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lunes, 3 de octubre de 2022

Starter Pack del Directivo Público Profesional

Por Borja Colón de Carvajal - esPúblico blog.- El concepto de Directivo Público Profesional (DPP) está tan manoseado últimamente que es difícil saber a qué nos estamos refiriendo cuando aludimos a dicha figura. 

La gente que sabe de verdad, como Rafa Jiménez Asensio, ya lo han dejado claro en alguna que otra ocasión al referirse a ésta como «una institución que cumple un doble rol: servir eficientemente al Gobierno para realizar una mejor gestión pública de sus propios asuntos y, en paralelo, reducir los espacios de discrecionalidad política y reforzar la objetividad e imparcialidad creando un núcleo estratégico capaz de llevar a cabo una interlocución efectiva recíproca y de retroalimentación entre el Gobierno y la Administración (Política y Gestión)»[1].

 Sin comentarios.

No obstante, hace falta aterrizar el concepto para saber realmente qué representa y cómo se incardina en la vida y milagros de nuestros trabajadores públicos, de ahí que yo me haya atrevido a formular esta pequeña definición que contempla, como no podría ser de otra forma, una visión personal y profesional de los hechos, fundamental si queremos mantener el equilibro de la figura: «La Dirección Pública Profesional es un proceso más que un destino, que permite mantener intacta nuestra vocación de servicio público mientras nos realizamos personal y profesionalmente».

Pero ¿con qué debe contar el Directivo Público Profesional para comenzar su andadura?, ¿qué elementos debe meter en su mochila para empezar con buen pie?, ¿qué le va a hacer falta desde un primer momento? Pues a mi modo de ver, solo tres cuestiones trascendentales deberían ser necesarias para desarrollar su trabajo, más allá de que luego deban ir acompañadas de un conjunto de habilidades y competencias que han sido perfectamente identificadas por la Asociación de Dirección Pública Profesional de España y descritas en su Modelo certificado HEAD – Habilidades Esenciales de Alta Dirección – y que son: la conducta ética, la gobernanza y estrategia, el liderazgo e innovación, la creación y gestión de equipos, la orientación a resultados, la comunicación y transparencia, y la gestión de Recursos públicos.

Volviendo al tema que nos ocupa, en primer lugar, yo situaría en la mochila del Directivo Público Profesional la visión estratégica, pero ojo, sin confundir en ningún momento planificación y estrategia, que ya nos conocemos. Releeros si no os importa esta estrada de Xavier Marcet muy clarificadora, donde nos dice que «La estrategia es escoger las mejores opciones y focalizarse en ellas. La planificación es el orden, la lógica que se establece de prospectiva, logística y recursos para poner la estrategia en acción. No son lo mismo. La estrategia nos dice dónde los trenes deben ir. La planificación procura que sean puntuales» [2]. Esa visión estratégica es la que le va a permitir al DPP otear el horizonte con mejor perspectiva, desarrollar proyectos complejos aun con pocos recursos, e impulsar una cultura organizativa fuerte basada en principios y valores más que en humo.

Una verdadera visión estratégica debe permitir también al DPP conjugar y alinear estrategia política con estrategia de gestión, que tampoco son lo mismo, siendo capaz, además, de seducir al resto de compañeros para que le acompañen. Y esto, señores y señoras, en mi pueblo se llama liderazgo, lo miremos por donde lo miremos.  

El segundo elemento que el Directivo Público Profesional deberá desempolvar será su capacidad para gestionar el caos, los tiempos líquidos, la incertidumbre. Porque no nos engañemos tampoco, la aceleración permanente con la que se vive en las organizaciones –y por qué no decirlo, en la vida en general– no es un rasgo puntual y coyuntural de este momento, sino que podríamos considerarlo como la mayor de las patologías del s. XXI.

