El reto de diseñar un sector público local estratégico.- Larga descripción.- Por Silvia Díez Sastre. Profesora de Derecho Administrativo .Instituto de Derecho y Gobierno Local, UAM.-
Desde la entrada en vigor de la Ley 7/1985, de 2 de abril, Reguladora de las Bases del Régimen Local, los tópicos que recorren el tratamiento del sector público instrumental local se han repetido a lo largo del tiempo: la huida del Derecho administrativo; la expansión desmedida del número de entidades instrumentales; y la libertad existente para elegir entre distintas formas organizativas. Si bien estas asunciones en torno a las personificaciones instrumentales tuvieron su justificación en el pasado, la normativa vigente y las circunstancias presentes obligan a redimensionar su importancia para explicar y abordar este fenómeno organizativo.
Con respecto a la huida del Derecho administrativo, hay que tener en cuenta que la europeización de gran parte de las reglas de funcionamiento de las entidades del sector público reduce en gran medida, cuando no eliminan, las ventajas de emplear personificaciones instrumentales, especialmente de Derecho privado. En cuanto a la expansión del número de estas entidades, no hay más que atender a la estadística disponible a partir de los datos del Inventario de Entidades del Sector Público Estatal, Autonómico y Local para darse cuenta de que su número se está reduciendo de forma continuada durante la última década. En último lugar, un vistazo a las reglas vigentes pone de manifiesto la existencia de distintos límites a la supuesta libertad de autoorganización de las Administraciones públicas.
No se trata, por tanto, de desdeñar estos argumentos, sino de redimensionar su importancia en la actualidad para evitar un juicio apresurado sobre el sector público institucional local. Ese debe ser, quizás, uno de los ejes sobre el que debe articularse el diseño futuro del sector público local capaz de garantizar la prestación de los servicios públicos y reforzar el sector público en sectores estratégicos.
A partir de ahí debe atenderse a problemas concretos. El más relevante es, sin duda, la necesidad de revisar la normativa del sector público institucional a la luz del Derecho europeo. En este ámbito se ha experimentado un proceso de europeización progresivo que se ha realizado de forma dispersa –en la normativa local, en la normativa de régimen jurídico y en la legislación de contratación y de disciplina presupuestaria, fundamentalmente–. El resultado es una regulación nacional que desconfía de las personificaciones instrumentales, especialmente de las que se someten al Derecho privado y que institucionaliza límites a su eficiencia y competitividad. Por ejemplo, que los medios propios no puedan participar en las licitaciones de la Administración matriz (art. 32.2 d) in fine LCSP) impide cumplir el requisito de productor de mercado del SEC-2010 que consiste en la presencia de competencia. Esta decisión impacta en las posibilidades de diseñar una entidad eficiente y competitiva.
En esta tarea de revisión de la normativa aplicable a las entidades instrumentales locales, pueden ser útiles dos pautas. La primera es la conveniencia de adaptar el régimen jurídico aplicable a las distintas entidades locales (gran población, menor tamaño), atendiendo al principio de diferenciación en el ámbito local. Es llamativo que la potestad de autoorganización en términos de creación de entes instrumentales se regule del mismo modo en el conjunto de las entidades locales. Ya ha habido algunas propuestas en este sentido en la doctrina, que consideran oportuno limitar la posibilidad de crear sociedades a municipios de un tamaño mínimo de 50.000 habitantes –que son los que, en la práctica, requieren este tipo de forma organizativa–. La segunda pauta es la necesidad de utilizar las entidades instrumentales para introducir una mayor profesionalización y especialización en determinados ámbitos de actuación. Eso pasa por renunciar a reproducir el reparto de representación política en los órganos que dirigen su funcionamiento.
Por último, conviene no olvidar algunas situaciones habituales en la práctica. En primer lugar, el régimen jurídico aplicable a las entidades instrumentales, especialmente a las que tienen forma jurídico-privada, no está definido suficientemente en muchas ocasiones en las normas generales de Derecho administrativo. En esa situación, es frecuente que las entidades instrumentales apliquen el régimen jurídico de las Administraciones. Esta decisión les hace perder eficacia cuando su legitimidad radica, fundamentalmente, en esa razón. Por esa razón, convendría precisar su régimen jurídico con mayor detalle. En segundo lugar, los órganos de gobierno de las entidades locales deben hacerse cargo del deber de supervisión y control de las entidades instrumentales que les corresponde. No es infrecuente que el Ayuntamiento no se encargue de resolver los recursos administrativos impropios que procedan contra la actuación de sus entidades instrumentales –es el caso del recurso especial en materia de contratación, por ejemplo– o que no conozca de las reclamaciones de responsabilidad patrimonial derivadas de la gestión de un servicio público por una entidad instrumental. Estas situaciones dificultan la actividad de las entidades instrumentales por razones ajenas a su funcionamiento [1].
Referencias:. [1] Este texto es parte de un trabajo más extenso que se publicará en el número 68 de la revista Cuadernos de Derecho Local, dedicado a la conmemoración del cuadragésimo aniversario de la Ley de Bases del Régimen Local.
No hay comentarios:
Publicar un comentario