
unicéntrico en el que solo Madrid ejerciera de motor de país. Esta segunda
opción encaja con la cultura centralista española y hay que hacer notar que es
uno de los ingredientes de peso de carácter no emocional que explican una parte
del actual conflicto entre Cataluña y el resto de España (Jordana, 2019). La solución
a este problema parece obvia: la realidad económica, territorial y demográfica
es la que es y tendría que aceptarse política e institucionalmente que el
modelo natural de España es la de ser un país policéntrico con dos grandes
motores metropolitanos. Este reconocimiento contribuiría a disminuir las
actuales tensiones políticas de carácter centrífugo. España debería operar como
Alemania e Italia y abandonar el modelo de Francia y Gran Bretaña. Una buena
articulación entre las ciudades de Madrid y Barcelona podría implicar que éstas
fueran dos de los tres grandes motores económicos del sur de Europa (el tercero
sería Milán-Génova-Turín) con capacidad de influencia en un amplio territorio
que agruparía a España, Portugal y una parte relevante del sur de Francia.
Obvio que habría que articular unas lógicas de colaboración,
complementariedades e intercambios simbióticos entre Madrid y Barcelona. No
habría casi ni que estimular esta colaboración ya que de facto hace mucho
tiempo que existe. La realidad es tozuda y hay que saber reconocerla y
aprovecharla como una gran oportunidad.
Metrópolis y ciudades intermedias
Por otra parte, es necesaria la articulación de las
ciudades intermedias como apoyo a los dos grandes motores metropolitanos: las
dos grandes áreas metropolitanas de España requieren de una red de ciudades
intermedias interconectadas que den fuerza a los dos motores y que puedan
captar y distribuir territorialmente el conocimiento y el bienestar. Estos
motores intermedios serían: Sevilla, Bilbao, Valencia y Zaragoza. Pero harían
falta más: se trataría de favorecer asociaciones metropolitanas entre ciudades más
modestas a nivel económico y demográfico para que alcanzaran una escala
suficiente: por ejemplo, hay conversaciones para implantar un área
metropolitana entre Oviedo y Gijón. Otra posibilidad sería Málaga, Cádiz
(Algeciras) y Almería, Vigo y La Coruña o Valladolid, Salamanca y León (esta
última quizás sea la más compleja). Esta opción sería el mejor remedio a
superar la denominada “crisis de las ciudades medias” (Pimentel, 2019). Con
esta configuración España tendría motores territoriales intermedios que podrían
cohesionar a todo el país
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