El anterior primer ministro italiano publica en exclusiva en
Agenda Pública a dos días de las elecciones europeas. El autor del informe del
Consejo Europeo que marca la hoja de ruta para la UE de las próximas décadas
señala: "Europa tiene ante sí un futuro brillante. Las elecciones de 2024
marcan un punto de inflexión, un nuevo comienzo". Agenda Pública, una vez
más, expresa su compromiso europeista en una España líder del debate
internacional.
Por ENRICO LETTA
.-Agenda Pública blog.- Soy optimista sobre el futuro de la Unión Europea tras estas
elecciones. Recuerdo bien lo que ocurrió la última vez, cuando Europa
parecía al borde de la desintegración. Yo estaba en París, en Sciences Po, y
junto con los estudiantes seguimos con gran atención toda la campaña electoral.
Cada debate, cada mitin, cada declaración era analizada y discutida. Las
palabras clave de aquella campaña fueron Brexit, Frexit, Italexit y otros
términos similares que evocaban escenarios de salida de la Unión Europea.
Todavía estábamos en la última fase de la borrachera colectiva provocada por la
elección de Trump y el Brexit, acontecimientos que habían arrasado Europa entre
2016 y 2019. Todo parecía apuntar a un descalabro inminente. El Brexit se
había convertido en un poderoso mensaje de desconfianza hacia la Unión Europea en
su conjunto, poniendo en tela de juicio todo el proyecto de integración de la
UE.
En aquel momento, se hacían predicciones sobre qué países serían los siguientes
en salir, empezando por Grecia, que había sufrido enormemente los errores de
las instituciones europeas en la gestión de la crisis financiera. La dinámica
de las salidas parecía imparable e implicaba a algunos de los países europeos
más importantes, entre ellos tres de los seis fundadores de la Unión: Francia, Italia y
los Países Bajos. La campaña electoral estuvo dominada por cuestiones
existenciales para la propia supervivencia del proyecto de la UE. Aún recuerdo
la ansiedad y la tensión de aquellos días, el temor a que Europa pudiera
desmoronarse realmente bajo el peso de sus contradicciones internas. Al
final, el resultado de las elecciones nos hizo respirar aliviados: el
europeísmo había resistido, mucho mejor de lo que auguraban los pronósticos más
optimistas. La Unión Europea había demostrado una resistencia que muchos habían
subestimado.
Esta vez, el tono y el contenido de la campaña van en una dirección
completamente distinta. La idea de Exit está definitivamente pasada de moda. El
desastre británico sirve de advertencia de que separarse de Europa fue un error
brutal para un país tan grande y ya acostumbrado a muchas salidas y grandes
dosis de independencia como el Reino Unido. Imaginemos lo que podría significar
para otros países europeos más pequeños o más estrechamente integrados de lo
que estaba el Reino Unido. Hoy ya nadie habla de Exit. Nadie cuestiona la
idea integracionista de la Europa comunitaria. Incluso los antiguos
euroescépticos abordan ahora la campaña electoral con un pragmatismo que huele
a giro de 180 grados.
En esta campaña electoral, debatimos sobre los méritos de las políticas
europeas, las formas de cooperación entre países y los métodos, más o menos
comunitarios, que deben aplicarse según los temas. Hablamos de sostenibilidad,
de innovación tecnológica, de políticas sociales y de cómo afrontar juntos los
grandes retos globales, desde el cambio climático a la gestión de las migraciones.
La pandemia ha enseñado a Europa la importancia de la solidaridad y la
cooperación, y este espíritu se refleja en los discursos y programas de los
candidatos.
No se puede dejar de ver en ello un rasgo central de la campaña electoral
europea de 2024. Europa parece haber recuperado un nuevo equilibrio, una nueva
conciencia de su propia fuerza y potencial. Existe un consenso
generalizado de que la Unión Europea no sólo puede sobrevivir, sino que puede
prosperar y convertirse en un modelo para el resto del mundo.
Yo mismo fui testigo de ello al recorrer 65 ciudades de la Unión y de los
países que aspiran a adherirse a ella para preparar mi informe sobre el futuro
del mercado único (Much
more than a Market, presentado al Consejo Europeo el 17 de abril de 2024).
En las más de 400 reuniones que mantuve con instituciones, interlocutores
sociales, empresas y representantes de la sociedad civil y el mundo académico,
quedó clara la ambición de crear un espacio político cada vez más integrado y
de dejar de considerar la Unión y su mercado único como una mera zona de libre
comercio, para dotarla de objetivos sociales, medioambientales y políticos cada
vez más amplios.
Este planteamiento se refleja en las propuestas y programas electorales de los
distintos candidatos, que hacen gran hincapié en la necesidad de reforzar la
cooperación y la cohesión social dentro de la Unión.
Al mirar al futuro con optimismo, no puedo evitar reflexionar sobre lo
mucho que ha cambiado el panorama político en pocos años. Del temor a la
desintegración hemos pasado a una fase de consolidación y renovación. Las
lecciones aprendidas del pasado han hecho a Europa más fuerte y más
unida. Este es un momento crucial, en el que se están sentando las bases
de una Unión Europea más cohesionada, capaz de afrontar los retos del futuro
con determinación y visión de futuro.
Creo firmemente que Europa tiene ante sí un futuro brillante. Las elecciones de
2024 marcan un punto de inflexión, un nuevo comienzo. Es hora de construir
sobre estos cimientos, de seguir trabajando juntos por una Europa más justa,
más sostenible y más unida. Y, recordando aquellos días en París, me siento
orgulloso de haber formado parte de este viaje, de haber visto con mis propios
ojos la transformación de un continente que, a pesar de todo, nunca ha dejado
de creer en su proyecto común.
La campaña electoral de 2024 representa un cambio significativo con respecto al
pasado. Si antes el debate estaba dominado por el miedo a la
desintegración y los movimientos euroescépticos, ahora se centra en cómo
mejorar y reforzar la Unión Europea. Los temas principales son la
sostenibilidad, la innovación, la justicia social y la cooperación. Estos temas
constituyen el núcleo de mi informe, que espero contribuya a reforzar la visión
de Europa ante todo como una comunidad de valores compartidos y objetivos
estratégicos.
Confío en que, con esta nueva perspectiva, la Unión Europea seguirá prosperando
y siendo un faro de esperanza y progreso para el mundo entero.
*Enrico Letta es Presidente del Instituto Jacques Delors. Fue
decano de la Escuela de Asuntos Internacionales de Sciences Po París (PSIA) y
ex primer ministro italiano. Fue secretario general del Partido Democrático
Italiano (PD) de 2021 a 2023. Fue ministro de Asuntos Europeos de 1998 a 1999.
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