Mostrando entradas con la etiqueta León. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta León. Mostrar todas las entradas

sábado, 24 de mayo de 2014

"La locura del asesinato en León podría movernos a pensar en sanas y racionales reformas"

Victor Lapuente. Post Por un puñado de votos. Diario.es. Érase una vez una persona que disparó por la espalda a su presidente, causándole la muerte. ¿El motivo?. Que el presidente le había denegado un cargo de confianza política.
 
La trágica muerte del presidente fue la gota que colmó el vaso de la insatisfacción popular con una administración pública donde demasiados puestos dependían de quién ganaba las elecciones: hasta aquí hemos llegado, no podemos tolerar tanta arbitrariedad política en los nombramientos y que todo aquel que aspire a una carrera en el sector público trate de granjearse, por el procedimiento que sea, la protección de un padrino
Fachada de la sede de la Diputación de León., símbolo
de lo que muchos consideran una forma de caciquismo en esa provincia.
 
Dos años después, el congreso de ese país aprobaba una reforma que despolitizaba la administración. Una reforma que, hay que subrayarlo, había sido debatida en el congreso con anterioridad en innumerables ocasiones, pero que sólo entonces pudo vencer la resistencia de un establishment político que hasta entonces había disfrutado de un poder enorme para hacer y deshacer en la administración. Cuando el pueblo vio los disparatados efectos perversos de la politización, exigió el cambio hacia un modelo de administración más profesionalizado. Y los políticos no tuvieron más remedio que aceptar que les ataran las manos en la gestión de la administración.
 
¿Estoy haciendo un ejercicio de política ficción sobre lo que podría pasar en España después de la trágica muerte de la presidenta de la Diputación de León, Isabel Carrasco? No, estoy relatando un hecho real ocurrido en EEUU hace más de un siglo. Su vigésimo Presidente, James Garfield, fue asesinado en el verano de 1881 por Charles Guiteau, quien, frustrado porque el presidente no le había agraciado con un cargo público, le disparó en una estación de Washington. Guiteau se convertió así en el paradigma del “enchufado desengañado” ( disappointed office-seeker).
 
Debate
Queda fuera de duda que Guiteau estaba desequilibrado, pero el crimen propició un debate nacional sobre la organización de la administración. Mientras el presidente agonizaba, los reformistas americanos crearon la Liga Nacional para la Reforma de la Función Pública ( National Civil Service Reform League) e iniciaron una campaña de concienciación pública a gran escala. Sólo en el estado de Nueva York llegaron a distribuir medio millón de panfletos a favor de una administración realmente meritocrática y despolitizada. Sus esfuerzos culminaron en 1883 con la aprobación de la icónica (en el mundo de los nerds de la administración pública, hay que añadir…) Pendleton Act.
 
Antes de esta ley, para mantener sus puestos o para ascender, un gran número de empleados públicos americanos debían ser leales al “patrón” político que los había nombrado. No sólo la eficiencia organizativa se resentía – y la corrupción se encubría si afectaba a nuestro santo jefe – sino que el servidor público vivía una situación de inestabilidad e histeria. Como famosamente dijo el Senator Charles Sumner, EEUU vivía dos fiebres: aquellos que iban a California en busca de oro y aquellos que iban a Washington en busca de un enchufe. 

 A partir de la Pendleton Act, el funcionamiento de la administración americana cambió radicalmente. Hoy día sigue habiendo muchos nombramientos políticos en EEUU, pero, y aquí es donde reside la clave, las carreras de empleados públicos y políticos están básicamente separadas. Vamos, que no necesitas el carnet de un partido para hacer una carrera dentro de la administración. Puedes colmar tus ambiciones profesionales dentro de la administración sin necesidad de alinearte políticamente con Demócratas o Republicanos.
 
Esta situación contrasta con lo que ocurre, 130 años después, en muchas de nuestras administraciones públicas. Como hemos sabido estos días tras el asesinato de Isabel Carrasco, presidenta de la diputación de León, las carreras administrativas y políticas parece que andan demasiado entrelazadas en España. En su crónica de El País, Luis Gómez observa cómo tanto la entrada – “Montserrat Triana entró en la Diputación por recomendación”- como la salida de la Diputación estaban muy politizadas: “caer en desgracia en León dependía de “La Carrasco”. No había medias tintas”.  Luis Gómez relata que el caso de Montserrat Triana no es único, sino que se suma a otros, como el de las oposiciones para auxiliares de la Diputación de León, “donde se descubrió que la mayoría de los 40 agraciados no solo eran familiares de altos cargos o directamente afiliados del PP local, sino que habían conseguido una cantidad inaudita de sobresalientes en sus calificaciones”.
 