Impulsar cambios transformadores, sentar las bases de proyectos de cambio y liderar procesos internos es difícil por sí mismo, pero más aún cuando el escenario se tambalea a menudo y nada parece ser estable ni tener continuidad. Así no, de esta forma no se puede. Por eso, los DPP deben aportar serenidad ante la incertidumbre, sentido común ante las decisiones precipitadas y mucho conocimiento técnico para ser capaces de distinguir los verdaderos problemas de los retos puntuales. Saber navegar en aguas turbulentas sin marearse será una habilidad imprescindible para nuestros Directivos Públicos Profesionales

Y finalmente, quizá la más importante de las capacidades personales que deberá desarrollar el DPP sea la de establecer vínculos permanentes con otras organizaciones y personas que le permitan aprender de los mejores y conocer experiencias de auténtico éxito que sirvan de espejo para todos los trabajadores e impriman un carácter fuerte y resistente en el conjunto de la organización. Hablamos, cómo no, de networking, de buscar sinergias interesantes que te refuercen internamente, de atraer talento a nuestras Administraciones e impedir que se vaya a otras, de hacer benchmarking, de fomentar las alianzas, de desarrollar pactos, de colaborar. Porque en un mundo tan globalizado como en el que nos movemos, es fundamental ser capaz de establecer vínculos cercanos, alianzas próximas y conexiones estrechas.

En un momento en el que todo fluye y casi desaparece en un abrir y cerrar de ojos, marcarán la diferencia aquellas organizaciones y personas que puedan hacer del cambio su modo de vida y de la incertidumbre su razón de ser.


[1] Entrada en el Blog de Rafa Jiménez Asensio – La Mirada Institucional – de fecha 11 de junio de 2020, que se puede consultar aquí: https://rafaeljimenezasensio.com/2020/11/06/por-que-profesionalizar-la-direccion-publica/

[2] Entrada en el Blog de Xavier Marcet de fecha 28 de mayo de 2010, y que se puede consultar aquí: https://xaviermarcet.com/2010/05/28/no-es-lo-mismo-planificacion-que/

lunes, 25 de mayo de 2015

Antonio Díaz tras el 24-M: Gobernanza para un tiempo nuevo: ¿Coaliciones inteligentes?

Ver resultados elecciones Locales del 24.M.2015

"...los políticos deben estar más dedicados a “la política” -y a no perder el contacto con los electores- y menos ocupados en la “supervisión de la gestión”, pues para eso están los funcionarios y directivos".
 
Blog Administración Inteligente.- Antonio Díaz.-  Una vez despejado el tablero electoral, serán necesarias coaliciones para garantizar la gobernanza en muchos de nuestros Ayuntamientos y Comunidades Autónomas.   Desde este blog hemos hablado de requisitos para un gobierno inteligente que cifrábamos en cuatro aspectos principales (Construir la gobernanza; Retener y atraer talento gestor ; Ajustar la estrategia; y Ofrecer resultados de una forma Transparente y Sostenible en el tiempo). Hoy trataremos de reflexionar sobre gobernanza y talento en los nuevos escenarios.
 
Portada del Manual práctico
para la constitución y gestión de
las nuevas corporaciones
locales. Concepción Campos.
 La Ley
Para empezar el debate, habría que intentar evitar algunos efectos colaterales y perversos de las viejas coaliciones, que son principalmente de dos tipos:
 
-Encarecimiento a efectos presupuestarios, por estar obligados generalmente los mayoritarios a “ceder demasiado” en las negociaciones, lo que se ha traducido hasta ahora en “colocar gente” de los partidos coaligados (asesores, directivos de confianza,…), empresas afines en los concursos,..etc.
 
-Ineficiencia, al basarse estrictamente los pactos en repartir “parcelas de poder”, reinos de taifas (concejalías o consejerías) donde el grupo político correspondiente hacía y deshacía a su antojo. No en vano, se hablaba coloquialmente de “cortijos” o “chiringuitos”.
 
Un Gobierno Inteligente tendrá que construir su gobernanza sabiendo coaligar programas e intereses sin menoscabar la ética pública, sin renunciar a la eficiencia y buscando la obtención de resultados en la gestión para cada uno de los coaligados.
 
Ideas
Veamos algunas ideas para ello, intentando evitar los efectos perversos señalados.
 
