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miércoles, 8 de abril de 2020

¿Qué podemos hacer los empleados públicos para superar la maldita crisis del COVID?

"¿Qué vamos a hacer los empleados públicos en el mismo momento que se abran las rejas de nuestros domicilios y acudamos a nuestro trabajo en un país arrasado económicamente y, por tanto, devastado socialmente?"

Por Carles Ramió EsPúblico blog.-  -Un empleado público es un servidor público y, como es lógico, para la gran mayoría ellos (nosotros) no es solo una profesión y un medio de vida, sino que es fundamentalmente una vocación. La ciudadanía, de momento, solo contempla y admira durante la actual fase de la crisis el evidente sobreesfuerzo del personal sanitario, estimulado por una vocación de servicio público y por una ética deontológica impresionante (está claro que el juramento hipocrático es una cosa seria y que, en la práctica, no lo jura solo el personal médico, sino también el personal de enfermería y auxiliar). Este colectivo, junto con el personal de los servicios sociales, el personal penitenciario y los cuerpos de seguridad del Estado son los héroes del momento. 

 Pero no hay que olvidar tampoco al personal docente (primaria, secundaria y universitaria) que ha transformado sus metodologías docentes pasando de la formación presencial hacia la virtual en cuestión de horas. También hay que tener presentes a los gestores internos de diversos sectores que han incorporado el teletrabajo sin el lubricante de la formación o de las pruebas piloto. Hay empleados públicos que, desde que están confinados, trabajan doce horas al día en unos domicilios no pensados para el trabajo y conviviendo con unos familiares prisioneros que reclaman su atención. Todo esto significa que no hay tantos empleados públicos que estén estos días en el sofá viendo sin descanso series televisivas. Obvio que los hay: una gran parte de ellos desearía trabajar y aportar su valor público, pero sus respectivos ámbitos de gestión no estaban preparados para asumir de golpe el teletrabajo. Otros sencillamente no se lo pueden plantear porque sus trabajos solo tienen sentido en un sistema de organización del trabajo pensada exclusivamente de manera presencial.

Dicho todo esto sobre la situación en el ámbito público, hay que reconocer que este escenario no es muy distinto al del sector privado en el sector de servicios. También posee sus héroes: trabajadores en los supermercados, teletrabajadores, los que quisieran hacerlo y no pueden ya que sus empresas no están preparadas y, finalmente, los que su trabajo no es posible si no pueden estar presentes en unos servicios a los que nada se puede aportar si están físicamente cerrados.

Podríamos decir que todos los trabajadores, durante esta crisis sanitaria, hemos aportado lo que hemos podido. Pero el tema que va a ser crucial para el futuro de la función pública es: ¿Qué vamos a hacer los empleados públicos en el mismo momento que se abran las rejas de nuestros domicilios y acudamos a nuestro trabajo en un país arrasado económicamente y, por tanto, devastado socialmente?  Una primera posibilidad es que sigamos igual que antes, como si el confinamiento hubiera sido solo un enojoso paréntesis. ¿Podemos obviar que una gran parte los conciudadanos ya no tendrán trabajo? ¿Podemos llegar a pensar que la caída brutal del PIB no afectará a los ingresos y capacidades de las administraciones para resolver los problemas? ¿Pensamos seguir en la perversa lógica laboral, abonada por los sindicatos, a luchar por unos días, de más o de menos, de asueto? ¿Vamos a limitarnos a esperar reactivamente a que, con toda probabilidad, nos eliminen la próxima paga extra y/o nos recorten el sueldo?