El subtítulo de la crónica de Luis Gómez es, de hecho, una síntesis sucinta de la patología central de nuestras administraciones: “Montserrat Triana quiso hacer carrera profesional y política bajo el paraguas de Carrasco”.  Las carreras profesionales y políticas van unidas y, además, se hacen bajo el “paraguas” de alguien. Unos años antes, Isabel Carrasco también había tenido su “padrino” tal y como relata José A. Otero para eldiario.es. Un paraguas es protegido por otro paraguas que, a su vez, es protegido por otro.
 
Locura
Por tanto, el luctuoso asesinato de Isabel Carrasco, aún siendo el resultado de una locura monstruosa, destapa el modus operandi en muchas administraciones españolas. Las carreras profesionales y políticas no están lo suficientemente separadas. De hecho, en algunos casos están todavía decimonónicamente integradas. Ciertamente, existe una meritocracia formal en nuestras administraciones que, en muchos casos, se traduce en una meritocracia de facto. Sin embargo, en demasiados casos – y no sólo, aunque posiblemente con más frecuencia, en las Diputaciones provinciales – junto la estructura meritocrática formal coexiste con una politización informal en el que las lealtades personales al superior político cuentan más que los méritos profesionales.
 
Nuestro deber es denunciarlo. Debemos dejar claro que esta politización no es algo universal. No ocurre en los países occidentales que queremos emular. Y no es una práctica exclusiva de determinados partidos o de las personalidades excéntricas de determinados políticos. Es una debilidad intrínseca de nuestras instituciones. Carecemos de cortafuegos institucionales que separen el mundo de la política del de la administración. Hay demasiados contactos, demasiadas dependencias políticas que acaban deviniendo dependencias personales

jueves, 21 de noviembre de 2013

Las de León y Valladolid, las dos diputaciones provinciales más transparentes de la edición de 2013

Según Transparencia España, 29 de las 45 diputaciones han creado ya  un Portal específico de transparencia dentro de sus páginas webs
 Ver Ranking 2013

T.I. Las Diputaciones ganadoras en esta edición del INDIP 2013 son León y Valladolid, que han obtenido la máxima puntuación, siendo destacables igualmente las puntuaciones obtenidas por Orense, Tarragona, Vizcaya, Palencia, Valencia, Granada, Lugo, Barcelona y Huelva obtienen sobresaliente.
Diputación de León
Hay además otras doce diputaciones que han alcanzado la valoración de Notable (entre 70 y 89 puntos sobre 100), mientras que otras trece entidades han obtenido el Aprobado, con unas puntuaciones entre 50 y 69. Por el contrario, las de Guadalajara, Teruel, Tenerife, Cuenca y Zaragoza son las menos transparentes de las nueve que suspenden (obtienen menos de 50 puntos).

Portal de Transparencia
Cabe destacar que casi dos tercios de las Diputaciones (29 de las 45 evaluadas) han creado un Portal específico de transparencia dentro de sus páginas webs, recogiendo en el mismo los indicadores de TI  lo cual viene a evidenciar su clara voluntad de hacer pública la variada información que se recoge en este Índice de transparencia.
 Ver Ranking 2013
Ranking por áreas 2013.
Ver Resultados de cada diputación

sábado, 20 de julio de 2013

Los otros Detroit españoles: Los consistorios de Jerez, Ceuta, Madrid, León y Barbate lideran el ranking de deuda per cápita

Jerez tiene una deuda de 2.484 euros por habitante y Madrid 2.297
 
Revista de Prensa. Eldiario.es.19.7.2013.  Detroit es el ángel caído de la era postindustrial en Estados Unidos. Los restos del naufragio del motor. En España, la marea se llevó el ladrillo y también hay muchos municipios en lo que podría considerarse quiebra técnica. Sin embargo, hasta ahora, la Hacienda central ha rescatado sistemáticamente a los municipios con problemas, con planes de rescate masivos, que han pasado desde líneas de liquidez a planes de proveedores.
 
Gallardón le traspasó a Ana Botella la vara
de mando y una abultadísima deuda.
 La otra alternativa, ya articulada legalmente pero que aún no se ha materializado, es la de que el Ministerio tome el control de un Ayuntamiento excesivamente cargado de deudas y le haga un plan de saneamiento.

Los criterios para seleccionar los ayuntamientos más económicamente fallidos en España pasan por considerar elementos como la deuda total por habitante, su retraso en el pago a los proveedores o la deuda acumulada con la Seguridad Social. Estos son algunos de los casos más paradigmáticos entre los grandes municipios españoles.
 
