domingo, 18 de agosto de 2013

El Personal eventual es el receptor de las mayores críticas, pero puede ser parte de la solución.

En estos últimos tiempos estamos siendo testigos de una serie de leyes, decretos y normas que ya han venido y otras que están por venir que establecen límites máximos en cuanto a número y retribuciones del personal eventual, numerosos reportajes de prensa y videos de entrevistas que presentan un sin número de casos de falta de adecuación a los puestos. 

Esta entrada viene al hilo de la última intervención del presidente de la FEMP y de algún comentario. Sin embargo, creo que se está haciendo un juicio mediático y precipitado de esta clase de personal, sobre todo de los ayuntamientos, pero recordemos que los tenemos en todas las administraciones.
 
Este personal ha sido fundamental para el desarrollo de nuestro país, formando el núcleo de los primeros equipos de los políticos de la transición y al cual han pertenecido personas con una trayectoria profesional impecable, y pero que en este momento está en entredicho debido a múltiples razones. Teniendo en cuenta que existen muchas clases de puestos que tienen esta denominación jurídica (desde secretarios hasta viceconsejeros de comunidades autónomas), yo me voy a centrar en el personal eventual que realiza Funciones Directivas, y que debería formar parte de la Dirección Pública Profesional, pero que hoy no podemos decir que forme parte de ella.
 
Desde hace unos años esta siendo cada vez más complicado desarrollar políticas, debido a la multiplicidad de actores públicos y privados, ni si siquiera las políticas de reducción del gasto tan de moda son sencillas de realizar sin conocer la estructura presupuestaria o las caracterísitcas de los servicios. Las políticas ya no pueden llevarse a cabo sin el apoyo de profesionales de las políticas (que no de la política)
 
Creo que existe un consenso de que es necesario reforzar el liderazgo tanto político como directivo, y por lo tanto, disponer en nuestras administraciones de las personas adecuadas para los momentos difíciles que vivimos.
¿Tenemos todos los elementos para que el personal eventual forme parte de la Dirección Pública Profesional? Parece que sí, veamos:
 
El personal eventual que realice funciones directivas:
  1. Deberá tener unos requisitos previos de titulación universitaria,
  2. Deberá disponer de las competencias directivas necesarias para el desarrollo de su labor con eficacia desde el primer día. 
  3. Deberá tener un conocimiento y una experiencia en el sector donde va a desarrollar su actividad, incluso procedente del sector privado o del tercer sector. La disponibilidad de estas habilidades debería estar reconocida por un tercero independiente que garantizara a la entidad su capacidad "porque ha hecho" o "porque sabe".
  4. Su selección deberá ser transparente, con publicidad, que la ciudadanía o la oposición no pueda cuestionar la valía de los candidatos. En última instancia, de entre los que cumplen los requisitos, el político elegirá a los miembros de su equipo.
  5. Su contrato o nombramiento debe recoger los objetivos y los fines concretos para los que se necesita ese puesto y darle publicidad. 
  6. Deberá ser evaluado al menos anualmente y vincular su permanencia a esta evaluación y no cesar por pérdida de "confianza".
  7. Su retribución deberá estar acorde con los criterios del mercado, puesto que de otra forma no aseguramos que contamos con los mejores.
  8. Deberá tener una parte de su retribución variable (al menos un 20%) en función de su evaluación del desempeño.
Como puede verse todos estos aspectos están dentro de nuestras posibilidades y contribuirían a dar mayor confianza a la ciudadanía en nuestras instituciones y los que están al frente de ellas.

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