Por Amalia López Acera. Con la aparición de las redes sociales han ido
surgiendo nuevas palabras y conceptos ligados al uso de la mismas. Uno de
ellos es el de “influencers”, que podríamos definir como una persona que
ejercer un predominio o fuerza moral y que contribuye al éxito de un negocio.
Amalia López también es una influencer de las redes públicas |
Aquí encontramos una de las claves que identifica a los influencers, y
es que no tienen que ir ligado sólo al hecho de tener miles de seguidores, sino
a conseguir que esos seguidores “hagan algo” ya sea porque se lo dices,
sugieres o muestras. Es más, puedes tener pocos seguidores en número pero
conseguir tener mucha influencia sobre ellos. Vamos, que de momento soy una
super influencer sobre mi hija de 10 años aunque claro, tengo que tener algunos
más para poder ser reconocida como tal.
En realidad este fenómeno de los influencers no es
tan nuevo. Desde hace años muchas empresas y marcas recurren a personas
conocidas que les ayuden a mejorar la imagen de su producto o servicio y
por ende, a conseguir aumentar sus ventas e ingresos. Uno de los casos más
evidentes han sido las campañas de Freixent donde contrataban a cantantes y
estrellas de Hollywood y que nos mantenían a todos en vilo hasta conocer
quien sería el protagonista del spot navideño de ese año.
Y es que los personajes conocidos o los famosos son
unos de los tipos de influencers más habituales. Así encontramos
deportistas, modelos, músicos e incluso periodistas que ponen su “cara”, además
de su prestigio e imagen, al servicio de campañas publicitarias.
Algunos de los casos más conocidos es por ejemplo el de la
bloguera italiana Chiara
Ferragni. Esta joven comenzó con 23 años a escribir un blog, The Blonde Salad, en el que daba
consejos sobre moda. Hoy, cuando acaba de cumplir 30 años genera más de 10
millones de dólares al año, y sus 9,6 millones de seguidores en Instagram la
han convertido en todo un icono en el que las grandes marcas del mundo de la
moda se la rifan.
En España tenemos el caso de por ejemplo Dulceida o Isasaweis, que incluso ha
tenido su propio programa de televisión en Antena 3. El mundo de la moda es
especialmente proclive a los influencers, pero encontramos ejemplos
en otros ámbitos como el caso de Kayla
Itsines, una preparadora física australiana de 25 años que arrastra a miles
de seguidores en todo el mundo con sus consejos sobre nutrición y su programa
de entrenamiento de 12 semanas. Sus libros son best sellers mundiales
y hace sesiones de entrenamiento por todo el mundo en donde congrega a más
de 2.000 personas en cada una de ellas.
El fenómeno influencer se ha extendido a otros
formatos como el del vídeo, y ahí nos encontramos con los youtubers, un
auténtico fenómeno de masas como el caso del El Rubius. Este joven que
tiene más de 24 millones de personas suscritas a su canal con el
que consigue ingresos de más de 3.000 euros, sólo en concepto de
publicidad, siendo además reclamo habitual de campañas publicitarias
dirigidas a los más jóvenes.
Pero, y en las administraciones públicas, ¿tenemos
también influencers? Vamos a ver algunas cuestiones.
No nos podemos comparar
Desde luego que hablar de millones de seguidores en el
ámbito de las administraciones públicas es algo bastante complicado. No somos
un sector tan interesante como el de la moda o los videojuegos, pero bueno, no
podemos dejar de olvidar que en España somos cerca de 3,5 millones de personas
las que trabajamos en las administraciones públicas.
Sin duda, somos un mercado interesante para muchas empresas,
marcas y entidades. Quizá no hemos sabido explotar el potencial que como grupo
tenemos: la dispersión geográfica, orgánica y administrativa sin duda
no han contribuido a ello.
Mejoran la imagen de la administración pública en la que
trabajan
Los influencers en las administraciones públicas
los podemos encontrar en aquellas personas que cuentan con una gran marca
personal que es un reflejo de su trabajo, talento y profesionalidad y que
marcan la diferencia en la administración pública en la que están.
Lo he repetido en más de una ocasión y lo sigo afirmando, no
es lo mismo tener un secretario de ayuntamiento que tener a Víctor Almonacid, el cual es sin
duda un claro ejemplo de influencer en la administración pública.
Vimos cómo dejó su impronta en el Ayuntamiento de
Alzira y ahora lo estamos constantando en su trabajo en el Consell Insular
d`Eivissa, en donde en apenas unos meses ha conseguido una pequeña
gran revolución bajo el lema “smart island”.
Influyen en la forma de trabajar
Los influencers de las administraciones públicas
son sobre todo innovadores e intraemprededores natos que introducen nuevas
formas de trabajo en las administraciones públicas en las que están.
Un ejemplo podría ser Fermín Cerezo que con su
“mapas mentales” va poniendo patas arriba a la administración pública a la que
llega.
Hacen visible a la administración pública de forma positiva
Los influencers de las administraciones públicas
deberían tener reconocido parte de ese trabajo, ya que están consiguiendo
poner en valor el trabajo que se realiza en las administraciones públicas y que
el conjunto de la ciudadanía empiece a valorar los servicios públicos en su
justa medida.
La imagen de los empleados y empleadas públicas nunca ha
sido buena entre los ciudadanos, no nos vamos a engañar. Estos influencers empiezan
a demostrar que en las administraciones públicas hay excelentes
profesionales. Y de esa buena imagen también nos beneficiamos todos.
Algunos de sus blogs son referentes en sus ámbitos
Podríamos estar incluso en los inicios del
fenómeno “blogueros públicos” ya que cada vez vemos cómo van
apareciendo más blogs centrados en diferentes aspectos de las administraciones
públicas.
Ya existen premios que reconocen la labor de dichos blogs,
como el Premio Novagob al mejor blog sobre administración pública.
Aquí os dejo 40
blogs sobre administraciones públicas. En estos momentos estoy actualizando
el listado por lo que si conoces algún blog que debería estar en él,
mándame un mensaje y lo incluyo. En breve publicaré la nueva actualización.
Saltan por los aires el sistema de jerarquía
Siempre en las administraciones públicas las personas
visibles eran aquellas que ostentaban un puesto de responsabilidad y era a los
que se llamaba para participar en actos y eventos.
Aquí es donde encontramos de nuevo a los influencers de
las administraciones públicas, trabajadores de los que hace unos años no
hubiéramos sabido nada de ellos, y que hoy gracias a las redes sociales
han conseguido ser referentes en sus ámbitos profesionales.
De ahí la importancia de trabajar la marca
personal de las personas que trabajan en las administraciones públicas.
Sin duda, queda todavía mucho camino por recorrer en lo que
se refiere a aspectos como bloggers, youtubers, instagramers, etc…en las
administraciones públicas, pero ya empezamos a ver algunos casos
significativos. Y pongo 2 ejemplos de dos ámbitos muy diferentes:
Silvia Barreda. Inspectora de la Policía Nacional que cuenta con 11.000
seguidores en su cuenta de Twitter y que colabora en televisión en Atresmedia,
ha escrito un libro y tiene un blog desde donde da consejos sobre ciberseguridad.
Rosa Pérez. Enfermera barcelonesa que cuenta con 16.000 seguidores en Twitter y un blog premiado por Diario Médico como el mejor blog para pacientes y desde donde ofrece consejos sobre salud y autocuidado.
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