La negociación programática se tendría que basar en aquellos aspectos realmente prioritarios para la ciudadanía. La regeneración democrática (pacto contra la corrupción) es un eje sencillo para formar alianzas de gobierno, aunque va a ser muy difícil para aquellos partidos y personas que llevan muchos años gobernando o estén relacionados con la corrupción. La lucha contra la desigualdad y la precariedad o la lucha contra el desempleo pueden ser otros dos ejes clave para articular proyectos de gobierno (he tratado estos temas en un post anterior).
 
A la hora de elaborar los diseños de gobernanza, hay que pensar que la cúpula de gobierno de una Institución debería ser relativamente reducida para garantizar los mínimos de eficiencia. Así por ejemplo, en Ayuntamientos medianos y grandes, no más allá de 3 a 5 grandes áreas o tenencias de Alcaldía (Madrid o Barcelona son casos aparte) con una cadena de mando directivo y funcional lo más corta posible en lo vertical. Hay que pensar que en el núcleo duro citado tendrían que entrar los partidos coaligados, en cierta proporción a los resultados electorales, por lo que la “alianza programática” debe ser sólida.
 
Estructuras infladas
Muchos años de gobierno continuado o de mayorías absolutas han ido inflando artificialmente las estructuras políticas y directivas que, en forma de “isla de coral”, se han ido superponiendo unas sobre otras bajo presiones a veces clientelares o corporativas. Suelen tener razón los partidos nuevos cuando hablan de la necesaria reducción de altos cargos. Y eso empieza por tener una cúpula de gobierno corta.
 
A partir de ahí se tienen que completar la formación de gobiernos con Delegaciones específicas, presidencias de organismos y empresas públicas y órganos territoriales descentralizados (Juntas de distrito), que deberían tomar mayor relevancia.
 
Concejales de proyecto
En los Ayuntamientos, no tendría que ser imprescindible que todos los concejales de gobierno tengan asignados departamentos de gestión. Quizás sería conveniente romper la extraña pareja siamesa concejal-director, que ha provocado un duopolio de intereses, una fragmentación exagerada y el encarecimiento y encastillamiento de la gestión en múltiples reinos de taifas, haciendo dificilísimo el trabajo transversal, vital hoy en cualquier organización.
 
Frente a ello, se podrían tener por ejemplo, “concejales de proyecto”, cuya misión sería potenciar e impulsar determinados proyectos aprobados y priorizados en el programa de gobierno (influyendo en sus compañeros de gobierno y en la sociedad civil), pero sin inmiscuirse en la gestión cotidiana, ni intentar influir en aspectos como los contratos o la operativa diaria, que deben estar en manos de funcionarios.
 
Como dice un buen amigo y experto consultor Marcos Lekuona, los políticos deben estar más dedicados a “la política” -y a no perder el contacto con los electores- y menos ocupados en la “supervisión de la gestión”, pues para eso están los funcionarios y directivos.
 
Retener y atraer el talento gestor es la segunda gran tarea de un Gobierno inteligente, cuyo primer paso sería aprovechar el existente en la Organización.
Al igual que en otros campos, en líneas generales, los funcionarios y empleados públicos incorporados en estos 30 años de democracia son profesionales confiables y bien preparados. Casi todas las organizaciones públicas consolidadas disponen de empleados públicos perfectamente capacitados para ocupar los puestos directivos, en un espectro además de amplio pluralismo ideológico.
 
Durante estos años, diferentes instituciones, empezando por el Instituto Nacional de Administración Pública (INAP) y otras, han invertido muchísimo dinero en la formación de directivos públicos. Sería muy conveniente “recuperar esa inversión” y aprovechar el talento emprendedor diseminado en nuestras organizaciones.
 
Desde la sociedad civil también nos proponen fórmulas para implantar la dirección pública profesional y de una u otra forma, cada vez es más evidente que se hace necesario reglamentar mínimamente el acceso a esos puestos entre las personas capacitadas y acreditadas para ello. Se podría hacer con relativa facilidad, simplemente con desarrollar la normativa existente (EBEP).  
 
