Por Victor Almonacid. Nosoloaytos blog.- A continuación repasamos diez cuestiones sociales de capital
importancia pero que usted no verá en ningún programa electoral, ni en ningún
discurso político, excepto quizá en el de aquellos que se presentan a los
comicios menos populares y quizá más trascendentales: las elecciones europeas.
¿De qué se habla entonces? De lo que a cada uno le interesa en realidad. De
aquello que es rentable políticamente, aunque en el fondo nos debería importar
menos que la vida de los famosos (el ejemplo es bueno, porque no debería
importarnos nada pero millones de personas siguen los programas del corazón).
En fin, populismo viene de pueblo… Pero “sin el pueblo”, ya me entienden.
El 3 de abril se cumplen 40 años de las primeras elecciones locales de 1979 |
1-. El gobierno de y desde lo local. Ya
saben que soy municipalista. Muchos le darán mayor importancia a las elecciones
generales y autonómicas que a las locales o a las europeas, pero precisamente
desde la lógica europea rige el principio de subsidiariedad, por el que las
autoridades locales deberían actuar en cualquier asunto público en el que la
mejor dimensión de la actuación sea la procedente de la administración más
cercana, algo que por un razonamiento basado en la pura lógica y el sentido
común ocurrirá casi siempre (salvo que vaya usted a declararle la guerra a otro
Estado, tenga que construir una autovía de 500 km o quiera subir el IVA). Y el
principio de proximidad, su primo hermano. En un contexto internacional en el
que pierden fuerza los niveles de gobierno intermedios (estado y regiones), el
escenario político en España sigue estando presidido por un excesivo
protagonismo de las CCAA. Sin embargo el futuro es de los Ayuntamientos. Y esos
conceptos “modernos” (relativamente) que son el paradigma mundial de la
gobernabilidad, como Open government o Smart city, son
municipales (o “locales” en alguna de las muchas dimensiones que tiene el
término desde un punto de vista territorial o conceptual).
Para profundizar véase “¿Por
qué los Ayuntamientos son la administración del futuro?”
2.- Medidas contra la despoblación rural. Precisamente alguno
de estos Ayuntamientos son rurales y muy pequeños, yendo normalmente unida esta
doble condición. Alguien pensará en este caso que, vistas las últimas (y
exitosas) manifestaciones convocadas por las plataformas “Teruel Existe” y
“Soria Ya”, sí parece que finalmente se incorpora este tema a la agenda política.
Ya veremos si lo hace de verdad o no, porque palabras no son hechos, y ni
siquiera los supuestos hechos, concretados en hipotéticas propuestas de
actuación, tienen por qué transformarse en medidas eficaces. Me da la sensación
de que muy poca gente tiene si quiera una remota idea sobre cómo revitalizar el
mundo rural. Por nuestra parte apostaríamos por el desarrollo de las
comunicaciones y las telecomunicaciones (ver el apartado siguiente), por el
nivel de gobierno “mancomunado” que hemos denominado “territorios rurales
inteligentes”, y por proyectos concretos como Galáctica, y
sobre todo Territorio Dinópolis en
Teruel.
3.- El problema de la brecha digital. Los municipios a
los que nos acabamos de referir tienen evidentes problemas de conectividad, y
sin conectividad es muy probable que permanezcan aislados. En este momento las
telecomunicaciones son incluso más importantes que las comunicaciones (que
también lo son, por supuesto), pero sin Internet no hay desarrollo, no nos
engañemos, porque hoy en día hasta los sectores agrícola y ganadero dependen en
buena medida de Internet, y en todo caso del desarrollo tecnológico. No solo es
un problema de “banda ancha” sino de asegurar al menos algún tipo de conexión.
Por otra parte, haciendo la reflexión más amplia y llevándola a todos los
ámbitos y no solo al de los municipios “desconectados”, podemos afirmar sin
ninguna duda que la brecha digital es la nueva pobreza. Se suma a la anterior,
no la sustituye exactamente ya que por desgracia la pobreza económica perdura
(y no hace falta irse a África para encontrarla porque en España ahora mismo
hay muchas personas que pasan hambre), pero ambas “pobrezas” están muy
relacionadas en el momento actual. En un país en el que se sigue prefiriendo el
reparto de peces al de cañas para pescarlos, se ignora que Internet, que podría
ser esa caña, es un derecho social de todas las personas, en el mismo nivel que
el de la vivienda digna. Entiendo que esta afirmación sea difícil de visualizar
por parte de algunos, pero eso no le resta veracidad.