Yo sinceramente considero que los empleados públicos, con sólidos valores públicos (que somos la gran mayoría), deberíamos ser proactivos y mientras dure la cuarentena presentar a la sociedad un conjunto de propuestas. A modo de ejemplo:

-Renunciamos voluntariamente para este año 2020 a nuestros días de asuntos propios y a las vacaciones (o a una parte significativa de las mismas), para contribuir con estos días extra de trabajo a la reconstrucción del país y a aportar el máximo confort posible a nuestros conciudadanos. Esta oferta general tendría sus lógicas excepciones: el personal sanitario, cuerpos de seguridad, etc., si la crisis sanitaria afloja, debería descansar, los empleados públicos con hijos menores podrían ser excepcionados, etc. La proclama podría ser maravillosa: señores políticos empiecen a diseñar políticas y servicios para ayudar a la sociedad que de golpe tienen a centenares de miles de empleados públicos más de los previsto a su disposición para aportar lo que haga falta (unas 250 horas multiplicadas por cerca de dos millones de empleados públicos).

-Todos los empleados públicos que no han estado implicados en servicios esenciales y no se han acogido al teletrabajo optan voluntariamente a recuperar las horas y a acogerse al Real Decreto-ley 10/2020.

-Nos comprometemos a no promover ninguna huelga sectorial o general de servicios públicos durante los años 2020 y 2021.

-Renunciamos a las dos pagas extraordinarias del año 2020 y dejamos en manos de los representantes políticos (y de la sociedad) sobre si las recuperamos o no cuando se haya recobrado la normalidad. De esta medida quedarían excepcionados el personal público de primera línea de que ha afrontado la crisis sanitaria: sanitarios, cuerpos de seguridad, servicios sociales, etc. Mucho me temo que no podrían ser exceptuados los que hemos teletrabajado, ya que es difícil conjugar tantas diferencias, pero se podría intentar. Que quede claro que me duele esta propuesta, en todos sus términos, como al que más pero no visualizo otra posibilidad.

-Dar el mandato a los sindicatos de los empleados públicos que abandonen su rol reivindicativo durante dos años y, ya puestos, que renuncien al ejército de liberados sindicales del sector público para que refuercen los servicios públicos durante lo que queda del 2020 y durante todo el 2021.

Reconstruir el país
Es evidente que estas propuestas no me entusiasman a nivel personal y que, además, vienen preñadas por un dédalo de impactos perversos cargados de injusticias, que quizás habría que refinar, ya que serían tratados de igual manera aquellos que no han podido trabajar con los que han trabajado (y mucho más de lo usual) con el teletrabajo. Sería injusto atendiendo a las distintas tablas retributivas y a las situaciones socioeconómicas de los diversos empleados públicos. Pero todo este sacrificio sería ampliamente compensado al mejorar nuestra imagen social, tan injustamente maltratada desde hace tiempo. Se vería también recompensada por ser especialmente activos en la reconstrucción del país y en contribuir a mejorar las condiciones de vida de nuestros conciudadanos. Pero es que mucho me temo que no tenemos alternativa: si no damos un paso al frente proactivo con estas medidas aquí propuestas o similares, nos las van a aplicar de todos modos de manera reactiva y coercitiva, y vamos a perder la oportunidad de mostrar y proclamar nuestra vocación de servicio a la sociedad. Además, ¿No nos daría un placer perverso ver la cara de estupefacción de la clase política ante nuestra iniciativa y comprobar cómo intentan ponerse las pilas para situarse a la misma altura que nosotros (los empleados públicos)?

miércoles, 9 de enero de 2013

La Comunidad de Madrid se reúne con la Mesa sectorial para buscar una salida al conflicto de la sanidad pública madrileña

El gobierno regional sigue son sus planes privatizadores a los que se oponen todos los colectivos profesionales

Revista de Prensa. Europa Press. 8.1.2013. La Consejería de Sanidad y los sindicatos de la Mesa Sectorial (SATSE, CC.OO., CSIT-UP, UGT, AMYTS y USAE), además de CSIF, volverán a reunirse este miércoles para analizar las propuestas alternativas de ahorro que plantean estas organizaciones al Plan de Sostenibilidad del sistema sanitario.

