"Tenemos el mismo sistema de oposiciones, con algún que otro retoque, que en 1918. Un siglo. Y eso hay que actualizarlo, adaptarlo al espíritu y a las necesidades del tiempo"
Por Antonio Zardoya. Alicante Plaza.- La consellera de Administraciones Públicas (y Justicia) Gabriela Bravo ha presentado esta misma semana una tanda de ideas revolucionarias en lo que concierne al acceso al empleo público de la Generalitat Valenciana (19.000 personas), con una tasa más que notable de envejecimiento. Bravo se ha apoyado en un grupo de trabajo dirigido por Miguel Ángel Sánchez Morón, prestigioso catedrático de Derecho Administrativo que ha partido de una premisa: tenemos el mismo sistema de oposiciones, con algún que otro retoque, que en 1918. Un siglo. Y eso hay que actualizarlo, adaptarlo al espíritu y a las necesidades del tiempo. Ahogados en la rutina de las disputas partidistas, de la bronca facilona, del carroñeo endogámico de los partidos (Manuela Carmena en el Canal 24 Horas), por fin alguien ha tenido una idea.
Las medidas que propone Bravo tienen un puntal esencial: establecer un sistema 'MIR´ para las escalas más altas de la Administración (A-1, A-2). Un test, prácticas remuneradas y luego un segundo cribado, exactamente igual que hacen los médicos y enfermeras para acceder al sistema público sanitario, también farmacéuticos y fisios (poquísimos). La idea es revolucionaria porque se formula en pleno proceso para facilitar la conversión en fijos a todo el personal público interino con más de cinco años de servicio, tal y como se publicó en el BOE el pasado mes de diciembre. Lo de Bravo, y lo de Sánchez Morón, subvierte en buena medida esta iniciativa (injusta desde mi punto de vista) en aras a la meritocracia: es decir, el que quiera un puesto fijo de técnico superior en la Administración que se lo trabaje de verdad.
Lo de hacer fijos a los interinos veteranos es un atentado contra el principio de igualdad de oportunidades tal y como explicó exhaustivamente Javier Alfonso hace unas semanas en este mismo periódico. Pienso también en los interinos que han accedido al empleo público como meros enchufados de los distintos partidos políticos (aquí no se libra ninguno): hago un rápido repaso mental....una pequeña legión de personas y personajillos cuyo único mérito es ser amigo, militante o familiar del político de turno. Y aún se siguen dando casos (cada vez menos, afortunadamente) de filtraciones de exámenes a los agraciados. Me sabe mal ser tan crudo, tengo amigos en esta situación a los que les deseo la mejor suerte del mundo. Y que les toque el euro-millón. Bien es cierto que mis amigos están en torno a los sesenta, o más, y tienen la porra de años cotizados para que les quede una pensión digna.
La revolución Bravo/Sánchez Morón incide en todo lo expuesto: aboga por ponderar los méritos en los casos de concurso oposición precisamente en aras a la igualdad de oportunidades, Y las comunidades autónomas tienen autonomía y capacidad suficiente para adaptar e interpretar la medida estatal. Me sorprende gratamente lo de Gabriela Bravo, sinónimo en este caso de Ximo Puig. Bien. Y me sorprende porque la cosa no solo queda en los cuerpos especializados de la Administración, sino que también desciende a los puestos auxiliares en los que se pretende rebajar las pruebas memorísticas (como formuló Iceta antes de cambiar de ministerio) y medir más las actitudes, la empatía, y la capacidad de trato con el público. Yo personalmente estoy bastante harto de cuando alguna auxiliar administrativa me trata a cara de perro en la recepción de mi centro de salud: se me revuelven las entrañas. Digo centro de salud, oficina de atención ciudadana o agencias estatales varias. Puede que sean la excepción: pero esos callos malayos enturbian por completo al resto. ¿Y qué han hecho para merecer eso? Aprobar una oposición clásica/básica, memorizando como papagayos la Constitución y el Estatuto de Autonomía. ¿Y la cortesía, educación y trato comprensivo y empático? Bien, gracias.
Me queda la duda de si el 'MIR` se va a hacer extensible al cuerpo de docentes de primaria y secundaria, algo que por cierto formuló Cs en sus tiempos de gloria, que me corrija Marta Martín o Fernando Llopis. Una medida también oportunísima para medir el acceso de los maestros y cribar fundamentalmente a algunas personas que acceden por mera oposición pero sin auténtica vocación por la docencia: profesión esencial donde las haya. Una oposición a secas no debería ser jamás un pasaporte indiscriminado para acceder a un sueldo fijo para toda la vida. Nunca. Si a un médico se le exigen seis años de carrera, cuatro de residencia, y luego a verlas venir....¿Por qué no al resto de empleados públicos especializados?
CODA: Con desparpajo, naturalidad y exhaustividad, la periodista Pilar Requena, directora de Documentos TV de RTVE, nos dio el pasado jueves una pequeña lección política, de humanidad, y de europeísmo en Casa Mediterráneo. Incidió en la complejidad del conflicto ucraniano matizando los temores de Rusia, y eso que a mí me cuesta entender muchísimo los temores de Vladimir Putin, un autócrata de tomo y lomo. Pero Rusia no solo es Putin: es un imperio con el orgullo herido, explicó Requena. Complejo. Incidió en los valores esenciales de la Unión Europea (la democracia en síntesis) como elemento diferenciador del resto. E hizo una defensa enérgica de Angela Merkel cuando en 2015/2016 acogió a dos millones de refugiados mientras el resto no hicimos absolutamente nada. Enhorabuena a Casa Mediterráneo por los encuentros realizados con periodistas de primera línea que están a pie de cañón de todo lo que ocurre en este mundo tan complejizado. Pilar Requena, grande.
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