Para profundizar véase “La
conectividad como base del moderno servicio público”
4.- Abordar el problema del cambio climático EN SERIO (y a
nivel mundial). ¿Cuál es el mayor problema del Planeta actualmente? Su
propia existencia, amenazada tanto por el dedo de gobernantes ávidos de poder y
gloria y totalmente zumbados (lo cual supondría el fin inmediato), como por la
contaminación causada por el ser humano y que ha provocado una crisis
medioambiental sin precedentes, y puede que sin solución (un final más lento,
pero igualmente fatal). Ya estamos subriendo las consecuencias del
calentamiento global, el cambio climático, los vertidos de residuos y todo tipo
de gases tóxicos, y la destrucción de la capa de ozono: aumento del nivel del
mar, desertificación, extinciones animales y vegetales en masa (sobre todo en
el medio marino), desaparición de las estaciones, picos totalmente anormales de
frío o calor extremo, y diversos desatres tectónicos y sísmicos (se están
produciendo más terremotos y tsunamis que nunca). Para abordar este gravísimo
problema somos partidarios del paradigma “pensar
desde lo global, actuar a nivel local“. En realidad es otra manifestación
más del referido principio de subsidiariedad. Esto nos llevaría a la necesidad
de coordinar las políticas medioambientales en los niveles de decisión
internacionales (ONU, cumbres sobre el cambio climático…), potenciando al mismo
tiempo las competencias municipales en materia de medio ambiente (alguna vez
hemos hablado, e incluso abordado profesionalmente, proyectos Green City como
modalidad de Smart City).
Para profundizar véase “El
medio ambiente y yo”
5.- Eliminación de la burocracia. Ganan unos, ganan
otros, pero usted sigue teniendo que presentar fotocopia del DNI, o certificado
de no tener deudas con la Agencia Tributaria (o con la Seguridad Social), o
incluso un certificado de empadronamiento ante el mismísimo Ayuntamiento que lo
emite. Pero usted no tendría que presentar nada de eso, usted podría presentar
una declaración responsable en lugar de 17 papeles, y usted, ya que hablamos de
papeles, tendría derecho a no presentar en realidad ninguno, o al menos a no
desplazarse físicamente para presentarlos, porque existen las instancias y los
documentos electrónicos ¿Quién lidera este cambio tan necesario en la
Administración? En algunas entidades públicas nadie, y por eso sus usuarios
sufren todo tipo de molestias que en realidad son absolutamente innecesarias y
totalmente evitables. Hablamos de derechos de las personas, previstos en el
ordenamiento jurídico hace años. Los poderes públicos tienen la obligación de
hacer efectivos estos derechos, y la de hacer la vida de las personas un poco
más fácil, y no un martirio de papeles. Simplificación, reducción de cargas
administrativas, interoperabilidad, identificación electrónica, trámites desde
casa… De eso hablamos algunos empleados públicos, pero… ¿Y los políticos?
Para profundizar véase “Supresión
de trámites e interoperabilidad… ¡Por fin!? Posible impacto del Reglamento
sobre los documentos públicos (ya en vigor)”
6.- Utilización estratégica de la contratación pública. Europa
quiere, como bien sabemos, que los procedimientos de contratación pública sean
legales, transparentes y en concurrencia, pero quizá aún no ha quedado tan
claro que Europa también quiere que la contratación pública sea el vehículo
para articular la mayoría de políticas públicas modernas: cláusulas sociales y
medioambientales; reducción del desempleo joven o de sectores en exclusión;
medidas para la igualdad real; I+D+I, fomento del emprendimiento, las PYMEs y
las startups; desarrollo de sectores y productos innovadores… Me pregunto si
cada vez que un responsable público tiene la “ocurrencia” de contratar una
obra, servicio o suministro tiene en cuenta todas o al menos alguna de estas
cosas…
Para profundizar véase “¿Te
atreves a hacer un contrato de Asociación para la Innovación?…
¡Es posible!”
