La actual configuración de la protección contributiva junto a la evolución demográfica y socioeconómica que ha tenido lugar en nuestro país hace insostenible nuestro sistema de pensiones.
Por Antonio Arias. Fiscalización.es blog.- Como en la película Casablanca, hemos descubierto que en
este casino se juega («¡Sus ganancias, señor!»). Igualmente el Tribunal de
Cuentas de España certifica una verdad incontestable: “de no acometerse de
manera urgente las reformas necesarias sobre su actual configuración, en el
ámbito de la financiación y/o en el de la protección, peligrarían la viabilidad
y la sostenibilidad financiera del sistema”.
Se trata de una de las principales amenazas de
nuestro Estado del bienestar. En plena crisis económica que nos deja la
pandemia del COVID-19 tendremos una dificultad añadida que resolver, en medio
de la tormenta fiscal perfecta que enfrentamos.
Toda la prensa nacional recoge esta enésima advertencia sobre el grave problema de
sostenibilidad financiera “de carácter estructural” de nuestra Seguridad
Social. En este caso, es el Tribunal de Cuentas de España quien acaba de hacer
público un interesante Informe de Fiscalización sobre la evolución
económico-financiera, patrimonial y presupuestaria del sistema de la Seguridad
Social y su situación a 31 de diciembre de 2018.
Sus conclusiones son claras y muy oportunas. Ya nos había
advertido con ocasión de la de aprobación comentada en esta bitácora de
la Declaración sobre la Cuenta General del Estado del ejercicio
2017. Los recursos contributivos obtenidos no son suficientes para
satisfacer el actual nivel de las prestaciones económicas (fundamentalmente,
pensiones) de igual naturaleza.
También lo había avisado la AIREF reiteradamente. Entre las últimas, la
conferencia en Oviedo de su director, hoy actual ministro encargado de
resolverlo y que glosamos aquí.
Durante 2018, el gasto medio anual por pensionista subió un
18,73 % mientras que el ingreso medio por afiliado disminuyó un 1,28 %.
La causa de que los resultados económico-patrimoniales sean
negativos en el periodo analizado y, en consecuencia, de que también lo sea el
patrimonio neto en los ejercicios 2016, 2017 y 2018, son los desfases
significativos entre los gastos y los ingresos de naturaleza contributiva,
provocados principalmente por el distinto ritmo de crecimiento del gasto medio
anual por pensionista. En el primer caso, el aumento de la esperanza media de
vida de estas personas; y en el segundo, la minoración se debe a la recesión
que afectó a la economía española y su efecto sobre el empleo y los salarios.
Un modelo insostenible
La actual configuración de la protección contributiva junto
a la evolución demográfica y socioeconómica que ha tenido lugar en nuestro
país hace insostenible nuestro sistema de pensiones.
Los recursos contributivos obtenidos no son suficientes para
satisfacer el actual nivel de las prestaciones económicas (fundamentalmente,
pensiones) de igual naturaleza.
El ministro Escrivá, responsable de la Seguridad
Social, no ha tardado en tranquilizar a
nuestros mayores declarando que la Seguridad Social es “solvente y sostenible”
y las pensiones están garantizadas “ indefinidamente”. Tranquilidad para
el jubilado que solo lee los titulares, inquietud para quienes profundizan en
este delicado asunto.
En fin, volviendo al acreditado film Casablanca,
encontramos para concluir otra de las frases míticas del capitán Renault:
«Ahora iba a redactar el informe. Aún no hemos decidido si murió suicidándose o
tratando de escapar».
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