Otro post de interés, por Rafael Jiménez Asensio. Blog La Mirada Institucional: Miradas sobre la digitalización (II). Remedios Zafra: “El Entusiasmo”
Y no sólo porque el Gobierno ha publicado
su “plan normativo” o porque hay leyes que nos han permitido unos meses de
estudio antes de su entrada en vigor-como la de contratos del sector público-,
sino que también otras normas, que emanan del hontanar europeo, deberán
cumplirse tras la caída de determinadas hojas del calendario. Tal es el caso,
por ejemplo, de la Directiva que regula los procedimientos de contratación en
los sectores especiales o el Reglamento de protección de datos. Sobre este
Reglamento quisiera reparar ahora, dejando para otra ocasión mis comentarios
sobre la citada Directiva.
El nuevo régimen jurídico europeo de protección de datos
desplegará relevantes efectos a partir del día 25 de mayo y ello con
independencia de que en esa fecha ya haya aparecido en el boletín oficial la
ley orgánica que se está tramitando en el Congreso de los Diputados y coloreará
algún marco que ha quedado abierto en el Derecho de la Unión. Ambos textos
están colmados de denso contenido.
Entre las novedades del Reglamento europeo destaco el cambio
de comportamiento que originará en las Administraciones locales porque
cualquier actuación de los datos recogidos, ya sea su organización, consulta o
difusión, cualquier uso o “tratamiento” deberá apoyarse con claridad en alguna
de las circunstancias que se apuntan. La actual y amplia habilitación que ha
permitido a las Administraciones públicas la utilización de los datos
personales al amparo del ejercicio de sus fines propios y dentro del ámbito de
sus competencias ha desaparecido y tendrán que aclarar las concretas
circunstancias que, a partir de ahora, justificarán su utilización, como por
ejemplo el cumplimiento de una específica obligación legal, el ejercicio de una
potestad pública o la satisfacción de una función pública o de un interés
legítimo de un tercero (art. 6). Es cierto que también la Administración podrá
estructurar la información si existe un consentimiento del interesado,
consentimiento que deberá ser claro y explícito pues ya no se admitirá
sobreentenderlo como implícito o tácito (art. 7).
Protección de datos
Habrá de completarse la información que se facilitará a todas
aquellas personas de las que se obtienen datos. Se exige una noticia mucho más
completa: el por qué y el para qué de su registro, si se utilizarán para
impulsar decisiones mecánicas y automáticas, el tiempo durante el que se
mantendrán, si se transferirán, el órgano administrativo de control ante el que
presentar las reclamaciones, la identificación del delegado de esa
Administración a quien se ha asignado la responsabilidad de proteger los datos,
etc. (arts. 13 y 14).
Como es conocido, es esta una de las muchas novedades de la
reforma: la atribución a un responsable que garantice y supervise el adecuado
cumplimiento de todas las obligaciones que esta singular protección origina. El
Reglamento no ha precisado que se trate de una persona que haya culminado los
estudios de Derecho, aspecto que a mi juicio sería conveniente, tampoco otra
especialización o experiencia en este ámbito. De ahí que, con el fin de
garantizar cierta fiabilidad en estos servicios, hace meses que la Agencia
española de protección de datos suscribió un convenio con la Entidad nacional
de acreditación de tal modo que quienes quieran ofrecer un sello de
conocimientos y experiencias de estos delegados deben contar con el
correspondiente aval de dicha Entidad.
Interesa saber que antes de mayo habrán de analizarse los
posibles riesgos en cada organismo público, así como adoptar y reforzar las
medidas de seguridad con las nuevas técnicas existentes. En fin, un cúmulo de
nuevas obligaciones que generará más actividad en las Administraciones locales.
Pero su atención resulta imprescindible: cuidar un básico derecho fundamental
reconocido en la Carta europea y que facilita la protección del ámbito de la
identidad y singularidades de cada uno de nosotros. Una identidad que corre el
riesgo de manipularse con las huellas y rastros que nuestro paso deja en tantas
actividades vitales.
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