"Si hace algunos años se valoraba más el salario y la posición dentro de la organización, actualmente valoramos mucho más nuestra salud física y mental, la satisfacción personal y el tiempo libre"
Por María Jesús Langa Reyes.-. Mujeres del Sector Público blog.- Según el diccionario de la Real Academia Española (RAE) en su tercera acepción, motivación es el »Conjunto de factores internos o externos que determinan en parte las acciones de una persona”. Para ello tiene que haber un motivo o causa que también según la RAE es “causa o razón que mueve para algo”.
Tomando como referencia el artículo “la motivación del personal al servicio de la administración en la futura ley de función pública” de la revista EnRed@2.0 de la Junta Andalucía, elaborado por Rafael Márquez Rodríguez, percibimos que la motivación del personal empleado público no es el objetivo de nuestros políticos y ni tan siquiera de la mayoría de nuestros directivos. Este artículo se basa en el Anteproyecto de Ley de Función Pública de Andalucía pero perfectamente es extrapolable a cualquier Administración Pública.
“En la motivación, se encuentra la primera y fundamental explicación del modo en que las personas actuamos, nos relacionamos y colaboramos. Tanto es así que la motivación de una persona tiene mucho que ver en la eficacia de su trabajo y por tanto en su productividad”
Profundizando en el concepto de MOTIVACIÓN, encontramos la Motivación intrínseca y extrínseca
La motivación intrínseca es la que nos impulsa a hacer cosas por el simple gusto de hacerlas. La propia ejecución de la tarea es la recompensa. A diferencia de la motivación extrínseca, basada en la motivación positiva como recibir dinero, recompensas y la motivación negativa como evitar castigos, o presiones externas, la motivación intrínseca nace en el propio individuo. La motivación extrínseca es muy inestable, por lo general hemos sido educados en buscar la motivación extrínseca pero la experiencia nos hace buscar la primera. Busca tu propósito, tu misión, pregúntate ¿para qué?, y orienta tus acciones para conseguir tu propósito, construye tu motivación intrínseca
En el Sector Público, todo comienza con la decisión de opositar. Las motivaciones para acceder al mismo suelen ser:
-Seguridad laboral
La mayoría hemos escuchado esa frase de “oposita y consigue un puesto de trabajo para toda la vida“. Esa es una frase bastante anticuada, que intuitivamente iba dirigida a mujeres y a la que yo añadiría “y ten una independencia económica”. Hoy en día, este es uno de los motivos por los cuales muchos y muchas jóvenes deciden opositar, y más ahora cuando la pandemia actual ha destrozado miles de puestos de trabajo de la empresa privada. Pero si ésta es la única motivación por la que te decantas para opositar, ya te digo que puedes estar muy equivocada.
-Mejores condiciones laborales
Optando por un empleo público, podrás disfrutar de horario continuado, días de asuntos propios, jornadas laborales inferiores a 40 horas semanales, menos estrés ….. ¿En serio? ¿Cuántas de las lectores habéis trabajado fines de semana sin remuneración ni reconocimiento?, ¿cuántas dejan de disfrutar de sus días de asuntos propios?, ¿cuántas se han quedado hasta bien tarde solucionando problemas que no pueden esperar?, ¿menos estrés? Que se lo digan a todas las compañeras y compañeros de los departamentos de informática del sector público cuando todo debe funcionar 24×7 365 días al año, por no hablar de los días previos y posteriores al confinamiento del 13 de Marzo de 2020.
-Remuneraciones más altas
Si la principal motivación para opositar es ésta, entonces también estarás equivocada. Te hablo sobre todo de los informáticos. Desde siempre, todos aquellos compañeros y compañeras de carrera que trabajan en empresa privada han tenido una remuneración muchísimo más alta que la que percibimos en el sector público. Puede ser que en otros colectivos de la Administración no sea así, pero sí lo es para investigadores, médicos, ingenieros, arquitectos, economistas, abogados, o al menos los que yo conozco.
-Conciliación laboral y familiar
Afortunadamente, se ha hecho mucho en nuestras organizaciones para fomentar la conciliación laboral y familiar, se permite el horario flexible, horas de lactancia, permiso por cuidado de un menor ….. Aún queda mucho por hacer, no hablemos del teletrabajo del cual antes nadie quería oír ni hablar. Desafortunadamente ha tenido que suceder una catástrofe para que se tenga en cuenta. En muchos temas, el Sector Público debería aprender de la empresa privada, y ésta es una. A fecha de hoy hay empresas que siguen teletrabajando por garantizar la salud de sus trabajadores, no puedo decir lo mismo de ciertas instituciones públicas.