7.- Poner fin al clientelismo en las subvenciones. Tres
cuartos de lo mismo. Las subvenciones y los contratos son cuestiones
francamente parecidas, incluso en el procedimiento público y (casi siempre)
concurrente para su adjudicación. Nos acabamos de preguntar si los responsables
públicos, en su gestión de la contratación, tienen en cuenta otras cosas como
el desarrolo de las políticas públicas esenciales… Y podríamos continuar: “…o
si simplemente está pensando en repartir dinerito público”. Recordábamos hace
poco que decía (y dice) el maravilloso Reglamento de Servicios de las Corporaciones
Locales de 1955 que “Las Corporaciones Locales podrán conceder subvenciones a
Entidades, Organismos o particulares cuyos servicios o actividades complementen
o suplan los atribuidos a la competencia local”. A esto le llamaba “acción de
fomento”. El concepto sigue vivo pero quizá haya llegado el momento de
replantearnos muy en serio qué es lo que debemos fomentar exactamente desde lo
público. Qué y cómo. Pero no vemos estrategia en la actividad subvencional
de la Administración, sino inmediatez y clientelismo. E insistimos en una idea:
desde luego España sigue siendo un estado social de Derecho, pero eso no
significa que debamos dar siempre peces, sino más bien cañas para pescar. La
mejor ayuda es la que no se necesita…
Para profundizar véase “Las
nuevas “subvenciones””
8.- Poner fin al clientelismo en las oposiciones. Esta
tiene varias derivadas: el modelo “todos funcionarios”; las convocatorias
oportunistas de empleo público; los procesos de funcionarización ilegítima de
servicios públicos antes prestados mediante gestión indirecta (eso que casi
siempre se confunde con “privatización”); la reserva de un número exagerado de
plazas de libre nombramiento (personal eventual, algo que también se confunde
casi siempre con la libre designación, ¡viva la cultura administrativa!); la
creación de un staff medio alto de jefecillos agradecidos (algunos no son jefes
de nada, solo lo cobran); el propio clientelismo sindical; y todo un sinfín de
prácticas que desprofesionalizan la pese a todo buena función pública española.
Estamos en un momento clave para enderezar esto. A pesar de la lentitud del
proceso finalmente se implantará la Administración electrónica, y eso quiere
decir que un día se habrá automarizado todo lo que se pueda automatizar. ¿Donde
están los nuevos perfiles que necesitamos? No los vamos a seleccionar con un
test sobre la Constitución. En materia de empleo público se requieren menos
inercias del pasado, desde luego mucha menos politización, y mucha más
planificación y capacitación. Y sobre todo abordar los problemas reales, que no
son pocos ni pequeños, del empleo público en España: envejecimiento de las
plantillas, definición de las funciones directivas, jubilaciones, impacto de la
automatización de trámites y otras derivadas de las nuevas tecnologías, medidas
de reorganización, nuevas aptitudes, nuevas formas de seleccionar, nuevas
formas de proveer, nuevas “formas de formar”, medidas para atraer o retener el talento…
Y otras muchas asignaturas pendientes desde hace años como la carrera
horizontal, la movilidad o el trabajo orientado a la consecución de objetivos.
Para profundizar véase “Personal
directivo versus personal eventual: a vueltas con los dedazos en los
altos cargos
9.- Creación de un Ministerio de Salud y Deporte. Que el
deporte no va con la cultura, sino con la salud, es algo que defienden todas
las personas que saben algo de salud y de deporte (simultáneamente). Esta
reflexión va mucho más allá que la nomenclatura de un Ministerio. Implica el
impulso y la puesta en marcha de políticas públicas basadas en el desarrollo de
los hábitos de vida saludables, desde la infancia y por supuesto en todas las
etapas de la vida, con especial atención también a los mayores. Invertir en
deporte es invertir en salud: física y mental. Todo ello por supuesto sin
restar ni un euro de inversión (estratégica y estructural) para investigación
científica y médica, porque las enfermedades, pese a todo, seguirán existiendo.
La clave es desarrollar hábitos de vida (actividad física, alimentación,
actitud mental…) de tipo preventivo. Dijimos que cultura no va con deporte,
pero sí van juntas en la expresión “cultura del deporte”.
Para profundizar véase “Qué
importante sería para los jóvenes aplicar los valores del deporte en la vida“.
10.- Cultura de datos. Con esto no solo nos referimos a
la manida protección de datos, sino a todo lo que se puede (y se debe) hacer
con ellos: apertura, utilización, análisis, gestión, tratamiento… En efecto,
ello permitiría desde abrir los datos para desarrollar el modelo de gobernanza
propio del citado Gobierno abierto (mucho más avanzado que la mera
transparencia), hasta la reutilización de los mismos por parte de esos
emprendedores que aludíamos (esos “bichos raros” que no quieren ser
funcionarios) y a los que queremos o deberíamos querer apoyar en sus nuevos
proyectos. Todo ello es importantísimo pero tampoco lo vemos en la agenda
política, salvo en la de Europa claro está, cuyos comicios al Parlamento
registrarán una vez más el índice más alto de abstención (o el más bajo de
participación, que suena peor). Pero luego todo viene de allí (afortunadamente
en muchos casos). A veces se habla en España de la centralización (Madrid) y de
la descentralización (financiación, competencias, regionalismos,
nacionalismos), pero nadie habla de que estamos un poco descentrados. Es
evidente que interesa mantenernos así. Votemos.
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