
Y a partir de ahí, todo son sombras e incógnitas por despejar: el vicepresidente se negó a aclarar a quién se le aplicaría el tijeretazo, en qué proporción afectará a las nóminas de los trabajadores públicos y cuánto ahorrará o pretende ahorrar Balears con la nueva idea del Govern. Aguiló se limitó a insinuar que la aplicación de la reducción de salario y jornada será de carácter voluntario. Y nada más: "Los detalles los daremos cuando nosotros queramos", zanjó el vicepresident en un tono amable que contrasta con la crudeza de un mensaje que afecta a más 27.000 empleados autonómicos de las islas.
¿Cuándo sabrán los trabajadores y sus familias qué va a pasar con sus nóminas? Aguiló no lo dijo. El vicepresident apenas apuntó que, en fecha también indeterminada, presentarán un plan con el que en Economía pretenden tapar el agujero que hay en los presupuestos que ellos mismos acaban de aprobar para este año 2012.
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