"Personalmente mi crítica de la Ley se ha centrado sustancialmente en la falta de “economía legislativa”:¿ por qué no coser el viejo traje legal, que era cómodo y flexible, en vez de comprar dos nuevos muy similares, que “tiran de la sisa”?"
Por J.Ramón Chaves. Blog DelaJusticia.com.- Que la botella esté medio
llena o medio vacía depende del observador. Y que las nuevas leyes 39/2015 de
Procedimiento administrativo Común y 40/2015 de Régimen Jurídico del Sector
Público sean buenas o malas, depende igualmente del jurista que las valora
y de la perspectiva.
Ni todos los preceptos de
las nuevas leyes son malos ni todos buenos, ni tienen idéntica eficacia ni
vigencia. Puede que algunos valoren positivamente las innovaciones de
administración electrónica y que otros añoren los preceptos esfumados de la
administración de papel; otros se deslumbrarán con las garantías nuevas y otros
sufrirán por la amenaza de preceptos oscuros.
No hay un baremo objetivo
que permita dar el aprobado o suspenso en bloque a una Ley, aunque es evidente
que hay leyes de factura técnica mejor y peor, y de mayor acierto o grado de
eficacia. Además creo que cualquier nueva ley administrativa imaginable será
objeto de implacables críticas ( no sé si por el talante español o por el
inconformismo del jurista), o ¿acaso no recordamos el “griterío y chirriar de
dientes” de académicos cuando se aprobó la Ley 30/1992, o cuando se reformó
sustancialmente por Ley 4/1999, de 13 de Enero?
Lo cierto es que los
juristas como los escultores tenemos que trabajar con el mármol que nos ofrece
el legislador, y en este caso, no parece que exista gobierno a corto plazo que
impulse una rectificación, derogación parcial o aplazamiento.
Personalmente mi crítica
de la Ley se ha centrado sustancialmente en la falta de “economía
legislativa”:¿ por qué no coser el viejo traje legal, que era cómodo y
flexible, en vez de comprar dos nuevos muy similares, que “tiran de la sisa”?.
Zafarrancho
Aunque La Ley 30/1992, de
26 de Noviembre, de Administraciones Públicas es un muerto que “no está muerto
del todo”, las nuevas leyes ya están en vigor en su mayor parte. Es hora de que
abogados, funcionarios y jueces acometan el “zafarrancho de combate” y adopten
la perspectiva de la acción y no de la denuncia.
Lo que suponían dichas
leyes lo expuse brevemente en dos tempranos post, uno titulado El BOE alumbra leyes siamesas (sobre la PACA, Ley
39/2015) y otro Más madera, la Ley de Régimen Jurídico del Sector Público,
aunque mas recientemente me ocupe de su significado en un artículo publicado en
formato papel y disponible por gentileza de Wolters Kluwer titulado “ Percepciones y sensaciones locales ante las leyes 39/15 y
40/15″ ( expuesto bajo la licencia de evocar nuestros cuentos de
infancia, pues no todos los cuentos empiezan “Érase una vez…”, sino que
muchos empiezan por aquello de “ A todos los que la presente vieren y
entendieren…”).
NOTA DE SOCIEDAD: Y
como el tema lo merece, el martes día 4 de Octubre, tendré ocasión de
ofrecer una ponencia con debate en el Colegio de Abogados de Elche a
las 16,30 horas, bajo el sugerente título: Impacto general de
las nuevas leyes básicas 39/15 y 40/15 en las garantías administrativas.
Novedades preocupantes, y según el sugestivo Programa de la
Jornada
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