"Esta hoja de ruta aplica especialmente bien a los Ayuntamientos, ya que tienen por delante toda la legislatura para ir cubriendo etapas"
Blog Administraciones en red. La fecha del 9 de diciembre pende como una espada de Damocles sobre los responsables públicos: en ese día deberán cumplir la Ley 19/2013 de Transparencia, Acceso a la Información y Buen Gobierno. Pero también podemos ver ese día como la rampa de lanzamiento del Gobierno Abierto, el punto de partida de un camino que queremos recorrer juntos las Administraciones públicas y la ciudadanía.
En Alorza.net estamos asesorando a algunas instituciones acerca de la ruta a seguir. De aquí al 9 de diciembre, el objetivo es modesto: cumplir con las obligaciones que señala la Ley. Una vez en paz con la obligación legal, se abre un escenario mucho más atractivo, al tiempo que desprovisto de señales claras acerca de por dónde ir. El siguiente grafo pretende dibujar esas marcas, para guía de caminantes.
Caracterizamos los avances en transparencia sobre un plano cartesiano. Para ello, tomamos dos criterios:
- Cantidad: hace referencia al número de ítems de transparencia abiertos. Responde a la pregunta de qué se publica.
- Calidad: expresa el grado de sofisticación que se aplica, con el fin de cumplir mejor con los objetivos. Responde a la pregunta de cómo se publica.
La ley 19/2013 no hace referencias concretas a la calidad, sino que se limita a establecer unas obligaciones respecto del qué publicar. En nuestro grafo, la Ley representa un límite inferior respecto de la cantidad. Por lo tanto, la hoja de ruta que arranca el 9 de diciembre tiene recorrido en cantidad de ítems pero, sobre todo, en calidad.
He señalado 4 hitos en esta hoja de ruta. Los tres primeros son alcanzables en cierto grado. El cuarto es un horizonte hacia el que debemos avanzar incansablemente.
1. Transparencia comunicada
La mera publicación de información no supone una gran diferencia respecto del conocimiento que se transmite. El hecho de poder acceder a un enorme pdf con los detalles del presupuesto y el gasto de un municipio, no consigue acercar la gestión de lo público a la ciudadanía. Por eso, el primer paso es el de publicar contenidos atractivos y didácticos, que permitan su lectura en varios niveles de profundidad y que aporten alguna interactividad.
Estamos hablando, sobre todo, de representar la información en gráficos, visualizaciones, infografías y mapas, con uso de lenguaje claro.
Requisito previo: contar con datos. No es posible elaborar un gráfico a partir de un texto discursivo. Desde luego, mejor si esos datos son datos abiertos.
2. Rendición de cuentas
La claridad no basta. La información dice poco si no se pone en el contexto de los objetivos que se pretenden conseguir. La transparencia aporta valor público cuando sirve para que la ciudadanía se forme una opinión informada acerca de cómo van las cosas.
Por lo tanto, el segundo hito tiene que ver con mostrar la planificación, los avances, los logros y los fracasos, el consumo de recursos y el cumplimiento de plazos. Y en varios niveles: plan de gobierno, proyectos en marcha, planes sectoriales…
Requisito previo: gestión por resultados. Para poder transparentar los resultados de la gestión, hay que haber implantado algún sistema de gestión.
3. Control social
Implantar una rendición de cuentas cuesta trabajo. Y, sin embargo, no servirá de nada si la ciudadanía no muestra un interés en enterarse de los resultados de la gestión. No vamos a lograr valor público hasta que no lleguemos a la ciudadanía.
El tercer hito implica, en primer lugar, una caracterización de los distintos segmentos de destinatarios a los que nos dirigimos y, a continuación, mucho trabajo de cercanía para que la ciudadanía se informe y tome opinión.
Requisito previo: empoderamiento. Hay que trabajar en el fomento del debate a partir de la información pública, comenzando por las escuelas e incluyendo a todos los grupos sociales.
4. Corresponsabilidad en la gestión
La transparencia persigue la meta de una gobernanza en red, con una ciudadanía que adopta un papel activo en la gestión de la cosa pública. Como dije antes, esta no es una estación final, sino un horizonte hacia el que siempre debemos dirigirnos.
Requisito previo: legitimidad. El ejercicio continuo de la rendición de cuentas puede sentar las bases de una relación de confianza entre gobernantes y gobernados, que mejore la legitimidad de las instituciones públicas. Sin cierto grado de legitimidad, nada es posible.
Notas finales:
Esta hoja de ruta aplica especialmente bien a los Ayuntamientos, ya que tienen por delante toda la legislatura para ir cubriendo etapas. Como administración más cercana, su papel en la transparencia es el más fácil de comprender.
Mi dibujo original de la hoja de ruta, en unos tenebrosos marrón y amarillo, era bastante menos atractivo que este que os presento. Gracias a Josean Rive por añadir arte a estos conceptos. Cuando un cliente dibuja las ideas que presentas, algo grande está ocurriendo.
Me gusta emplear acrónimos para bautizar mis engendros. En este caso, he querido poner un adjetivo en inglés a cada estadio de calidad de la transparencia. Me salen estos:
- Visual
- Accountable
- Social
- COllaborative
VASCO es el acrónimo resultante. Me siento orgulloso de poder bautizarlo así, pero no sé si es la mejor idea para venderlo, dependiendo de quién sea el cliente :-)
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