Esta nueva policía también tiene que ser capaz de
implementar modelos de comunicación y relación con la ciudadanía basadas en la
proximidad y la confianza, y que integre la prevención y la resolución de
conflictos de convivencia como pieza clave de un modelo integral de seguridad
El
presidente del Fórum Español para la Prevención y la Seguridad Urbana (FEPSU)
y delegado de Salud, Seguridad y Emergencias del Ayuntamiento de Madrid,
Javier Barbero, ha elevado un informe a la Comisión para el estudio del modelo
policial del siglo XXI, del Congreso de los Diputados, que recoge una serie de
consideraciones sobre qué características deben reunir los cuerpos de policías
locales.
El
modelo policial es una pieza clave del modelo de seguridad que propone esta
asociación, que considera que debe responder a diversos parámetros. El modelo policial debe pensarse dentro de un
modelo integral de seguridad que tenga en cuenta que la vivencia de
la seguridad es una cuestión compleja en la que participan factores diversos y
diferentes a la mera presencia de delincuencia en un territorio: la estabilidad
económica, la cohesión comunitaria, el uso compartido y pacífico del espacio
urbano, la calidad del entorno urbano, la educación, etc. Por ello, las
políticas de seguridad deben ser transversales e
integrar diversos ámbitos de políticas públicas siempre poniendo el acento en
la prevención.
Cooperación
Para
adecuar el modelo policial a este marco integral de políticas de seguridad es
necesario impulsar un cambio de
cultura que refuerce la cooperación intercorporativa e
interinstitucional basada en la lealtad y en la transversalidad.
La relación y el compromiso con la ciudadanía deben
ser ejes vertebradores del modelo
de seguridad. Es necesario superar completamente las políticas clásicas
de ley y orden y adoptar un modelo moderno y de seguridad al servicio de la
ciudadanía, centrado en las personas.
Es
imprescindible impulsar la coproducción
de las políticas públicas de seguridad. Definir un marco de
coparticipación ciudadana en las políticas en lo relativo a la detección y
definición de problemas, a la elección de formas de solución y a la evaluación
del resultado de dichas políticas
Es
necesario asimismo trabajar para establecer y consolidar relaciones de proximidad y confianza entre
la ciudadanía y los cuerpos policiales. Para ello hay que conseguir que las
organizaciones policiales reflejen la composición y la diversidad de la
sociedad a la que sirven; garantizar que el trato con la ciudadanía sea
percibido como justo y respetuoso y que se de respuesta a los problemas
cotidianos que más afectan a la percepción de seguridad. La prevención y
resolución de conflictos y la promoción de la convivencia deben ser una pieza
clave del modelo de seguridad integral.
El
modelo de seguridad debe dar
respuesta a problemas concretos en lugares concretos, mayoritariamente
urbanos. Es preciso desarrollar políticas locales de seguridad que reconozcan
el rol esencial de los actores
locales en su diseño e
implementación. En este sentido, es importante que el nuevo modelo
policial redefina y potencie las funciones de la policía local, la cual está en
una posición privilegiada para desarrollar un modelo preventivo de seguridad
que prime la proximidad y conocimiento del territorio y el desarrollo armónico
del espacio público y de sus usos. El nuevo modelo debería también mantener y
potenciar el rol de las policías autonómicas como policías de proximidad.
Competencias
En
cuanto a las funciones, es necesario superar el modelo actual basado en
distribución exclusiva de competencias y con un rol auxiliar de la policía
local, para ir hacia un sistema de atribución de funciones adaptadas al ámbito
de actuación o la especialización de cada cuerpo policial. Además, es preciso evitar
duplicidades, establecer mecanismos eficientes de coordinación entre policías y
modelos de trabajo descentralizados, con alta capacidad de autonomía de agentes
y unidades, que deben tomar decisiones y resolver problemas en breve espacio de
tiempo.
En
definitiva, el modelo policial del siglo XXI debería orientarse a conseguir una
policía integrada en un sistema transversal y complejo de seguridad en que los
destinatarios y principales actores sea la propia ciudadanía. Debería
garantizar asimismo, a través de las condiciones de acceso y selección, una
composición que refleje la realidad y el entorno sociales; así como el fomento
de valores y una cultura profesional basados en el respecto a los derechos
humanos.
Esta
nueva policía también tiene que ser capaz de implementar modelos de
comunicación y relación con la ciudadanía basados en la proximidad y la
confianza, y que integre la prevención y la resolución de conflictos de
convivencia como pieza clave de un modelo integral de seguridad.
El
documento se presentó a la atención de Jaime Miguel Mateu Istúriz,
Presidente de la Comisión para el estudio del modelo policial del siglo XXI del
Congreso de los Diputados.
También de interés en fepsu.es: Ciclo de Debates sobre el derecho a la ciudad. Barcelona
También de interés en fepsu.es: Ciclo de Debates sobre el derecho a la ciudad. Barcelona
No hay comentarios:
Publicar un comentario