  Por otro lado, también se retomarán durante la mañana del miércoles las negociaciones con el Comité Coordinador Profesional, que integra a diversos colectivos profesionales de la sanidad, para examinar sus propuestas alternativas de ajuste de gasto.

   Esta será la quinta reunión que mantienen los representantes de la Consejería y los sindicatos, la segunda después de la aprobación de la Ley de Medidas de Acompañamiento de los presupuestos regionales de 2013, y el principal escollo que mantienen ambas partes sigue centrándose en los planes de externalización de los seis nuevos hospitales y 27 centros de Atención Primaria.

   En este sentido, los sindicatos de la Mesa Sectorial sostiene en su documento de propuestas alternativas (que implica a su juicio un ajuste de 510 millones de euros) que la retirada de la externalización de la gestión sanitaria produce ahorro, mientras que el departamento que dirige Javier Fernández-Lasquetty se opone a esa tesis.

   Fuentes de las organizaciones sindicales han manifestado que las negociaciones continúan sin avances esenciales y que los sindicatos siguen decididos a "oponerse con todas sus fuerzas al plan privatizador" de centros y, pese a que ya tiene cobertura legal por la aprobación de la Ley de Medidas de Acompañamiento.

   Según los sindicatos, el proceso de externalización puede suponer "regalar" 33,5 millones de euros al año a las empresas adjudicatarias de la externalización. También entienden que esta medida cuenta con el rechazo de la mayoría de los 75.000 empleados que componen el personal sanitario y que puede repercutir en la calidad asistencial.

jueves, 14 de junio de 2012

Los empleados públicos retoman las movilizaciones contra los recortes de los gobiernos autonómicos

UGT y CC.OO han convocado para hoy día 14 de junio movilizaciones en todas las comunidades autonómas bajo el lema Defiende lo público. Por su parte,  los sindicatos de la función pública andaluza convocan movilizaciones para el proximo 20 de junio. Los médicos de varias autonomías también estan llamados a la huelga.

Los sindicatos de función pública  UGT,   CC.OO, CSIF, Safja, SAT, USO,  CGT y Ustea han llamado a los más de los 260.000 empleados públicos andaluces a una gran manifestación conjunta  contra el plan de ajuste anunciado por el nuevo gobierno de coalición PSOE e IU de la Junta de Andalucía que se celebrará el proximo miercoles  20 de junio. Aún esta por precisar si esta gran manifestación se celebrará solo en Sevilla o en  las ocho capitales provinciales.

Esta es la primera vez que hay una respuesta unánime de los sindicatos de la función pública andaluza en favor de sus reivindicaciones.

Los médicos de Madrid llamados a una huelga parcial

 Por otro lado, la Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid (AMYTS), mayoritario en el sector, ha anunciado movilizaciones de protesta contra las últimas medidas de ajuste emprendidas por el gobierno regional y ha convocado tres jornadas de huelga parcial, durante tres horas por turno, los proximos días 26, 27 y 28 de junio.

Los facultativos de la sanidad pública madrileña aprovecharán las jornadas de paro para explicar a la población que estas movilizaciones se realizan contra los recortes del Ejecutivo regional, que afecta a la calidad del servicio de sanidad, y que mantendrán su compromiso de asistencia al enfermo a pesar de la reducción de sus retribuciones.
"Los médicos de Madrid queremos ser partícipes de la sanidad, despolitizarla, crear estructuras de gestión con peso clínico y no administrativo, queremos ser escuchados y respetados", señalo el portavoz de AMYTS, Julian Ezquerra. Asimismo, abogó por suprimir cargos de confianza,  coches oficiales, pago de dietas y viajes de representación y reducir el volumen  de la Consejería de Sanidad.

Los medicos canarios y castellanomanchegos también realizaron movilizaciones recientemente en contra de los recortes salariales y la precarización del empleo llevados a cabo por sus respectivos gobiernos autonómicos, agobiados por sus déficits presupestarios.