-Posibilidad de promoción interna
Dependerá de dónde, desde luego en mi organización es prácticamente inexistente o cuando se ha conseguido ha conllevado un desgaste de los implicados. Eso por no hablar de cambiar de departamento, toda una hazaña para los que lo han conseguido.
Así que no, si únicamente encuentras tu motivación para opositar en los anteriores motivos, piénsatelo bien. Aún así, y aunque pudiera parecer lo contrario, nunca me he arrepentido de mi decisión de ser funcionaria, pero sobre todo desde que aprendí a trabajar mi motivación intrínseca.
Volvemos de nuevo al artículo de Rafael Márquez donde cuestiona: “¿puede regularse la motivación? Es más, ¿debe regularse? ¿No es acaso la motivación de los empleados/as públicos exclusivamente económica (y para eso está la carrera administrativa) y no tenemos todos/as nosotros una marcada vocación de servicio público (y, por tanto, la motivación se nos supone, como el valor al soldado)? Entonces ¿cuál es nuestra principal fuente de motivación?”
Yo iría un poco más allá y preguntaría
1º ¿Tenemos la misma motivación hombres que mujeres cuando elegimos formar parte del sector público?
2º ¿Tenemos la misma motivación cuando accedemos a la función pública que a medida que van pasando los años?
3º ¿Nuestra motivación es la misma antes de la pandemia que en la actualidad?
Contesto sin miedo a equivocarme a las tres preguntas, que NO.
Respecto la primera pregunta, las mujeres “suelen” optar por el Sector público por seguridad laboral y conciliación laboral y familiar, mientras que el sector masculino se decanta por esta opción por las posibilidades de promoción, de hecho, aunque las mujeres somos mayoría en el sector público, sólo una pequeña parte forma parte del equipo directivo.
En cuanto a la segunda pregunta, rotundamente la motivación varía a lo largo de los años.
Lo más habitual es que las personas que opositamos llegamos al servicio público por vocación, o al menos así fue en mi caso. Hace ya más de 30 años decidí dejar la empresa privada y opositar en el Sector Público.
Al plantearme opositar con 24 años, mi motivación principal fue la vocación, poder trabajar para dar servicio a los ciudadanos, poder realizar mi trabajo en lo que me había formado. No os voy a engañar, la seguridad laboral, mejores condiciones laborales y conciliación laboral también fueron tres puntos a favor para tomar esta decisión, en cuanto a seguridad laboral no me equivoqué, aunque desgraciadamente y como ya os he explicado no puedo decir lo mismo de las dos últimas.
Con 35 años lo que más valoraba era la conciliación laboral y familiar que en ese momento no era ni mucho menos la que es ahora. Afortunadamente, las Administraciones Públicas han mejorado y mucho en ese ámbito, aunque desde mi punto de vista aún queda mucho camino que recorrer.
Hoy con más de 50 años, he aprendido a ir al trabajo motivada, a buscar en mis tareas una recompensa personal, a aprender continuamente y a intentar ser más creativa, a no buscar el reconocimiento por parte de nadie que no sea yo misma, en definitiva busco la motivación intrínseca.
En cuanto a la tercera pregunta, es evidente que nuestras prioridades han cambiado de antes de la pandemia al día de hoy.
Tal y como nos muestra @lizandmollie en sus imágenes, el tiempo y sobre todo la pandemia nos ha hecho cambiar mucho en cuanto a motivación se refiere, si hace algunos años se valoraba más el salario y la posición dentro de la organización, actualmente valoramos mucho más nuestra salud física y mental, la satisfacción personal y el tiempo libre.
Las organizaciones por lo general y sobre todo desde mi experiencia en las Administraciones Públicas en las que he trabajado, no le dan la importancia que se merece a saber motivar a su personal, al salario emocional, igual o más que al salario económico. Desde mi punto de vista, no pueden estar más equivocados, si un empleado se encuentra motivado para trabajar, se reconoce como parte de la organización, se encuentra comprometido con su trabajo, trabaja en equipo, colabora con otros departamentos…deberían recapacitar y darse cuenta que un empleado motivado, es un empleado eficaz y por tanto productivo y eso revierte positivamente en nuestros clientes que en el caso del Sector Público somos los ciudadanos
En conclusión, sea cual sea tu sexo, tengas la edad que tengas, y trabajes donde trabajes, tienes que tener claro cómo nos dice Xavier Marcet “al trabajo hay que venir motivado de casa” pero, ¡¡¡ojo!!! Que no te desmotiven.
¿Y a tí? ¿Qué es lo que te ha motivado para formar parte del Sector Público? ¿Qué es lo que te motiva ahora?.
#Salario emocional #Motivación Intrínseca #Eficacia #Productividad
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