1. Jerez. El municipio gaditano es el gran agujero de las finanzas municipales. Ha protagonizado uno de los ERE más abultados, de 390 empleados públicos, lo que le allanó el acceso a las línea de rescate de Hacienda. Jerez tenía en 2012 una deuda superior a 526 millones de euros, con lo que cada habitante del municipio tocaba a 2.484 euros. También con datos del ejercicio pasado, la deuda con las administraciones públicas (Seguridad Social y Hacienda) estaba en torno a los 133 millones euros, dato que le mantiene alejado de poder acceder a los ingresos por impuestos estatales que Hacienda distribuye entre los ayuntamientos. En ese año llegó a tener hasta 13.000 facturas sin pagar, para lo que necesitó acogerse al plan de proveedores estatal. El municipio ha cerrado o recortado prácticamente todos los servicios públicos, aunque el más polémico fue el recorte en la recogida de basuras que mantuvo una huelga de 21 días.
 
2. Madrid. La capital de España es en términos absolutos el municipio más endeudado de España, con 7.429 millones de euros. Su alta población hace que la ratio per cápita de la deuda a afrontar baje hasta los 2.297 euros. La principal agencia de medición de solvencia, Standard and Poor's, valora su deuda un escalón por encima del bono basura. Y la salva porque reconoce que la economía madrileña es muy fuerte y dinánica, algo que muchos creen que se debe al llamado efecto capitalino, esto es, la actividad que genera el mero hecho de ser el centro administrativo de España. También en términos absolutos es la que más facturas guardaba en un cajón el año pasado, más de 16.000 para lo que se tuvo que acoger a un plan de proveedores multimillonario
, con un retraso medio del pago de deudas de diez meses.

3. Ceuta. De entre las grandes ciudades españolas la ciudad autónoma de Ceuta es la que se lleva la palma en deuda por la que tiene que responder cada habitante: 3.208 euros. En total, la Administración ceutí adeuda al menos 269 millones de euros. Con todo, la ciudad tiene datos mejores en otros indicadores, como la morosidad media con el pago de facturas (75 días) o una deuda certificada en el plan de proveedores de 79 millones de euros. Los regidores ceutíes defienden que las características de la ciudad autónoma son particulares por su idiosincrasia política.
 
4. León. El propio alcade de León ha reconocido que el Ayuntamiento está en "quiebra técnica" y está rogando por el perdón de Hacienda para escapar de la intervención estatal. El Ayuntamiento pidió un crédito al Instituto de Crédito Oficial (ICO) en 2012 que no puede devolver. Aunque Hacienda le contabilizó oficialmente una deuda de 248 millones de euros, una auditoría interna destapó que la deuda total de la Administración local subía a los 437 millones de euros. Para congraciarse con el Gobierno central, el Ayuntamiento se acogió a la reforma laboral para poder despedir a 274 empleados con 20 días de indemnización. Por ahora está ganando la cascada de juicios ante este ERE.
 
5. Barbate. Mucho más pequeña que las otras ciudades de listado, Barbate se ha ganado un puesto en la lista de consistorios quebrados debido a la particularidad de sus deudas. El Ayuntamiento gaditano no ha pagado nunca la Seguridad Social de sus trabajadores desde que comenzó la democracia porque se declaró en una suerte de "rebeldía" contra el nuevo sistema de Gobierno.
 
Casi 36 años después, el Ayuntamiento gaditano, famoso por su playa y su buen atún, acapara alrededor de 30 millones de euros de deuda solo con la Seguridad Social. Su impago con una Administración Pública le ha metido en un círculo vicioso: no puede participar en el reparto del Plan de Impuestos del Estado, una de las principales fuentes de financiación de los cabildos, ni optar a ayudas públicas. De forma recurrente, sobre todo desde el inicio de la crisis cuando los ingresos por otras vías cayeron en picado, el Ayuntamiento deja de pagar a empleados públicos porque no puede hacer frente a las nóminas, una situación que se ha agravado a raíz de la independencia de una de las pedanías con mayores ingresos del municipio: Zahara de los Atunes.
 
Esta misma semana, los trabajadores de la limpieza se han puesto en huelga al haber dejado de cobrar. El alcalde (recién elegido del PSOE) exige una solución a la Seguridad Social y una refinanciación de la deuda, algo en lo que el Gobierno central no cede. Quizá porque a raíz de este singular caso otros municipios de Cádiz dejaron de pagar a la Seguridad Social (como Los Barrios, Tarifa, el propio Jerez, Villamartín o Espera), convirtiendo a la provincia en una de las más morosas en el pago de cotizaciones de empleados públicos.