El Ejecutivo prevé cambios legislativos que reduzcan los abusos de las Administraciones
Revista de prensa. Por Claudi Pérez y Gorka Pérez. El País.- La temporalidad es el talón de Aquiles de la economía española: por ahí se pierde competitividad, sobrerreacciona el paro en tiempos de crisis y cojean el tejido empresarial y la estructura socioeconómica de un país cada vez más desigual. Pero no es solo un problema de las empresas: Bruselas exige a España reducir también los abusos en el sector público. El Ejecutivo se ha comprometido ante la Comisión Europea, en el marco de las reformas asociadas a los fondos europeos, a acometer una reforma del Estatuto de la Función Pública antes de fin de año, según fuentes gubernamentales, para reducir el número de interinos.
La tasa de
temporalidad del sector privado roza el 25%, pero las Administraciones Públicas
abusan aún más de los contratos temporales. Tres
de cada 10 funcionarios son interinos, y los dos grandes pilares del Estado
del bienestar, la sanidad y la educación, presentan cifras muy altas: tasas de
temporalidad del 41,9% y 29,1%, respectivamente, según los datos de la Encuesta
de Población Activa. Profesores, médicos y personal sanitario acumulan un
contrato tras otro sin que su situación se regularice, en parte porque la
Oferta Pública de Empleo sigue siendo el único método para terminar con esa
lacra, y continúa sin ofrecer las plazas necesarias para cubrir las vacantes
acumuladas en los últimos años. “Esas cifras no son aceptables”, aseguraba hace
unas semanas el ministro José Luis Escrivá. “Hay que resolverlo en uno, dos,
tres años; no más”, decía el ministro de Política Territorial y Función
Pública, Miquel Iceta, recientemente en una entrevista en este diario.
La Comisión
Europea ha sido meridianamente clara en su negociación sobre las reformas
asociadas a los fondos europeos. España ya sabe exactamente lo que quiere el
Ejecutivo comunitario: “España tiene un porcentaje muy elevado de trabajadores
interinos en el sector público. ¿Cómo va a alcanzar el objetivo de reducir ese
porcentaje al objetivo del 8%? ¿Tiene pensado incluir la reducción de la alta
tasa de contratos temporales en una reforma general de la Administración
Pública, incluidas las contrataciones?”, apunta Bruselas en su respuesta al
plan español para gastar los fondos europeos, según el texto al que ha tenido
acceso EL PAÍS.
Fuentes del
Ejecutivo subrayan que España se ha comprometido ya a reformar el Estatuto
Básico del Empleado Público “a corto plazo, en unos seis meses; en todo caso,
antes de fin de año”. Las mismas fuentes apuntan que ese no es solo un problema
español: la temporalidad del sector pública ronda el 16% en Alemania. España,
eso sí, no tiene previsto fijarse plazos para llevar la interinidad al objetivo
del 8%: “Hay que hacerlo de forma escalonada”, añaden las fuentes consultadas.
Política Territorial abordará esa reforma junto con el Ministerio de Hacienda y
de la mano de las comunidades autónomas: la Administración central cumple ya el
objetivo fijado en Bruselas del 8% de interinos, pero esa tasa asciende al
37,9% en el caso de las autonomías, con picos estratosféricos. El 56% de los
empleados de Sanidad en Canarias son temporales, y más del 45% de los
trabajadores del sector educativo en Cantabria son interinos.
Desaparición
de las tasas de reposición
En España
hay unos cuatro millones de personas con contrato temporal; en las
Administraciones Públicas la cifra roza los 600.000, en gran parte como oscura
herencia de la Gran Recesión. A partir del rescate a España de 2012 y el duro
ajuste posterior -pese a que el entonces ministro Luis de Guindos bautizó el
rescate como “un préstamo en condiciones muy ventajosas”- la temporalidad se
elevó, con efectos sobre la inestabilidad laboral y la calidad de los servicios
públicos, admiten las fuentes consultadas. La pandemia y la congestión del
sistema público de salud son solo un recordatorio de ese problema. Entre 2012 y
2015 las tasas de reposición (de los funcionarios jubilados) eran del 0%: “A
pesar del mito que contribuyó a difundir el ministro Cristóbal Montoro de que
el Gobierno no aumentaba las plantillas en el sector público, lo cierto es que
las necesidades se cubrieron con funcionarios interinos. Como consecuencia, el
repunte de la tasa de temporalidad se disparó a partir de 2017”, señalan las
mismas fuentes.
El
Ejecutivo pretende acometer un cambio legislativo para reducir los incentivos
perversos de las Administraciones sobre el abuso de la de la interinidad, con
un modelo que permita tasas de temporalidad “allí donde las necesidades del
servicio las aconsejen”, y que a su vez “convierta en fijos los contratos que
son temporales sin justificación”, según las fuentes consultadas. En 2017 y
2018, el Gobierno del PP puso en marcha un plan —que no se ha completado— para
reducir hasta 190.000 el número de interinos. Política Territorial y Hacienda
buscan acuerdos tanto con los sindicatos como con las autonomías y en el
Congreso para modificar el artículo 10 del Estatuto de la Función Pública. “Se
trata de una reforma muy limitada que va a afectar a más de medio millón de
familias”, apuntan fuentes del Ejecutivo. España ha anunciado esa intención en
Bruselas, aunque la respuesta definitiva se enviará por escrito antes de fin de
mes, junto con el resto del plan español.
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