Dicho esto, nadie con conocimiento de la Ciencia de la Administración niega la necesidad y la importancia de los asesores y personal de confianza, pero restringidos a ciertas tareas y en un número reducido y proporcional al tamaño de la Organización. El profesor Jimenez Asensio trata muy bien esta cuestión, y las propias leyes, -incluida la de régimen local, al margen de sus múltiples defectos- han puesto límites que en algunos casos se podrían mejorar.
  
No hay que renunciar a incorporar talento externo, tanto de otras Administraciones (permutas, comisiones de servicio, ..etc) como directamente de la calle cuando así lo requieran la especificidad o novedad de determinados puestos. En esto, como en tantas cosas, la nueva y la vieja política -conceptos que tenderán a confluir por “simbiosis”- deberán ser también flexibles e innovadoras.
 
Pero sobre todo, el gobierno y las coaliciones inteligentes, tendrán que ser en primer lugar, decentes. Veremos en los próximos meses si la innovación necesaria alcanza también a las fórmulas de gobernanza. El debate está abierto….
 
NOTA.- En paralelo a la construcción de la gobernanza, se deberá proceder “de manual” en los pasos legales para la constitución de las corporaciones y gobiernos. Dejo aquí algunos enlaces de interés al respecto: 1-Manual práctico para la constitución y gestión de las nuevas corporaciones locales (Concepción Campos Acuña). Edit. Wolters Kluver. 2.-Cómo gobernar y dirigir un Ayuntamiento (RJ Asensio) Edit. IVAP. 3.-  Calidad democrática y buen gobierno (Antonio Díaz). Edit. FEMP-AEVAL.

martes, 1 de abril de 2014

Las Jornadas de Innovación en Málaga fueron un éxito

Las Jornadas de Innovación celebradas en Málaga demuestran que todavía hay músculo y cerebro en la administración con ganas de hacer

El lunes día 31 reunió en Málaga un buen número de Viejos Roqueros de la Calidad y  Roqueras de la Calidad con Solera (VRQ-RQS). Las jornadas comenzaron con la intervención de Manuel Arenilla, Director del INAP, que habló con maestría sobre volver a generar confianza en las instituciones y que la función principal de los empleados públicos debe ser garantizar los derechos y libertades que permitan más democracia. Después intervino el alcalde, Francisco de la Torre, dándonos la bienvenida a su acogedora ciudad e instándonos a seguir apostando por mejorar los servicios a los ciudadanos, comparándonos y evaluándonos.
Aspecto de la sala durante la inauguración de las jornadas
A continuación hicieron entrega de los premios a Calidad en Formación del INAP.
Más tarde Manolo Serrano, alma de esta jornada,  y su equipo de colaboradores nos hicieron una exposición del Plan de Innovación del Ayuntamiento de Málaga, pero no para hacer autobombo, pues no es su estilo, sino para invitarnos a todos los asistentes: políticos, empleados públicos, administraciones, sociedad civil y empresas a participar activamente en el PIN, que combina: innovación interna espontánea, estructurada y planificada con benchmarking, comparaciones e interacciones con el exterior. Las inscripciones están abiertas.

Ya por la tarde empezó el evento PechaKucha, en el que tuve el honor de participar con la Idea Innovadora del "Sistema de Certificación de Directivos Públicos Profesionales" y donde se vió el magnífico nivel de los intervinientes, que plantearon serias dificultades al jurado porque se produjo un cuasiempate entre las dos Ideas Innovadoras más votadas por el público.

