Blog La Danza del Cambio. Enrique Sacanel.- El Gobierno Vasco está impulsando un importante proyecto orientado a cambiar la
gestión del conjunto de unidades administrativas que lo componen. Bajo la
denominación de "Aurrerabide", se ha aprobado un modelo de
gestión y se ha puesto en marcha un ambicioso programa de formación acción
dirigido a todas las personas Directoras y Jefes de Servicio.
He participado activamente tanto en el diseño del modelo como en la
facilitación de los talleres de formación acción y desde el Plan de Innovación
Pública del Gobierno Vasco me pidieron que escribiera un post para su
blog. Lo publicaron la pasada semana y lo reproduzco aquí ahora.
Aurrerabide:
cambiar la gestión, cambiar la cultura.
El 14 de octubre el Gobierno Vasco aprobó el programa
Aurrerabide, mediante el que plantea un Modelo de Gestión Pública
Avanzada, así como el proyecto de formación básica y
acompañamiento en su implantación“Egiten Ikasi”, dando así refrendo
al camino
iniciado hace ya un año a modo de experiencia piloto.
Michel
Croizier, sociólogo francés fallecido el pasado 2013, tituló uno de sus
libros “No se cambia la sociedad por decreto”. Podríamos
parafrasearle afirmando que tampoco la administración pública se cambia por un
acuerdo del Consejo de Gobierno, … aunque ayuda. De hecho, me parece muy
significativo que este proceso de cambio en la cultura de gestión no se inicie
con ese acuerdo, sino que diera sus primeros pasos gracias a la convicción de
unas pocas personas. Todo cambio empieza siempre por unos pocos. Su éxito depende
de la capacidad de esas pocas personas de ir generando conexiones y alianzas,
de construir una red de favorables al cambio que vayan asentando sus bases. Y
en esto el proceso que está desarrollando el Gobierno Vasco puede considerarse
un caso digno de estudio.
También
lo es la forma en que se han ido llevando a la práctica otros principios
clave para lograr cambios profundos y sostenibles en una organización. Así, por
ejemplo, conseguir el apoyo de los más entregados a cualquier propuesta de
cambio es relativamente fácil pero su impacto en el conjunto de la organización
es bajo. “Estos se apuntan a cualquier cosa”, podría ser la frase que
escucharíamos en la organización al saber quienes participan. Sin embargo, si
se logra incorporar a personas menos proclives a apoyar cualquier
nueva idea las miradas del resto hacia el proceso iniciado tendrán un
acento más curioso, “si estos se han apuntado igual hay que darle una vuelta al
asunto”. Aurrerabide, en su fase piloto ha incorporado a 35 unidades
organizativas y prácticamente 300 personas (Directores y Directoras, Delegadas
y Delegados, Responsables de Servicio y Responsables de Área). Desde luego como
para darle una vuelta.
Peter Senge
Otro
aspecto clave de cómo se está gestionando este proceso de cambio ha
sido la cantidad de tiempo dedicada a explicar, conversar, escuchar. Con ello,
no solo se ha ido haciendo partícipes a las personas de la organización desde
momentos tempranos del proceso de cambio sino que se ha dado un mensaje
claro de respeto. Un respeto que pasa por entender que existen muchas
realidades dentro de una organización de la enorme complejidad que tiene un
gobierno. Entender y ser capaz de buscar la forma de darles cabida en el
proceso de cambio. Usando la metáfora de Peter Senge que tanto me
gusta, el cambio es una danza y hay que saber acoplarse a los diferentes
ritmos que se bailan en una organización.
El
respeto conlleva también paciencia (proporcional a la dimensión del cambio
que se quiere conseguir), pero es igualmente esencial la constancia.
Mantener un ritmo claro y explícito que muestre coherencia y convicción en lo
que se trata de llevar adelante. En este sentido, el hecho de que
Aurrerabide tenga sus raíces en la legislatura anterior y haya seguido
creciendo y tomando forma en ésta, me parece que es algo de lo que todos
deberíamos felicitarnos, al mostrar la capacidad del Gobierno Vasco, como
institución, de mantener en el tiempo y al margen de avatares políticos, un
proyecto de cambio estratégico que requerirá aún de alguna legislatura más.
Constancia
se muestra también cuando Directores y Directoras del Gobierno (el tercer
escalón de carácter político después de Consejeros y Viceconsejeros) participan
con asiduidad en las sesiones de “Egiten Ikasi” junto con los funcionarios y
funcionarias del primer nivel de responsabilidad en el Gobierno. Ese
compromiso político, ahora subrayado con la aprobación de Aurrerabide,
fortalece el proceso iniciado y permite seguir dando nuevos pasos para
extenderlo al conjunto de la organización.
Sin
embargo, cambiar la gestión es cambiar la cultura de una organización. Hay
quién se atreve a afirmar que un cambio de ese calado requiere, al
menos, de unos cinco años para que muestre sus frutos. Así pues queda
mucho camino por recorrer, bastante paciencia que cultivar y mucha constancia
que manifestar. Seguro que en el camino aparecerán contradicciones,
incoherencias, conflictos,… no hay proceso de cambio que no atraviese por fases
de crisis. La fortaleza del grupo impulsor, la red generada, la
credibilidad construida, los hechos mostrados, serán claves para superarlos y
hacer del Gobierno Vasco una referencia en gestión pública avanzada.
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