2ª La bolsa de horas. Gobierno de la Rioja. Máximo Fraile.
Otros finalistas fueron:
  • Red de Servicios Innovadores Excelentes. REDSIE. Diputación de Castellón. Borja Colón de Carvajal
  • Izaskun Vallejo Pérez y Sonia Cruz. Diputación Foral de Álava. Mecanismo de Auto-regeneración interna.
  • José Isidro Fernández Álvarez. Ayuntamiento de Oviedo – Policía Local. Aprevechamiento de la tecnología Smartcity-.
  • David Azorín. Diputación de Alicante – Dpto. de Formación. FEM UN CAFÉ? Conversa en  valencià.
  • Juan Jesús Baño Egea y María José López Fernández. Del Gobierno de murcia, con dos explendidas Ideas.                                                          
  • Y fuera de consurso presentaron sus Ideas los organizadores, personal investigador del INAP Daniel Rodríguez y Ana Isabel Polo, que también tuvieron una gran acogida.
Finalmente, el IAAP presentó también su apuesta por la innovación en formación y herramientas de evaluación de impacto formativo muy interesantes y un experto en fondos europeos nos abrió la mente a captar nuevas fuentes de financiación en la que sorprendentemente España es poco activa.

En definitiva una jornada intensa y productiva.
Enhorabuena a los organizadores y a los participantes que hicieron un esfuerzo por ofrecer otro tipo de jornada mucho más dinámica y participativa. Vamos, innovadora, alineada al espíritu de la convocatoria.

viernes, 31 de enero de 2014

El Código de Conducta de los Directivos Públicos Profesionales

Los Directivos Públicos Profesionales Certificados tienen que asumir y cumplir un exigente código de conducta
 
RM. La recientemente aprobada Ley 19/2013, de 9 de diciembre, de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Buen Gobierno, ha sido objeto ya de numerosos comentarios por parte de juristas y expertos de reconocido prestigio en materia de transparencia de las administraciones y acceso a la información pública, pero lo ha sido mucho menos respecto a lo que se regula en su Título II, el denominado Buen Gobierno, que establece, a mi juicio, un esbozo de Código de Conducta de las personas de su ámbito de aplicación.
 
Siendo interesante la regulación de esta materia, es de destacar lo limitado de su ámbito de aplicación pues incluye a los miembros del gobierno (de cualquier ámbito territorial) y a los altos cargos pero no incluye a otros puestos u órganos de naturaleza directiva, ni al personal eventual, tal y como sí hacen otras normativas que han precedido a esta, como, por ejemplo la Ley 4/2011, de 31 marzo, de  Buena administración y del buen gobierno de las Illes Balears.
El buen gobierno por lo tanto se establece fijando unos principios de buen gobierno, divididos entre principios generales y principios de actuación, que en su parte más explícita se remiten a la normativa de conflictos de interés e incompatibilidades que ya fueron promulgadas con anterioridad, siendo más novedoso lo se refiere a las materias económicas y presupuestarias que son objeto de infracción.
Encomienda al propio gobierno la potestad sancionadora y disciplinaria y no a un órgano independiente del mismo, por lo que la aplicación de la misma adolecerá de dificultades obvias. En esta misma materia, la ética y la conducta de cargos públicos, recomiendo la lectura del siguiente post de reciente publicación en este blog.
 
Comisión de Ética
Una vez hechos los comentarios al respecto de esta regulación de buen gobierno, me gustaría destacar que la Certificación de Directivos Públicos que va a ponerse en marcha este año, tiene en su Código de Conducta, que debe firmar todo Directivo Público como paso previo a obtener la certificación, uno de los pilares fundamentales. Es este código de conducta compartido, que ha sido elaborado por un panel de 24 expertos a partir de los códigos de conducta más exigentes que existen en la actualidad, la garantía de que los Directivos Públicos, cualquiera que sea su origen y condición, tendrán comportamientos y conductas ejemplares.
Una Comisión de Ética formada por directivos públicos profesionales independientes, será la encargada de realizar una vigilancia activa y proactiva a través de dictámenes y propuestas de actuación y que podrá proponer la retirada del certificado en caso de incumplimiento del Código de Conducta.
Este exigente Código de Conducta recoge aspectos tan novedosos como la incompatibilidad de simultanear un cargo electo con un puesto directivo, evitando de ese modo uno de los males más extendidos en la actualidad (a juicio de numerosos expertos): la confusión de roles entre políticos y directivos profesionales.